Mala salud, la condena añadida de las mujeres en la cárcel

A través de las mujeres que han recuperado su libertad y gracias a las visitas que realizan a internas, es como han conocido de viva voz las diversas problemáticas que viven las mujeres en el centro penitenciario. Foto: Isabel Briseño.

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


La situación dentro de los centros penitenciarios es compleja, y para las mujeres es peor debido al abandono que viven en el tema de la salud. Ante esto, diversas asociaciones civiles toman las calles para hacer presión y exigir atención médica a mujeres con cáncer de mama y otros padecimientos.

Texto y fotos: Isabel Briseño

CIUDAD DE MÉXICO. – El Centro Femenil de Readaptación Social Santa Martha Acatitla, de la Ciudad de México, cuenta con mil 581 espacios, de los cuales, mil 307 están ocupados. Esto, de acuerdo con el último Cuaderno Mensual de Información Estadística Penitenciaria Nacional.

María Elena Brígida Bernabé está en la cárcel desde hace 8 años. Tiene 39 años, y fue diagnosticada por FUCAM en enero del año pasado. Le diagnosticaron cáncer de mama. En enero de este año le informaron que está en fase 4 y que debía realizarse una biopsia urgente para determinar el tratamiento a seguir, pero las autoridades del penal no le otorgaron el permiso para acudir a la cita. El argumento fue que no había personal para realizar el traslado.

Alexandra Monroy, sobrina de María Elena, señala que las autoridades del penal y el médico del centro de reinserción le indicaron que la llevarían al Centro Femenil de Readaptación Social Tepepan cuando hubiera personal. Ahí, le dijeron, le practicarían el estudio médico. Monroy también denuncia que al interior del penal no cuentan con medicamentos, por lo que son los familiares quienes tienen que realizar escritos para poder ingresar las medicinas a sus familiares.

“No queremos que nuestros familiares se nos mueran por falta de atención y medicamentos”, señala la joven que se manifestó junto a organizaciones para pedir atención médica para su tía.

Como Elena, hay más mujeres, pero la vergüenza hace que los familiares no hablen. Incluso, hay mujeres que no tienen quien exija sus derechos al exterior de la prisión.

María Elena es madre de 4 hijas, la menor tiene 10 años y es cuidada por sus abuelos. Foto: Isabel Briseño. 

“No queremos que las mujeres sean una estadística más”: Alejandra Salazar.

¿Cuántas mujeres más están en la misma condición que María Elena, con diagnóstico de cáncer y sin tratamiento dentro del penal? Se trata de cifras oscuras porque las autoridades penitenciarias no las documentan o no las hacen públicas. Las organizaciones civiles buscan que se garantice el derecho a la salud para las personas en reclusión del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla.

De acuerdo con cifras de la ENPOL (Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad) del Inegi, a 6 de cada 10 mujeres en prisión no se les ha practicado un papanicolau en el último año. A la vez, cerca del 17% de las mujeres que viven con VIH no toman tratamiento para controlar el virus.

Uno de los problemas es que en las prisiones mexicanas únicamente se tienen medicamentos de primer nivel, es decir, se tiene lo básico como alcohol, merthiolate, aspirinas y alguna que otra gasa. Quienes tienen problemas de salud graves o las mujeres embarazadas no suelen recibir la atención que requieren.

Daniela estuvo interna en el penal y aunque ya fue liberada sigue acudiendo al penal localizado en la alcaldía Iztapalapa a visitar a su esposo. Ella se ha enterado de varios casos que ha externado con integrantes de diversas organizaciones.

En entrevista con Pie de Página, Alejandra Salazar hace un recuento rápido de algunos casos similares al de Elena. Maria Dolores, cáncer de mama detectado hace 5 años. Lourdes murió por un sangrado menstrual hace un año. Elena murió en las bancas del servicio médico esperando a ser trasladada. Karina falleció hace tres semanas por no ser atendida de la vesícula.

Salazar y otras organizaciones buscan que las personas que están en estado de reclusión sean atendidas con la pronta urgencia que se requiere.

“Nosotras, (familiares y organizaciones civiles) somos los ojos porque somos quienes vamos a las visitas. En todos los centros penitenciarios hay corrupción y abusos”, señala Alejandra.

Suicidio en la prisión: otra afectación a la salud

Si tienen recursos económicos viven de manera más tranquila, pero si no, deben sortear diversas violencias tanto por las mismas internas como por el personal encargado de la guardia y custodia. El maltrato psicológico ha llevado a algunas mujeres al suicidio o a caer en la adicción a las drogas.

La situación en Santa Martha tiene una responsable: la directora María del Carmen Serafín Pineda. Citlalli Fernández, fundadora del colectivo Ave Fénix, ha denunciado en repetidas ocasiones en sus redes sociales que en el penal de Santa Martha Acatitla, donde estuvo presa, son la negligencia de la dirección, la nula atención médica y el incorrecto manejo psicológico los que han orillado a las reclusas a llegar al suicidio.

Otro tema olvidado relacionado a la salud, es el tema de la salud emocional. El maltrato psicológico también es muy recurrente en el penal de Santa Martha. “

Muchas historias de quienes están privadas de su libertad se relacionan a un hombre que fue su pareja, por traiciones, engaños o simplemente por estar en el lugar equivocado a la hora equivocada”, dice Alejandra.

De acuerdo con ella, el centro penitenciario femenil es el más olvidado. Se estigmatiza con más severidad a las mujeres presas y la familia las olvida, no las visita y las deja en el abandono.

Es el interés de las organizaciones civiles, como a la que pertenece Alejandra, acercarse con las reclusas y hacerles saber que no están solas, que a pesar del error que cometieron, tienen derechos, lo que se busca es una esperanza de vida para ellas.

“Muchas veces hasta una paleta de dulce las llena de emoción, debido al abandono que viven”, señala la activista.

Algunos de los servicios que presta el colectivo de asociaciones son el apoyo y acompañamiento a quienes están recluidas y no tienen visita o no cuentan con abogado. También apoyan todo tipo de causa, no solamente a personas en estado de reclusión, también en temas de salud, derechos humanos, cambio de identidad de género. Foto: Isabel Briseño.

La promesa

Representantes de diversas organizaciones como “Fuerza Democrática GAM” y “Cuento Contigo”, entre otras, fueron recibidos la tarde del martes por Matías Gerardo Lobato Villarreal, Director de Reinserción Social y Prevención Social. El funcionario asumió compromisos para dar una atención digna en el caso de María Elena, pero también al de todas las mujeres que requieren atención médica, para lo cual, las representantes de las organizaciones pidieron se realicen mesas de trabajo con minutas firmadas que garanticen el trabajo al que se comprometió el funcionario.

“Nos llena de satisfacción, gracias a que nos venimos a plantar en la calle, Elena va a ser atendida como dios manda. Era nuestro compromiso con la familia“, señala Alejandra Salazar.

Gracias al diálogo y a la movilización del día martes, Elena ya fue trasladada este miércoles para realizarle el estudio de biopsia. Y este viernes se tenía planeada una primera mesa de trabajo, la cual se pospuso para la semana entrante, en donde se tratarán temas como el seguimiento al tema de salud de las internas, la visita de las presas que se ha restringido y talleres de sensibilización para el personal que labora en el centro de reinserción, las asociaciones también planean la elaboración de trípticos con información relacionada a los derechos y obligaciones a la hora de la visita, mismos que serán repartidos tanto a la población del penal como a los familiares.

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