Caso Mariana Lima: por fin llega la justicia

Caso Mariana Lima: por fin llega la justicia
Foto: Maria Ruiz

*Esta nota fue realizada por Pie de Página, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


Desde hace 13 años, Irinea Buendía ha luchado para que el feminicidio de su hija no quede impune. Este lunes, tras un periplo legal que incluyó hasta la SCJN, el poder judicial mexiquense por fin dictó la sentencia: 70 años de cárcel al feminicida de Mariana Lima Buendía.

Texto: Lydiette Carrión y Daniela Rea

Fotos: María Ruiz / Archivo Pie de Página

CIUDAD DE MÉXICO.- Este lunes el poder judicial del Estado de México comunicó la sentencia condenatoria en contra Julio César Ballinas, feminicida de Mariana Lima Buendía. Esto, después de 8 años de la sentencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), que ordenó que el feminicidio debía juzgarse con perspectiva de género, y tras 13 años del feminicidio de la joven.

Julio Césa Ballinas fue condenado a 70 años de prisión por haber asesinado a su esposa entre el 27 y 28 de junio de 2010, cuando ella se disponía a dejarlo, debido a los maltratos y violencia que sufría.

Un logro de Irinea

La doctora en Derecho Karla Quintana conoció el caso de cerca, ya que fue secretaria de estudio y cuenta (magistrada auxiliar) en la ponencia del ministro Alfredo Gutiérrez Ortiz, al presentar el caso  ante la SCJN. En breve entrevista telefónica, y después de enfatizar que en este caso la madre de Mariana, Irinea Buendía es quien lleva la voz cantante, advierte: “en materia de justicia, (la sentencia) es una lucecita de esperanza para quienes creemos que todavía se puede hacer algo por medio del Derecho”. Y “ojalá hubiera muchas más de éstas.”

“Quien siempre tiene que dar las primeras palabras es Irinea. Es un reconocimiento a la lucha de ella y don Lauro, el papá, quien falleció hace unos años. Desde el principio del caso estuvo Irinea. Siempre dijeron desde el día uno, que esto había sido un feminicidio. Luego con el acompañamiento del Observatorio Nacional Ciudadano contra el Feminicidio […], y el acompañamiento de sus abogadas y abogados, durante  todos estos años…

Quintana enumeró todo el proceso desde el feminicidio de Mariana, quien entonces contaba con 29 años de edad. “Tú sabes el proceso tan largo”, advierte. Primero desde que el ministerio público lo declaró suicidio y decretó el no ejercicio de la acción penal. Desde ahí la señora Irinea, su esposo y apoyo legal obligaron a que sí se investigara. Lograron entonces que se reabriera la investigación.

“Se menciona poco, pero también el juez que emitió la sentencia en un primer momento, si bien no tiene todas las aristas, sí tiene decisiones procesales que nos permitió que el caso siguiera avanzando en la SCJN. Si no hubiera eso el caso no hubiera podido llegar a la corte. Entonces, es  una cadena de actores, ya sea de la mano de Irinea o del lado de la justicia”.

Retrato a Irinea Buendía durante el Segundo Encuentro de Mujeres que Luchan en el Caracol de Morelia, Chiapas / Foto: María Ruiz

Luego llega la sentencia de la SCJN, en 2015, ya hay un proceso legal abierto, y la SCJN ordena que este proceso se efectúe con perspectiva de género. Y “unas semanas después de la sentencia se detiene al acusado”, recuerda la doctora Quintana.

Pero todo este proceso implicó muchos años de perseverancia para la familia: 13 desde el feminicidio y ocho desde la sentencia de la SCJN. “Fue un concierto de recursos presentados, dilaciones, suspensión de audiencias, se atravesó la época covid, creo que el resultado del día de hoy es, llega la justicia, después de muchos años”.

La abogada reconoce que se trata de uno de los poquísimos casos que tienen un resultado así. En México sufrimos una “enorme impunidad”, reconoce. “Y en temas de feminicidio uno de los más altos porcentajes de impunidad”. Por eso, advierte: “En materia de justicia es una lucecita… Ojala hubiera muchas más de estas”.

Al ser cuestionada sobre los alcances de la sentencia de la SCJN y el caso, advierte:

“Yo creo que el caso de Mariana siempre será referido como un precedente por lo que logró Irinea en los diferentes momentos del proceso. Ojalá esto tuviera un efecto dominó en otros casos. Lo que sabemos por lo que vemos, en los litigios, en las sentencias, el caso de Mariana es referente. Esto no quiere decir necesariamente y lamentablemente impacte en un juzgamiento con perspectiva de género”.

Desde el feminismo, explica se ha construido mucho andamiaje para investigar, para juzgar, “pero sigue habiendo feminicidios, impunidad en la desaparición de mujeres. Creo que si bien es un paso importante y reconocerlo como tal, falta mucho en materia de justicia y de cómo inculcar el servicio público de una perspectiva de género”.

