Proyectos de muerte del capital transnacional, la nueva forma de conquista en contubernio con gobiernos de la 4T

Proyectos de muerte del capital transnacional, la nueva forma de conquista en contubernio con gobiernos de la 4T
Foto: Página 3

*Esta nota fue realizada por Página 3, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.


Pedro MATÍAS

ISTMO DE TEHUANTEPEC, Oax., (pagina3.mx).- Como una “nueva forma de conquista”, el capital transnacional ha lanzado una ofensiva criminal sobre los territorios indígenas, con proyectos de muerte en contubernio con los gobiernos en turno.

Ante esta nueva invasión, los pueblos originarios fortalecen sus luchas para hacer frente a un capital muy rapaz que teóricamente les llaman acumulación por despojo, porque en su afán de obtener ganancias está convirtiendo en mercancía todo lo que eran bienes comunes: el agua, recursos naturales, la biodiversidad, la tierra y el territorio.

En esta nueva ofensiva sobre los territorios indígenas se han impuesto proyectos de muerte como:

  • La mega-minería,
  • Gasoductos,
  • Plantaciones comerciales,
  • Infraestructura de comunicaciones,
  • Parques eólicos,
  • Plantaciones de monocultivos legales e ilegales y
  • Complejos turísticos.

Entre estos megaproyectos se encuentran:

  • Corredor Interoceánico en el Istmo de Tehuantepec
  • Tren Maya en la Península de Yucatán
  • El aguacate en Michoacán, entre otros.

Proyectos que buscan controlar los territorios habitados ancestralmente por los pueblos indígenas, apropiándose de los bienes naturales existentes en sus tierras y territorios.

Ante esta nueva forma de conquista, invasión y despojo, autoridades del pueblo Nasa y del Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC) de Colombia hermanados con defensores Ikoots (huaves), Binni Záa (zapotecos), Ayuukjä’äy (mixes), Ñuu Savi (mixtecos) y chontales de Oaxaca, así como indígenas Michoacán y de la Península de Yucatán, lanzaron un llamado a todos los pueblos de América Latina para fortalecer las luchas en defensa de la vida, los territorios indígenas y los bienes naturales.

En la capital de Oaxaca se realizó el foro “Encuentro: Intercambio de experiencias, saberes y perspectivas sobre los impactos de los proyectos desarrollistas en los territorios y bienes comunes de los pueblos originarios de México y Colombia”.

Participaron 11 autoridades del CRIC de Colombia, la Asamblea de Defensores del Territorio Maya y Gobierno Comunal de Cherán, así como defensoras, profesores, investigadores y representantes de más de 40 organizaciones y comunidades indígenas de Oaxaca.

Con la coordinación de la asociación civil Centro de Apoyo al Movimiento Popular Oaxaqueño (CAMPO), la delegación colombiana también realizó un recorrido de siete días por comunidades indígenas afectadas por el Corredor Interoceánico, uno de los megaproyectos sexenales del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Este encuentro binacional se sustentó en la espiritualidad, la compartencia de saberes, el agradecimiento a los mayores y a la Madre Tierra, la fiesta, la comunidad y la comunalidad como una forma de ir tejiendo la diversidad para el buen vivir.

Durante el foro, el investigador y asesor de comunidades indígenas, Francisco López Bárcenas, insistió que en México los pueblos indígenas están dando las luchas porque tenemos un capital muy rapaz.

“A mí me parece que los movimientos actuales de los pueblos indígenas siempre se han distinguido, pero ahora se distinguen más porque son los pueblos los que se mueven, ya no son las organizaciones.

“En México por mucho tiempo han sido las organizaciones las que se han movido, pero ahora son los pueblos con sus autoridades, con sus rituales y con su capacidad y obviamente generan estrategias de alianza”.

Luego de dar un contexto de la situación que se vive en el país con un gobierno que se ha autodenominado de la Cuarta Transformación reconoció que quien domina las políticas, la vida nacional, es el capital y es sobre todo es el capital transnacional.

“No es cierto que sean los gobiernos los que dictan las políticas, no, es el capital, y es el capital visto incluso de cómo se han repartido diversos sectores de la economía mexicana; la minería lo tiene los canadienses, los bancos lo tienen los españoles, las farmacéuticas lo tienen los alemanes, ya está todo repartido y nosotros los indígenas seguimos como una piedrita en el zapato de ellos y esto lo han logrado fundamentalmente a través de los tratados comerciales”.

Explicó que el capital que estamos viendo y lo vemos mucho en las comunidades no es un  capital como el que nos enseñaron en las escuelas que producía plusvalía, que explotaba la mano de obra para tener su ganancia, no, ahora tenemos un capital muy rapaz que está convirtiendo en mercancía todo lo que eran bienes comunes.

