Denuncian desplazamiento forzado en Guadalupe y Calvo, previo a visita de presidente
Al menos unas 40 familias ódami se han visto forzadas a dejar sus hogares por la entrada de un nuevo cartel al Ejido Llano Grande.
Por Patricia Mayorga en Raíchali
Fotografía de portada: Ejido Llano Grande / Raúl Fernando
CHIHUAHUA.- Un enfrentamiento entre dos grupos armados del crimen organizado registrada el 13 de junio del 2021, provocó el desplazamiento de por lo menos tres comunidades tepehuanas u ódami del ejido Llano Grande.
En aquella zona, que forma parte de los municipios del Triángulo Dorado, se disputan el territorio desde hace décadas entre escisiones del mismo cartel. Pero a partir de junio del año pasado, entro un nuevo cartel que ha generado el desplazamiento de por lo menos una docena de comunidades indígenas sólo de ese municipio.
Los enfrentamientos llegaron al ejido Llano Grande, dónde se ubican varias comunidades indígenas ódami. El ejido se encuentra entre la cabecera municipal de Guadalupe y Calvo y Baborigame, del mismo municipio.
Desde aquel día, no había cesado el enfrentamiento hasta ayer, que se escuchó la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, programada para hoy, a la cabecera municipal.
“Salieron en unas trocas (camionetas pickup) doble rodada, pero sabemos que se fueron a encampamentar). Luego regresarán”, comentaron a Raíchali algunas de las personas afectadas.
Del 13 de mayo hasta ayer 26, los hombres armados quemaron casas de las comunidades, lo que provocó terror entre los pobladores y decidieron abandonar sus propiedades. Se fueron a diferentes destinos.
“Lo que se sabe es que son muchachos de Jalisco Nueva Generación (CJNG). No son de por acá. Son muy jóvenes, traen el cabello pintado, se mira que vienen de fuera. Por acá no se usa casi así”, agregaron víctimas entrevistadas.
Entre las comunidades afectadas se encuentran Milpillas de Abajo y La Arenosa, dónde vivían unas 60 familias y se quedaron alrededor de 20.
En Arroyo Azul estaban tres familias y todas tuvieron que desplazarse. La comunidad quedó sola.
Los pobladores huyeron con niños y niñas en brazos, con bebés hasta de dos o tres meses, con adultos mayores con enfermedades crónicas, mujeres que sostienen solas hasta a cinco hijos que van con ellas. “Va una niña con ellos, que tiene retraso mental y tenía atención por desnutrición fuerte”, dijo otro de los entrevistados.
“Están enfrentados, pero la gente estamos aterrorizados, muchos no tienen ni vela en ese entierro”, agregaron.
La demanda de las personas desplazadas al gobierno federal, es que acuda el Ejército mexicano a permanecer en la zona por un tiempo, mientras se calma la situación y atienden las causas.
Y es que desde hace unos meses, se incrementó más la tala ilegal o irregular en esa zona, ya que uno de los grupos tiene el control del bosque el ejido, según denunciaron.
La Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ha reconocido el lavado de dinero a través de la tala en varios estado, principalmente en ocho que son foco rojo, incluido Chihuahua.
Sin embargo, la tala sin control avanza en varias partes de la Tarahumara, a costa del desplazamiento y despojo de comunidades completas.
La falta de vigilancia y control de la tala en esa región, ha dejado severos problemas por la falta de agua en las comunidades, a pesar de que se encuentra en una zona alta dónde no debería haber desabasto.
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