Verdad y justicia, la exigencia de familiares de Doroteo a 48 años de su desaparición forzada

Verdad y justicia, la exigencia de familiares de Doroteo a 48 años de su desaparición forzada
Fotografía: Tlachinollan

*Esta nota fue realizada por Amapola, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.

Texto: José Miguel Sánchez

Fotografía: Tlachinollan 

Chilpancingo

Doroteo Iturio de Jesús trabajaba en la construcción de caminos en Coyuca de Benítez. Una tarde del 15 de octubre de 1974 regresaba del trabajo con sus compañeros cuando en un reten militar, a la altura del vado de Aguas Blancas, lo detuvieron y nadie más supo de él.

Cada mañana Doroteo salía a trabajar, era parte de la Junta Local de Caminos de Coyuca de Benítez, un organismo que dependía de la Dirección de Obras Públicas municipal que se encargaba de construir, reparar y dar mantenimiento a las carreteras locales, principalmente a las que conducían a las comunidades rurales.

Se lo llevaron de la carretera que lleva a Aguas Blancas, donde trabajaba.

Desde la mañana de ese 15 de octubre, Doroteo, también junto a un grupo de compañeros, vio el retén militar, pero los soldados sólo los pararon minutos y los dejaron ir a trabajar.

“Entonces los militares le dijeron que fuera a trabajar y que al regreso se iba a quedar con ellos. Si él hubiera sido otro, entonces, ya no pasa, pero él era obediente y por eso regresó, y cuando lo detuvieron ya no lo soltaron”, cuenta una de sus hijas, Carmen Iturio Nava, en entrevista.

“Entonces, uno de sus compañeros del trabajo nos fue a avisar, me dijo: ‘agarraron a Doroteo, ya no lo dejaron venir y yo no sé qué va a pasar’”.

La familia buscó ayuda de inmediato para localizar a Doroteo, pero nunca la consiguió.

En las oficinas de la Junta Local de Caminos tampoco dieron razón de él, le dijeron a la familia que na sabían nada.

Las pocas pistas que recabó la familia los llevo a un búsqueda que tampoco tuvo éxito. Les dijeron que a Doroteo lo llevaron a un retén de Pie de la Cuesta, en Acapulco; uno de sus hijos lo fue a buscar pero nunca lo vio y las autoridades militares no le dieron información.

El caso de Doroteo también es parte de una recopilación de testimonios publicada en 2020 por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, en el que los ocho hijos cuenta parte su vida después de la desaparición de su padre.

“Lo buscamos en los retenes, lo buscamos en el cuartel militar de Atoyac, lugar donde realmente nos cerraron las puertas, no decían nada o nos decían a lo mejor anda por ahí de borracho, a lo mejor se fue con otra mujer, le decían a mi mamá, o sea, vulgaridades que los militares tenían preparadas para alejar a las familias”, es un fragmento en el libro del testimonio de Antonio Iturio Nava, otro de los hijos de Doroteo.

En la imagen, Carmen Iturio Nava muestra la foto de su padre desaparecido durante un testimonio a la Comisión de la Verdad de la Guerra Sucia, el pasado 9 de diciembre del 2022, en Chilpancingo.

En el momento de su desaparición, Doroteo tenía siete hijos y una más que estaba por nacer. Derivado de su desaparición, su familia se vio en la necesidad de emigrar a Chilpancingo ante la falta de condiciones para vivir en su natal Coyuca de Benítez, en la Costa Grande de Guerrero.

Doroteo era el sustento de su familia, su esposa era ama de casa y cuidaba a los siete hijos.

Con la desaparición de Doroteo la familia se quedó sin ingresos y las tierras fueron acaparadas por otros familiares.

“Mis hermanos trabajaron de lo que fuera para tener, los más pequeños hacían mandados en las casas por unas monedas que les pudieran dar”, recuerda Carmen.

En época de cosecha, la familia se alquilaba para el corte de café, pero fue insuficiente y al final migraron.

La familia Iturio Nava también sufrió acoso e intimidación de parte del Estado. “(…) Después de que desaparecieron a mi papá, cerca de la casa, todas las noches, pasaban los militares y se oía cómo andaban recorriendo en la colonia donde vivíamos nosotros, porque era parte de la intimidación que hacían hacia los hijos y esposas”, narra Carmen.

“Nosotros denunciamos al Estado mexicano que nos hizo víctimas de lo que ahora somos y de la situación en la que estamos, porque nosotros quisiéramos que nuestro familiar estuviera a lado de nosotros, pero no es así por culpa del Ejército”.

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