Y agrego que “las ganancias de este capital no están en la producción de nada sino en la conversión en mercancía de lo que eran bienes comunes y eso sí que afecta a los pueblos indígenas porque ahí tenemos los recursos naturales por buenas o por malas, por desgracia o gracia, los recursos naturales de la mayoría de los pueblos indígenas en el mundo están en los territorios indígenas, entonces, es por eso que a nosotros nos toca enfrentar las ofensivas del capital”.

¿Qué ha pasado con el gobierno del cambio?, se preguntó al tiempo que respondió que López Obrador dijo que iba a haber una atención prioritaria a los indígenas y no la ha habido.

“Lo que ha habido mucho -y creo que a eso hay que ponerle atención en América Latina-, es que nos venden proyectos en lugar de derechos. Aquí en México hay muchísimos proyectos pero nadie habla de derechos en el gobierno. Lo que hay son muchos megaproyectos apoyadas en políticas del despojo o proyectos de muerte”.

¿Por qué estamos en contra de los megaproyectos?

“Acá se nos dice que somos retrógradas, que no queremos el progreso, que queremos vivir como en las cavernas. No, el asunto es que la manera que se están implementando atentan contra los derechos de los pueblos y crean condiciones para que los pueblos vayan desapareciendo”.

“Estamos en contra porque no hay posibilidades de ejercer derechos como el que tenemos en la Constitución, que es el derecho a la autonomía, y con el capital  y con la empresa no hay posibilidad de hacer eso, se fragmenta el territorio”.

Considera que “los megaproyectos son proyectos de muerte, porque este capital está en donde están los pueblos y estos proyectos muestran claramente que es ahí donde al capital les interesa y que por eso hay que dar la lucha ahí. Esa es la lucha central de los pueblos”.

Por último, “la lucha de los pueblos indígenas es muy importante porque no solo estamos contra el capital, sino que estamos visualizando algo que desde la academia le hemos llamado la crisis civilizatoria, que parece que la manera en que hemos vivido ya no está dando para vivir y que hay que buscar otra manera de vivir”.

Respecto a la militarización, dijo sentirse sorprendido porque “toda la vida política está militarizada”, porque con las reformas que le hicieron a la Ley Orgánica de la Administración Pública es que le dan todo a los militares.

Ya les han entregado las aduanas, el aeropuerto, la seguridad mientras que la Constitución, en su artículo 29, dice que en tiempos de paz ningún militar debe actuar fuera de sus cuarteles.

Ahí, dijo, “rebasa lo político, lo jurídico, lo económico …va a ser muy difícil revertir eso a corto plazo. Ya nos estamos acostumbrado, pero sí es un peligro grande».

A su vez, el dirigente de la Unión de Comunidades de la Zona Norte del Istmo (Ucizoni), Carlos Beas Torres, recordó que hace 30 años, don Lorenzo Muelas, viejo dirigente del Cauca, advirtió que se venía toda una ofensiva sobre los territorios indígenas de América.

“Hoy lo entiendo como una profecía porque persiste un proceso que se puede llamar de invasión que se acompañó de iniciativas que se han venido convirtiendo en megaproyectos y que tienen que ver con la necesidad del capitalismo mundial de producir y circular mercancía y para ello ha venido generando una nueva ocupación de los territorios para poder darle vida a esta nueva etapa del capitalismo.

“Aquí en Oaxaca, estamos viendo que esta nueva invasión se está reflejando con la modernización de puertos como Salina Cruz, la creación de nuevas empresas de producción de energía”.

Resaltó que existen cuatro condiciones que están permitiendo esta nueva conquista, invasión o despojo de los territorios indígenas:

  • Una es una legislación que favorece la privatización.
  • Los tratados comerciales.
  • La construcción de infraestructura de comunicaciones.
  • Creación de polos de generación de energía de todo tipo.

“Estas 4 condiciones están permitiendo esta nueva invasión a los territorios indígenas con los proyectos de minería, eólicos, hidroeléctricos, de turismo, que están convirtiéndose en una nueva invasión”.

Mencionó que “los grandes megaproyectos no son decisiones nacionales. No es que López Obrador está militarizando el Istmo para favorecer sus intereses; no, detrás del corredor en el Istmo hay intereses transnacionales definitivamente”.

Todavía no tomaba posesión López Obrador en 2018 y ya anunciaba esos proyectos emblema, el tren maya, el corredor, la refinería de Dos Bocas, etc. Ya había un ofrecimiento al gran imperio de Estados Unidos para inversiones de ese tipo.

En México, particularmente en el Istmo Oaxaca, dijo, “se está viviendo ese doble discurso.