Los hechos del 28 de junio de 2010

Tu hija Mariana se suicidó–, dijo la voz del yerno Julio César Ballinas del otro lado de la línea. Eran el filo de las 7 de la mañana del 28 de junio de 2010. Irinea encontró la noticia imposible. Había visto a su hija la tarde anterior. Mariana, con 29 años y 4 de casada, le había dicho que ahora sí iba a dejar dejaría  a Ballinas, por las golpizas y la violencia a las que la sometía. Junto al teléfono, Irinea recordó las dos ocasiones en las que el mismo Ballinas le dijo que mataría a Mariana,  como lo había hecho con otras, a quienes además metió a una cisterna.

Irinea colgó el teléfono, dejó su casa en Nezahualcóyotl y media hora después, acompañada de otra de sus hijas y el esposo de ésta se encontraba en la calle Naranjos, barrio de Xochitenco, Chimalhuacán, donde vivía Mariana.

Encontraron el portón abierto. Ballinas no estaba. Aunque era policía judicial, dejó la escena del crimen sin resguardo.

Entraron a la recámara. El cadáver de Mariana estaba recostado en la cama. El rostro, de Mariana, que en vida era moreno y pequeño, ahora se miraba amoratado, hinchado. Irinea la besó en el rostro. Olía a limpio. El cuerpo ya presentaba rigidez; tenía rasguños en el cuello, en la frente, moretones en las piernas. El pelo estaba revuelto, como si alguien lo hubiera lavado y secado; los dedos tenían esas arrugas que deja el haber pasado mucho tiempo en el agua. Los pies, descalzos y limpios, mientras que el piso estaba sucio.

Después llegó Ballinas con los agentes ministeriales. Los agentes levantaron el cadáver en 10 minutos. Las fotografías tomadas por los peritos estaban desenfocadas, sin mejor calidad que las del celular de Irinea y describieron la postura del cadáver en dos párrafos. Un perito consignó que el cuerpo olía a alcohol. Días más tarde, el peritaje elaborado por la procuraduría mexiquense concluyó que Mariana se había suicidado con un cordón de cinco milímetros de grosor, aunque la marca en el cuello tenía un diámetro de cinco centímetros atado a un clavito.

No fue la única incongruencia. Según expertos peritos, las lesiones no concuerdan con las que deja un suicidio por ahorcamiento.

Irinea Buendía encabeza marcha contra la violencia hacia las mujeres acompañada de las abogadas Ana Yeli Pérez y Maria de la Luz Estrada,  fundadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio
/ Foto: María Ruiz

La primera batalla

El 17 de noviembre de 2010, la familia, acompañada por litigantes del Observatorio Nacional Ciudadano contra el Feminicidio,  gestionaron un primer recurso de revisión ante la fiscalía del Estado de México debido a las deficiencias y omisiones de la investigación. Casi inmediatamente interpusieron un primer amparo, que fue rechazado a los pocos días. Solicitaron una revisión del amparo ante un tribunal colegiado, que confirmó la negativa pero bajo una  causal diferente.

Los quejosos debieron sortear “chicanadas”. Por ejemplo, Irinea recuerda la ocasión en la que, durante algún trámite en la oficina de Feminicidios en Barrientos, los funcionarios pidieron al abogado que acompañaba a Irinea, Rodolfo Domínguez, que saliera a sacar unas fotocopias, y mientras estaba ausente, querían que Irinea firmara algunos documentos.

O la ocasión en el que en alguna otra oficina estaban ofreciendo “ayudas” a deudos de casos impunes. Les ofrecían pensiones, cosas para negociar, pero ya desde entonces, Irinea tenía su leitmotiv: “Sólo queremos  dos cosas: justicia y justicia”.

Para 2012, y ante la inmovilidad del caso, los familiares interpusieron, un segundo amparo para exigir que el procurador respondiera sus demandas. Más de ocho meses después llegó la respuesta del procurador, que determinó que sí faltaban pruebas, como las sábanas de llamadas. Pero como había pasado ya tanto tiempo este tipo de pruebas ya estaban perdidas. En enero de 2013, Irinea presentó un segundo recurso de revisión y para febrero, solicitaron a la Suprema Corte de Justicia de la Nación que atrayera el caso, lo que finalmente ocurrió en septiembre de aquel año. Durante todo ese tiempo , Julio César Ballinas pasó de ser judicial a ser comandante en Chimalhuacán.

Para marzo de 2015, finalmente la SCJN ordenó que el caso de Mariana Lima se investigara con perspectiva de género. Una semana después Julio César Ballinas fue detenido.

 

Irinea Buendìa coloca antimonumenta en Neza como parte de las medidas de reparación por el feminicidio de su hija Mariana Lima Buendía / Foto: María Ruiz
Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.