En la Boca del Lobo, el libro que apunta a la verdad sobre asesinato de Regina Martínez

En la Boca del Lobo, el libro que apunta a la verdad sobre asesinato de Regina Martínez
Foto: La Marea

*Esta nota fue realizada por La Marea, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original


Se cumplen 11 años del asesinato de la periodista Veracruzana, corresponsal de la Revista Proceso. Katherine Corcoran, ex directora de la AP en México y Centroamérica, realizó una exhaustiva investigación y se metió en las entrañas de un caso al que considera un “antes y después”  para la libertad de expresión en el país. Nuevas pistas que apuntan al gobierno de Veracruz salen a la luz en este libro.

Por Flavia Morales 

Cuando Katherine Corcoran se enteró del asesinato de la periodista Regina Martínez el 28 de abril del 2012,  no tuvo duda, el crimen estaba vinculado a su trabajo periodistico y tenía el objetivo de silenciarla.

La explicación gubernamental del gobierno de Javier Duarte  de un asesinato pasional le pareció falsa desde un inicio,  apenas un excusa para perjudicar la imagen de Regina y  esconder intereses poderosos en su crimen.

No conocía personalmente a Regina entonces corresponsal de la Revista Proceso, pero habló por teléfono con ella, había leído sus reportajes y tenía referencias claras, era una periodista seria y comprometida con las causas sociales.

Así comenzó una investigación que le llevó siete años de trabajo donde descubrió pistas clave que reforzaron su idea central de un montaje para encubrir el asesinato de la periodista.

Las revelaciones de su trabajo las plasmó en el libro: En la boca del lobo, un asesinato, un encubrimiento y el verdadero costo de slienciar la prensa, editado recientemente por Bloomsbury publishing.

Corcoran encontró por ejemplo que los testigos del caso fueron torturados para firmar declaraciones, que uno de los testigos claves de la Fiscalía quien señaló a  José Antonio Hernández Silva “El Silva” ( preso) y José Adrián Hernández Domínguez, “El jarocho” (prófugo), como los culpables, en realidad nunca estuvo en la escena, es más, ninguna prueba en la escena del crimen apunta a ellos.

La periodista también logró el testimonio de un reportero que aseguró haber recibido 300 mil pesos del ex gobernador Javier Duarte para afirmar que el crimen tenía un motivo pasional.

A once años del crimen,  para Katherine Corcoran hay varias preguntas sobre el homicidio que siguen sin respuesta,  pero la que más le inquieta es : ¿Porque ha pasado más de una década del crimen y la gente sigue con temor de hablar del  asesinato de la reportera?.

Una posible respuesta que se sugiere en su libro es que personas influyentes están detrás del asesinato y siguen vigentes en el poder.

La Marea conversó con Katherine Corcoran, ex jefa de la oficina de AP en México y América central,  sobre sus motivaciones para escribir este libro, las principales revelaciones de su investigación, el trabajo de Regina Martínez y los riesgos para la democracia en los países donde la prensa libre es atacada.

 ¿Por qué crees que el caso de Regina Martínez explica la realidad de Veracruz y la de México? Es algo que mencionas al inicio de tu libro.

Para mí el asesinato de Regina Martínez es el caso más emblemático de  lo que pasa cuando se calla a la prensa.

Su asesinato fue una especie de alarma para todos los periodistas en México y fuera del país, lo que pasó despues de su asesinato afectó a la prensa, incluso varios reporteros se exiliaron ante el peligro. Por un momento en Veracruz no había una prensa independiente, mientras había un gobierno criminal que saqueaba y hacía desapariciones forzadas, la gente se volvió víctima de su propio gobierno.

Para mí este es un ejemplo  clave de la importancia de la prensa y  lo que pasa cuando se silencia.

Cuéntame el momento en que decidiste hacer un libro sobre este caso. ¿Qué hay detrás de esta decisión tuya?