“Por un lado, inversiones públicas para ampliar y modernizar los puertos de Salina Cruz y de Coatzacoalcos en Veracruz, pero también dinero público para la rehabilitación y modernización del ferrocarril del Istmo y la carretera transístmica.

“Es decir, con dinero de los mexicanos se está construyendo un corredor de mercancías que va a beneficiar al gran capital transnacional”.

Entonces, agregó, “no es un proyecto nacional, aquí hay una disputa entre el gran capital norteamericano y el chino.

Con el PRI de Enrique Peña Nieto llegó una delegación china a Salina Cruz para ver la inversión en una planta gasificadora.

Ahora, con Morena, va a ser inversión norteamericana, entonces esos grandes proyectos que no solo impactan a Oaxaca y Yucatán, corresponden a intereses que están por arriba de los gobiernos nacionales y en este caso el papel de los gobiernos progresistas en algunos países ha sido el de favorecer los proyectos que no pudo hacer la derecha”.

Lo preocupante, advirtió, “es que actualmente en el Istmo de Tehuantepec estamos viviendo una situación de excepción, porque por un lado hay obras que tienden a modernizar la infraestructura energética y de comunicaciones o anuncian la creación de 4 parques eólicos, ya no con capital español sino que ahora con capital de Estados Unidos, lo que pone en entredicho eso de la defensa de la soberanía nacional.

Y por otra parte, dijo, “estamos viviendo una situación de excepción porque desde hace algunos meses tenemos la presencia de las fuerzas armadas en la administración, en la justicia, en la seguridad, de Semar porque los marinos hacen funciones ya hasta de policía vial”.

“Estamos viviendo una situación muy difícil en el Istmo que corresponde a una lógica del capital internacional y que un gobierno presuntamente progresista o de izquierda le ha creado todas las condiciones, incluyendo el uso excesivo de la fuerza del ejército para poder reconfigurar a una región estratégica en la comunicación del circuito mundial de mercancías, rica en recursos naturales, con un 60% de la población indígena.

Remató con la frase: “Que Dios nos agarre confesados”, en alusión a que desde agosto pasado han llegado más de dos mil efectivos de la Marina con el objetivo de vigilar, proteger y brindar seguridad en todo el proyecto presidencial.

Con ello, también se han incrementado los hostigamientos y amenazas a los opositores al proyecto como ha sucedido con los habitantes de San Juan Guichicovi que mantuvieron durante 62 días un bloqueo a las vías del ferrocarril en el tramo Mogoñé Viejo-Vixidu.

En los primeros días de febrero, una misión de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) recorrió, durante cuatro días, el Istmo de Tehuantepec para conocer de viva voz de ejidatarios y vecinos de diferentes comunidades de esta región, las violaciones a sus derechos en la ejecución del megaproyecto denominado Corredor Interoceánico.

En su recorrido por diferentes ejidos mixes del municipio de San Juan Guichicovi, los comisionados de la ONU recibieron varias denuncias de agresiones y amenazas en contra de vecinos, por parte de grupos de la delincuencia que venden protección a las empresas que realizan trabajos de modernización del ferrocarril del Istmo de Tehuantepec.

También les fue reportado que personal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) ha denunciado penalmente a vecinos que protestan por daños a sus viviendas y terrenos.

Además, la comisión pudo confirmar la denuncia hecha por ejidatarios de Estación Sarabia sobre la creciente e intimidante presencia de elementos de la Secretaría de Marina en toda la región.

El doctor en ciencias sociales y autor del libro “Comunalidad, Resistencia y Neocolonialismo en el Istmo de Tehuantepec”, Carlos Manzo, afirmó que el capital financiero transnacional ya no tiene patria.

El representante de la asamblea de comuneras y comuneros de Unión Hidalgo fue más directo al sostener que “en los últimos 10 años hemos visto acompañadas por una buena parte de la inversión industrial en equipos tanto material como humanamente que son solventadas por la presencia del narcotráfico y lo estamos viviendo en el Istmo de Tehuantepec”.

“En las comunidades hay que enfrentar directamente toda la saña y toda la violencia que puede generar la complicidad entre el lavado de dinero del narco, entre la política impositiva de derecha disfrazada de izquierda, el clásico borreguito de patitas blancas que puede ser el actual gobierno neoliberal de una izquierda empoderada que está prácticamente derrotando en el campo de la inversión económica tanto pública como privada a la derecha electoral que parece ser que, incluso en el siguiente sexenio, no terminará de levantarse”.

En Unión Hidalgo, citó, “tenemos una explotación minera en el Cerro Iguana y no nos hemos podido confrontar directamente con esa explotación, como sí lo hemos hecho con los parques eólicos, porque nos dicen que ahí hay gente armada que está propiciando lo mismo que está haciendo la Guardia Nacional, la Marina y el Ejército, paralelos a los trabajos de los equipos de constructoras del Corredor Interoceánico”.

