‘Ellos se están quemando’, dijeron; no hicieron nada por sacarlos de las celdas

‘Ellos se están quemando’, dijeron; no hicieron nada por sacarlos de las celdas
Foto: La Verdad

*Esta nota fue realizada por La Verdad, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


Viangly Infante, esposa de sobreviviente narra cómo las autoridades migratorias no hicieron nada para sacar de su celda a los migrantes detenidos en la estación del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez

POR MARCO ANTONIO LÓPEZ / LA VERDAD

A Eduardo de Jesús Carballo López, un venezolano de 26 años de edad, lo detuvieron elementos del Instituto Nacional de Migración (INM) cuando caminaba por la calle hacia una farmacia de la zona Centro, para comprar medicamento para su hija de un año que sufre de convulsiones.

Él se identificó y trató de mostrar los documentos que acreditan su estancia legal en el país, sin embargo los elementos de Migración lo trasladaron al centro de detención temporal alrededor de la 1:30 de la tarde del lunes 27 de marzo. Alcanzó a hacer una llamada a su esposa, Viangly Infante, venezolana de 26 años con estancia legal para transitar en México en su trayecto a Estados Unidos.

Viangly llegó a las instalaciones del INM junto a sus tres hijos alrededor de las 2:00 de la tarde con los papeles que acreditan la estancia legal de su esposo. A pesar de demostrar que tienen permiso para estar en México las autoridades de Migración la dejaron esperando.

Para las 9:00 de la noche no tenía respuesta, minutos después empezó a escuchar gritos desde el área de las celdas y empezó a sentir pánico, cuenta.

“Yo me acerqué, me desesperé y empecé a gritar, veo que sacan a las quince mujeres con niños, yo me desespero y pregunto que qué pasa, que por qué no salen los hombres y lo que me dijeron es ‘ellos se están quemando’ me desesperé mucho y lo que fue es que me sacaron ya de manera que yo me quedo acá en la reja y veo que están sacando los cuerpos muertos y veo a lo lejos que sacan a mi esposo, que lo estaban reanimando y me puse a pegar gritos para ver si él me escuchaba, vi que intentaban amarrarlo y me puse a gritar y ya ahí se lo llevaron”, cuenta Viangly, cuyas imágenes golpeando la ambulancia en espera de una respuesta de su esposo le dieron la vuelta al mundo.

Eduardo de Jesús Carballo López es uno de los 27 migrantes que lograron sobrevivir y que fueron hospitalizados luego del incendio en el centro de detención del Instituto Nacional de Migración que dejó un saldo de 39 personas muertas que quedaron atrapadas en la celda donde se inició el fuego.

“El sobrevivió porque se metió al baño, el se encerró en el baño para sobrevivir, estaba todo mojado cuando salió. Fueron 15 minutos que estuvieron ellos adentro hasta que llegaron los bomberos a sacarlos, nadie les abrió la puerta”, cuenta Viangly, que estuvo en el momento del incendio con la impotencia de no poder ayudar a las personas que se quemaban en el interior de las oficinas federales.

“Sentí mucho coraje saber que hay 40 muertos, que ellos teniendo la oportunidad de abrir la reja no lo hicieron, saber que ellos ninguno estaba detenido por ser delincuente, por nada, simplemente por ser migrantes, ellos tenían derecho a vivir, por qué no les abrieron la reja”, cuestiona Viangly frente a las oficinas del Instituto Nacional de Migración a donde acudió a dejar una veladora en memoria de los migrantes que perdieron la vida la noche del lunes 27 marzo.

Las autoridades federales aseguraron que se abrió una investigación para dar con los responsables y que están por girar orden de aprehensión en contra de ocho personas entre las que se encuentra por lo menos un migrante, acusado de iniciar el incendio.

Viangly cuenta la impotencia que sintió al ver que salía humo de las celdas y que los agentes no hacían nada para sacar a los migrantes encerrados, recuerda con enojo la respuesta simple “ellos se están quemando” y la nula reacción para ayudarlos.

Eduardo de Jesús Carballo López se encuentra internado en la Clínica 35 del Seguro Social, Viangly puede verlo dos veces al día, una hora cada vez y aunque aun no puede hablar con él debido a la inflamación de su garganta provocada por el humo así como en sus ojos y oídos, agradece que su esposo se encuentre con vida y espera se recupere pronto para que puedan seguir su camino hacia Estados Unidos.

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