Cuando llegué en 2008 a México había asesinatos de periodistas y la explicación del gobierno era que los asesinaban porque eran corruptos y ahí se acaban las investigaciones, a mí eso no me parecía una explicación oportuna.

Entonces cuando se asesinó a Regina, yo no la conocía personalmente, pero sí la rigurosidad de su trabajo, por eso sabía que no era corrupta,  el gobierno no tenía una explicación,  su caso tenía otro tinte, me interesó el caso y empecé a investigar.

Regina reporteando la caravana migrante Paso a Paso hacia la Paz.

 Fueron 7 años de trabajo ¿A qué te enfrentaste?

Fue un trabajo difícil porque Veracruz es violento, pero además es peligroso para la gente hablar del tema y como periodista había que proteger a las fuentes. A lo que más me enfrente fue al silencio. Tuve que hacer un trabajo lento y cuidadoso.

Me pregunto porque 11 años después, la gente sigue temiendo hablar de este homicidio, no tiene sentido. La explicación es que hay gente poderosa detrás.

 ¿Por qué elegiste el título y en qué momento lo decidiste?

Porque era una frase que constantemente me decían: Ser periodista en Veracruz es como estar en la boca del lobo.

El lobo para mí no es una persona, es más un ambiente, un fenómeno,  donde no se puede distinguir entre criminales y poder, son lo mismo y por eso es peligroso investigarlos.

Parece que llegaste a conocer a Regina. Cuéntame cómo era ella.

Regina es una persona que admiro mucho. Para el trabajo leí como 20 años del periódico política donde trabajó,  me impresionó mucho, los reportajes que realizaba en un contexto donde la prensa estaba controlada por el gobierno. Era una periodista que quería ser diferente.

Ella no se quedaba con la nota oficial,  iba a entrevistar a la gente, corroboraba datos, reporteaba hasta llegar a la verdad, ella estaba a la vanguardia del cambio del periodismo en Veracruz, fue impresionante ver que ella tenía este valor y compromiso por reportar la verdad en medio del contexto de inseguridad de Veracruz.

Aseguras en tu libro que la investigación fue un montaje. ¿Qué descubriste para llegar a esa afirmación?

Era obvio, primero hubo un desorden en la escena del crimen, luego la evidencia no coincide con la historia del gobierno,  se dicen cosas de su personalidad que no son creíbles ni compatibles con su forma de vivir, según testimonios de quienes las conocieron.

No sabemos realmente lo que Regina Martínez estaba investigando,  pero sabemos que tenía avanzada una investigación muy sensible y que pondría al descubierto el vínculo entre el narco y el gobierno.

Aunque hay otras versiones que indican que Regina evitaba tocar el tema. Hay dos historias, no sabemos quién está detrás del crimen, pero es obvio que tenía información sensible.

Existe una zona gris donde se cruza el gobierno con el crimen organizado,  ese cruce es peligroso porque el poder lo quiere acallar. Si eres periodista hay mucho riesgo de exponer se vínculo, lo hemos visto en varios ejemplos de asesinatos de periodistas.

Hay escenas de encuentros en los que confrontaste a fuentes muy polémicas. ¿Cómo fue esto para ti como periodista?

Para los políticos la misión es encubrir asesinatos como el de Regina o Rubén Espinosa, en casos así la meta no es la justicia, sino quitar el problema, callarlo, la justicia no importa, la meta es acabar con la polémica de cualquier forma posible, eso pasa mucho,  por eso es difícil llegar la verdad.

Las fuentes no querían hablar, muchas no contestaron. Fue riesgoso confrontarlas, pero las fuentes debían responder sobre los hechos.

¿Por qué crees que el caso de Regina es un «antes y un después»?

Su asesinato fue un parteaguas en México y en Veracruz. En ese entonces se creía que los corresponsales nacionales estaban  seguros,  que los asesinatos eran a periodistas hiperlocales o que manejaban la nota roja.

