‘Los abrazos no alcanzan para cubrir tanto balazo’ reclaman en misa de jesuitas asesinados

‘Los abrazos no alcanzan para cubrir tanto balazo’ reclaman en misa de jesuitas asesinados.
Foto: Raíchali

Los féretros de los sacerdotes Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar fueron colocados frente al altar de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en la ciudad de Chihuahua, sobre ellos colocaron una estola, la casilla y el evangeliario que utilizaban en la ceremonias eucarísticas. “¡Ya basta!”, se escuchó al final de la eucaristía donde reclamaron justicia

POR PATRICIA MAYORGA / FOTOGRAFÍAS: RAÚL FERNANDO PÉREZ / RAÍCHALI

Chihuahua –La comunidad jesuita de Chihuahua se congregó la mañana de este sábado  en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, de esta ciudad para despedir a sus hermanos, los sacerdotes Javier Campos Morales, el padre Gallo, y Joaquín Mora Salazar, asesinados junto al guía de turistas Pedro Palma en el templo de Cerocahui, en la Sierra Tarahumara, el lunes 20 de junio.

Arropados por los sacerdotes de la arquidiócesis, la comunidad jesuita reclamó justicia por el crimen y para la Sierra Tarahumara, porque no basta con la detención de un líder delictivo, clamaron.

Las primeras horas de este sábado, las calles que rodean el templo Sagrado Corazón de Jesús, ubicado en la avenida 20 de noviembre de esta ciudad, tuvieron que ser acordonadas debido la multitud de gente que acudió a despedir a los jesuitas.

Las familias de personas desaparecidas llegaron temprano para escuchar la misa desde una pantalla colocada en una calle lateral.

Con una danza matachín, las mujeres rarámuri danzaron frente a los dos féretros que estaban frente al altar, con las fotografías de cada uno.

El padre Javier “El Pato” Ávila exclamó en la homilía que ya los abrazos no alcanzan para cubrir tanto balazo. Fue interrumpido con una ola fuerte de aplausos.

El provincial de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro Madrid, llamó a las autoridades estatales y federales a atender la desigualdad y la pobreza en la Sierra Tarahumara.

Los sacerdotes de la Diócesis de la Tarahumara, diocesanos y jesuitas, colocaron  en cada féretro una estola, la casilla y el evangeliario que utilizan en la ceremonias eucarísticas.

“¡Ya basta!”, se escuchó al final de la misa en repetidas ocasiones por las centenas de personas que acudieron.

Las mujeres rarámuri realizaron una ceremonia de despedida para que continúen caminando hacia la vida que para ellos, continúa.

Al finalizar desfilaron por una hora los feligreses para pasar por los féretros para despedirlos y darles la bendición a los pastores que les acompañaron.

Alrededor de las 3 de la tarde salieron los cuerpos del Sagrado Corazón para regresar a la Sierra Tarahumara, donde entregaron su vida.

“Tenemos aquí a los mártires de la sierra”

Por la noche los cuerpos llegaron al poblado de Creel, municipio de Bocoyna, donde se les hizo una misa, en la cual se replicaron los reclamos por justicia.

Los sacerdotes Javier Campos y Joaquín Mora externaron hace unos meses que su deseo era estar, vivir y morir en la Tarahumara, expresó el provincial de la Compañía de Jesús, Luis Gerardo Moro, al iniciar la ceremonia religiosa en la sierra.

“Estamos en un pueblo que vive del turismo muchos de ustedes tienen un familiar que vive del turismo. Hasta dónde llega la maldad que no soporta un acto de bondad como son los santos óleos. Tenemos aquí a los mártires de la Tarahumara, serán semilla”, añadió.

 

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