La metanfetamina destruye… al medioambiente
La metanfetamina destruye… al medioambiente
Foto: Revista Espejo
*Esta nota fue realizada por Revista Espejo, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
Se podría calcular que los laboratorios de metanfetamina habrían derramado, al menos, 1.6 millones de kilogramos de residuos contaminantes en el territorio que circunda el mar de Cortés.
Culiacán.- Los grupos criminales que operan en la región del Golfo de California no solo han causado un problema de seguridad o de salud, sino también ambiental.
Francisco Cuamea Lizárraga, periodista e investigador sinaloense, realizó junto con la organización Global Initiative un estudio denominado “REGIÓN MAR DE CORTÉS, AMENAZAS SOCIALES Y AMBIENTALES DEL CRIMEN ORGANIZADO“, en el cual detalla una de las problemáticas poco o nada analizadas en México: el daño ambiental por la producción de drogas sintéticas.
“Al ser desplazados del mercado (de la marihuana por su regulación en Estados Unidos), los cárteles escalaron la producción de drogas sintéticas, como la metanfetamina de cristal”, señaló Cuamea Lizárraga.
“Esta se produce en laboratorios clandestinos que se instalan generalmente en áreas retiradas en la montaña, en zonas rurales o pueblos, cuyo común denominador es la rica biodiversidad que los rodea y en la que se derraman los desperdicios químicos que arroja la producción de dicha sustancia”.
En un cálculo hecho con datos de la Secretaría de Defensa Nacional, desde 2012 a 2021 se desmantelaron 974 laboratorios clandestinos en la región. Durante ese periodo, dijo Cuamea Lizárraga, se podría calcular que los laboratorios de metanfetamina habrían derramado, al menos, 1.6 millones de kilogramos de residuos contaminantes en el territorio que circunda el mar de Cortés.
“Para tener una magnitud posible del riesgo, la cifra calculada de residuos derramados por estos laboratorios clandestinos equivale a casi 2 kilos por cada una de las 2.8 millones de hectáreas de humedales de importancia internacional que hay dentro de esta región y que son vitales para el equilibrio del planeta”, señaló el investigador en su estudio.
“Los desechos son principalmente combustibles y disolventes como los que se utilizan en el hogar para tareas de limpieza y para el mantenimiento de los automóviles. Estos incluyen la acetona, el ácido de baterías de vehículos, el líquido para frenos, barnices para madera, amoniaco y refrigerantes para aire acondicionado. Los productos usados para la producción de metanfetamina también pueden contener partículas de litio o mercurio, que actúan como catalizadores de las reacciones”.
El tema es amplio y no está en la agenda gubernamental, señaló el Investigador, pese a que influye en la agenda de desarrollo sostenible de la ONU, al menos en cuatro puntos aceptados por México.
Por ejemplo, el vertido y descarga de los desechos podrían afectar las tierras agrícolas; pueden afectar de manera negativa la salud de las personas implicadas en los procesos productivos; la fabricación de drogas puede afectar la calidad del agua, el comportamiento de organismos acuáticos y los ecosistemas acuáticos en general; puede haber afectaciones en los suelos y la biodiversidad.
Como parte de la investigación, Cuamea Lizárraga preguntó a dependencias como la Defensa Nacional, la Fiscalía General de la República y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales sobre diagnósticos y mecanismos para evitar problemas medioambientales.
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La respuesta fue simple: no hay en México, al menos desde la parte gubernamental, algún área que atienda los desechos y derrames tóxicos por la fabricación de drogas sintéticas.
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