Pero ella no cubría la nota roja y trabajaba para un medio nacional, su crimen cruzó una línea de protección, fue una amenaza directa a la prensa crítica. Tocar a Regina significó que no había protección ni seguridad para nadie.

 ¿Qué es un «reginazo»?

Esa palabra es algo que sus amigos cercanos comentaron. Dicen que cuando ella hacía un reportaje le llamaban “reginazo”, porque  muchas veces era algo impactante que representaba un golpe duro para el gobierno.

Es paradójica la palabra, Regina era una mujer menuda, chiquita, pero con capacidad de dar golpes periodísticos fuertes.

 Dame un adelanto: ¿Qué representa para tu investigación el seudónimo Juan Salvador Gaviota? (Un personaje misterioso que encontraste..)

No sabemos si fue ella quien realizó algunas solicitudes de información bajo este seudónimo,  pensamos que podría ser porque Juan Salvador Gaviota es un personaje que quería ser diferente, como ella, una periodista que según su círculo cercano de amigos, quería hacer un periodismo distinto.

 Por qué el caso de una periodista asesinada en Veracruz, junto con los demás casos, interesa en Estados Unidos? ¿Qué respuesta has tenido hasta ahora entre tus colegas norteamericanos?

Cuando empecé está historia solo estaba pensando en México, la situación y los asesinatos que se vivían en impunidad, no había una emergencia para investigar los crímenes ni para el gobierno ni para la sociedad.

Pero de repente, las cosas para los periodistas en Estados Unidos cambiaron con el Presidente Donald Trump, con este discurso diciendo que la prensa es el enemigo del pueblo, esa narrativa es la misma que había escuchado en México.

En Estados Unidos hay una tradición de prensa libre, algo clave para la democracia, pero está narrativa de convertir a la prensa en el enemigo significa una alerta para los Estados Unidos. El caso de Regina Martíne interesa porque ejemplifica qué pasaría si se sigue el camino de callar a la prensa libre.

Para mi es importante que los periodistas hagamos alianza común, una resistencia para enfrentar esta ola de ataques y narrativas con la prensa.

Tenemos también que ser más fuerte y tener el apoyo de la sociedad, Cito a la periodista Rocío Gallegos:  no queremos que el gobierno nos proteja, queremos que la sociedad nos proteja, porque damos el servicio a la sociedad y  la gente debe valorar lo que hacemos, más ahora en medio de las redes sociales, la desinformación y las fake news.

¿Qué opinas sobre los ataques a la prensa de AMLO?

Es una mala señal el discurso en contra de la prensa, decir si no estás conmigo, eres el enemigo, cuando en una democracia son necesarias las voces independientes y críticas del gobierno.

La prensa es un contrapeso,  un observador. Seguir este discurso de denostar a la prensa regresa a tiempos del PRI. Por eso es importante defender las voces analíticas e independientes que cuentan la realidad del país y no solo la agenda política del gobierno.

¿ Qué lección nos dejó el asesinato de Regina Martínez? 

Aprendimos la importancia de la prensa libre, y que el asesinato de un periodista puede crear zonas de silencio. Afortunadamente hoy la prensa es más fuerte e independiente.

En mi libro quería expresar el valor de los periodistas en México que siguen haciendo su trabajo a pesar del ambiente peligroso,  ¿ porque lo hacen si es riesgoso? Porque es importante, y  están tomando el riesgo por vocación, es más que un trabajo,  la prensa independiente es necesaria para fomentar la democracia.

¿El caso del asesinato Regina podría reabrirse? 

Si se podría reabrir el caso porque nunca hubo una verdadera investigación, hay cabos sueltos, testigos que nunca fueron entrevistados, para mí si es una posibilidad, pero debe haber voluntad del gobierno.

Recordatorio de Regina en la plaza de Xalapa que ahora lleva su nombre.

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