Redes sociales, el anzuelo que lleva a la desaparición

Redes sociales, el anzuelo que lleva a la desaparición.
Foto: Isabel Briseño

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


El número de menores y mujeres jóvenes que desaparecen cuando acuden a reunirse con personas que conocieron en internet va en aumento ¿Qué hacer para prevenirlo?

Texto y fotos: Isabel Briseño

CIUDAD DE MÉXICO.- Amistad, amor, ofertas laborales falsas, recompensas en videojuegos y promesas de dinero, son los atractivos ligados a la desaparición de menores y mujeres jóvenes a través de las redes sociales.

De acuerdo con María Elena Solís, directora de la Asociación Mexicana de Niños Robados y Desaparecidos (AMNRDAC), las redes sociales son una herramienta muy poderosa con un doble filo. Mientras algunas personas las usan para rastrear pistas que lleven hacia el paradero de alguna víctima de desaparición, hay quienes las utilizan para enganchar y posteriormente desaparecer a sus víctimas.

El 19 de noviembre de 1994 María Elena vivió en carne propia la desesperación que sufren los familiares de las personas desaparecidas. Una banda de secuestradores dedicada a la venta de menores se robó a su nieta de dos años. Las autoridades la recuperaron 50 días después, junto a dos menores más.

“Fueron los peores 50 días de mi vida”, señala Solís.

Solís indica que atienden un promedio de 300 casos anuales relacionados a la desaparición de personas.  “Antes buscábamos niños y niñas, ahora buscamos de todo porque diario desaparecen muchas personas”. Foto: Isabel Briseño

“En ese entonces se daba mucho el robo de menores para adopciones ilegales. En el 2009 da un giro impresionante y desaparecen personas de todas las edades, hombres y mujeres”, explica la directora del organismo.

“Es un dolor muy intenso saber que se llevaron a tu ser querido y no conocer en qué manos está”.

Las víctimas de redes delincuenciales se ven obligadas a desempeñar actividades como el trabajo forzado, la pornografía, trata de blancas o venta de drogas. De acuerdo con María Elena, han logrado rescatar a jóvenes que han escapado de campos, a quienes mantenían trabajando en condiciones de exclavitud.

“En un 80% de los casos de menores que se han ausentado se debe a problemas familiares”, indica María Elena Solís.

La directora de la organización menciona el caso de dos niños enganchados a través del videojuego Free Fire. Uno de ellos, originario de Torreón Coahuila. Al menor de 14 años lo contactó una mujer con la que jugaba por internet. La mujer le envió dinero y le dijo que fuera a Jalisco, ahí lo obligaron a vender drogas. Amenazado de muerte, golpeado y con amenazas de hacerle daño a su familia, lo mantuvieron cautivo.

Solís resalta la importancia en la suma de voluntades en la labor de búsqueda de personas desaparecidas, de familiares, fiscalías, comisiones de búsqueda y los medios de comunicación. “En la organización nuestra labor es enseñarles el camino a los familiares”, señaló María Elena.

Una empresa privada que colabora con la asociación difundió la ficha de desaparición del menor. Un hombre identificó al joven en las calles, avisó a la asociación, y las autoridades lo recuperaron.

AMNRDAC tiene registro de un promedio de 5 mil personas recuperadas en los 29 años que lleva operando la organización. Foto: Isabel Briseño.

Infancias y mujeres: poblaciones en riesgo

Carlos Ramirez Castañeda es especialista en Derecho Informático e investigador en ciberseguridad. Él señala que son las infancias y mujeres quienes están totalmente expuestos y los más vulnerables. Indica que existe un número mayor de internautas mujeres que hombres, de tal forma que se encuentran mayormente expuestos a trata o a pornografía.

La manera de contactar con las mujeres es a través de ofertas laborales falsas que ofrecen grandes sueldos a cambio de actividades relativamente sencillas, o supuestos mandos directivos que en realidad tiene que ver con trata o acoso digital, incluso estafas.

Las jóvenes son abordadas a través de perfiles falsos. Después de eso, los enganchadores procuran entablar una amistad con ellas. El objetivo: ganarse su confianza. Esto, muchas veces, deriva en el secuestro, explotación, violación o feminicidios.

“El querer escapar de casa o tener una mejor oportunidad de vida posibilita que las mujeres caigan fácilmente en este aparente tipo de escaparates ofertados en las redes sociales”, señala Ramírez.

¿Cómo podemos prevenir esto?

La prevención es un tema complicado por el alejamiento que las mismas redes sociales han generado entre los integrantes de las familias. Aún así, es algo en lo que se debe trabajar más. María Elena recomienda poner más atención a los hijos.

“Desde que la tecnología llegó, te sientas a la mesa y cada quien está en su celular. Es muy importante el diálogo, pero ya no lo hay. Los niños y niñas prácticamente crecen solos. Se sienten solos y el teléfono es el medio para conocer gente de la que no se saben cuales son sus intenciones”, refiere Solís.

También sugiere no comunicarse con gente que no se conoce. Saber quiénes son los amigos de la escuela. Tener datos de contacto de amigos o de la gente con quien conviven. Ser herméticos. No compartir información personal o familiar ni siquiera con las amistades.

Carlos Ramírez señala otro punto clave en materia de prevención. Recomienda a los usuarios de la red, tener comunicación directa con alguna persona de confianza que posibilite el rastreo y el constante monitoreo. En caso de acudir a una cita por cuestiones de trabajo, Ramírez aconseja verificar la empresa y el sitio desde el cual se les contacta. Lo principal es la comunicación abierta y continúa con la familia.

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