Les quitan parque y ponen un cuartel
Vecinos de la unidad habitacional El Rosario recibieron la noticia de la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional con el objetivo de reducir delitos en la zona. La obra se construye en lo que era un parque con canchas deportivas
Texto: Daniela Rea en Pie de Página
Fotos: Isabel Briseño
CIUDAD DE MÉXICO.- Vecinos de la unidad El Rosario reclaman al gobierno de Azcapotzalco y de la Ciudad de México la construcción de un cuartel de la Guardia Nacional justo en el espacio donde tenían un parque y canchas de futbol y basquetbol, entre las avenidas de las Culturas, Mecánicos y Pastores y Mercaderes.
“Un cuartel en el lugar donde antes había un parque no es una política de muchos abrazos, que digamos”, dice Denisse, una vecina de la zona, parafraseando el lema de seguridad de Andrés Manuel Lopez Obrador “abrazos, no balazos”.
Javier Ortiz Ruiz, otro de los habitantes de El Rosario, reclama la instalación del cuartel y hace activismo para llamar la atención de sus vecinos. Tiene cinco meses luchando por revertir la decisión unilateral que tomaron las autoridades locales para quitar las canchas -que existen desde que se fundó la unidad a inicios de los años 70- en el espacio que el Infonavit decretó como espacio común para los vecinos cuando se fundó esta, la unidad habitacional más grande del país.
“Este parque siempre ha estado para nosotros, cuando era niño era un campo de futbol con juegos, futbol llanero; a finales de los noventa pusieron canchas de futbol rápido y basquet; luego se fundó la liga de futbol, que sigue hasta ahora. Es un lugar que nos pertenece y que pertenece a nuestra historia”, dice mientras recorre el lugar que hasta hace dos semanas era de libre acceso y ahora está cercado.
“Es muy triste que estén construyendo el cuartel porque eso no va a resolver el tema de la inseguridad de la zona. No es una estrategia preventiva, lo pienso como algo más bien coercitivo, no se apuesta por la inversión de habilidades, por la recreación social, se apuesta más por el control y la punibilidad”, agrega por su parte Denisse, madre de dos niños.
En el Rosario viven 30 mil personas, familias de hasta tres generaciones habitan hacinadas en departamentos de 60 metros cuadrados. Y la respuesta de la autoridad ¿cuál es? quitar un parque donde la gente puede salir a caminar, pasear, jugar, reunirse, organizarse.
Sin consulta, sin escucha
En noviembre del 2021 La jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, anunció la construcción de este cuartel de la Guardia Nacional.
“…Se instalará aquí en Azcapotzalco un cuartel de la Guardia Nacional; se va a adecuar un espacio que estamos trabajando ya junto con la alcaldía, que lo pone a disposición de la Guardia Nacional de tal manera que inclusive a partir de la próxima semana pueda iniciar, ya, los trabajos de la Guardia Nacional”, dijo en una conferencia de prensa el 21 de noviembre.
Frente a la alcaldesa Margarita Saldaña y el titular de la SSP, Omar García Harfuch, Sheinbaum aseguró que esto tenía como objetivo reducir los delitos en la zona, como robo a vehículo, robo a transeúnte, robo a pasajero y a repartidores.
A los vecinos, sin embargo, el anuncio les llegó tres meses después, el 20 de febrero se citó a una junta vecinal con representantes de los tres niveles de gobierno y ahí les dijeron que se construiría el cuartel.
“Ya estaba el proyecto listo, no era una consulta, era un informe, un aviso”, dice Javier. A los pocos días, las máquinas comenzaron a llegar. Elementos del Ejército, quienes tienen a cargo la obra, comenzaron a levantar una barda de malla que cubrieron con plásticos negros lo cual impide ver hacia el interior: máquinas retroscavadoras levantando el cemento de las canchas de basquet y de futbol rápido, otras rasurando el pasto de la cancha de futbol llanero.
Javier ha documentado en su cuenta de twitter el avance de las obras:
Y, con ayuda de su mamá, Javier sale a pegar carteles en rechazo del cuartel, a informar a los vecinos, a tratar de llamar su atención para organizarse, para reclamar el espacio que es suyo y que fue despojado sin tomarlos en cuenta. Javier es historiador y un convencido de la no violencia. Por eso no puede entender, como otros de sus vecinos tampoco, que la respuesta que da el gobierno a problemas como hacinamiento, falta de espacios recreativos, servicios públicos, sea un cuartel de la Guardia Nacional.
Para los vecinos el argumento de construir el cuartel de la Guardia Nacional por razones de seguridad no tiene sentido, pues hace 5 años se construyó un cuartel de la Secreataría de Seguridad Pública, a 650 metros de distancia de donde se está construyendo el nuevo cuartel, y los delitos no bajaron.
“Además de una caseta de policía entre Tlalnepantla y Azcapotzalco donde ha habido homicidios. En frente mataron a un muchacho que tenía una estética, hace dos años, por eso para mí es una sensación de desconfianza que construyan un cuartel más porque en términos de seguridad no representa nada”, dice Denisse.
Denisse trabaja en una ONG que se dedica a la prevención del delito y la atención social. En su trabajo ha aprendido que “el proceso de generar opciones de vida a largo plazo no se da militarizando las zonas públicas, se da con un proceso de acompañamiento, de reinversión en la juventud y sobre todo en El Rosario donde el problema es de hacinamiento, casas donde viven una, dos generaciones en departamentos de 60 m2”.
Los campos, las cervezas
Mario Alonso López tiene 79 años de los cuales 46 años ha vivido aquí en El Rosario. Él era hasta hace unas semanas el “administrador” de los campos, y dirigía la liga de futbol que cada fin de semana jugaba ahí, niños y adultos.
“De repente nos llegó el aviso que ya iban a hacer el cuartel, no tomaron en serio a la comunidad para nada, ‘hazte a un lado porque vamos a hacer la Guardia Nacional’. Nos cayó de sorpresa a todo. Este lugar era un área recreativa para la comunidad, no tenemos dónde hacer deporte los muchachos, los viejitos, a caminar, a pasear sus perros, todos, chavitos, mujeres. El deporte les sirve para que se distraigan, para que no anden en las drogas, a las señoras también, venir al parque con la familia”.
Mario López.
Antonio Margarito, otro vecino de El Rosario, usaba el parque para ir a pasear a su perro. Pero últimamente pusieron una venta de cervezas al terminar los partidos. No está conforme con esa situación, pero quitar el parque y poner un cuartel de la Guardia Nacional no era la opción esperada.
“Debieron reparar el parque, acondicionarlo, restaurarlo, pintarlo, eso habría sido útil. Yo sí opinaba de quitar las micheladas, pero eso no significaba poner un cuartel”.
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