“Con esas dos pinzas, por un lado el Ejército y por otro lado el narco, la fuerza paramilitar del narco, están haciendo posible que esas máquinas avancen y que se esté dando ese proceso de modernización, de construcción, de recreación y de lavado, incluso de las inversiones, de capital, estamos hablando de millones de dólares”, añadió.

Recorrido de autoridades colombianas

Las autoridades colombianas realizaron un recorrido de 12 días por territorio de Oaxaca donde visitaron las instalaciones de la Red de Cafeticultores 5 de Diciembre, donde conocieron el proceso y catación de café, su planta de beneficio seco y la planta de tostado.

Posteriormente visitaron San Mateo del Mar donde sostuvieron un encuentro con la organización de mujeres Monapaküy; de ahí viajaron a San Pedro Comitancillo para recorrer las tierras de uso común recuperadas de objeto de despojo por parte de la fábrica de aspas Temaco y minería, e hicieron una parada en el paso del tren interoceánico.

De ahí visitaron Ciudad Ixtepec donde conocieron la resistencia al modelo extractivo y defensa del territorio hasta lograr cancelar una concesión minera.

Continuaron su recorrido al visitar el Centro Agroecológico “Yajxonaax” Tierra Bonita -en Matías Romero- donde conocieron la preocupación que existe por la militarización del la región para imponer el Corredor Interoceánico.

Posteriormente hubo intercambio de experiencias, saberes y perspectivas en Santo Domingo Petapa, donde conocieron la educación comunal y sus formas de hacer vidas.

En el último día de recorrido en la zona del Istmo de Tehuantepec, la caravana llegó a Unión Hidalgo, un pueblo que resiste contra las eólicas y también contra una minería.

TEJER PARA BORDAR LA VIDA

El director general de Campo A. C., Eduardo Torres Navarrete, dijo que este encuentro binacional tiene la finalidad de posibilitar un intercambio que tenga que ver con las experiencias y saberes generados entre comunidades indígenas y pueblos originarios de México, Oaxaca y del Cauca.

En este intercambio de saberes sobresalieron “los impactos, amenazas y efectos graves que ha tenido los megaproyectos o proyectos desarrollistas carreteros, hidráulicos, mineros y de todo tipo en nuestros países”.

“La idea es que en esta situación de crisis rompamos esos aislamientos que se dan ya en muchos lugares como en las regiones e incluso en los países América Latina. Cómo poder romper esto, hay mucha experiencia acumulada, son décadas de trabajo”.

Considera que “hay retos extraordinarios en la actualidad pero hay que intercambiarlo, hay que abrir y poderse espejear a las nuevas experiencias en otros lugares que permitan no copiar ni replicar automáticamente, eso no es posible ni va a funcionar, pero sí qué elementos no son comunes, qué elementos nos diferencian para tejer resistencias”.

“Hay un elemento central que a pesar de dispersión, de la división, del quiebre de tantas organizaciones en el país y en particular en Oaxaca, nosotros percibimos que los proyectos o expresiones de resistencia están en las comunidades originarias en México y allá en Colombia”, puntualizó.

En esta visita, lo más fuerte que brincó fue el tema de la espiritualidad.

En todos los lugares que visitamos -al inicio y al final- cada comunidad mostró lo que tenía que ofrecer, entonces, eso les ha llamado poderosamente la atención, cómo aún a la distancia tenemos elementos tan fuertes en esa parte.

A pesar de los pesares, con programas oficiales que han contribuido fuertemente en la actualidad a resquebrajar, a dividir, lo hemos visto por todos lados, no obstante están presentes.

Son luchas que no vienen de ahora o de hace tres años, hay algunas que tienen décadas.

Una de las preocupaciones que percibimos en este viaje son los temas de inseguridad y crimen organizado, poderosos actores que están actuando por arriba, por en medio y por abajo, por ahí y por allá.

A su vez, el presidente de la asociación civil Campo, César Morales Rodríguez, manifestó que las personas de Colombia compartieron que hay intereses muy específicos y muy claros.

Uno está muy vinculado al tema económico, vimos a la Red de Cafeticultores 25 de Diciembre y ellos dicen cómo le hacemos para saber cuánto costo eso, cuanto nos costaría a nosotros trabajar el beneficiado seco que allá no está en nuestras manos y quisiéramos que esté en nuestras manos.

El segundo tiene que ver con  la parte educativa que también ya hay acercamiento, un apuntalamiento en el tema y el otro tiene que ver con los otros diversos temas que hay de experiencia, de intercambio en el tema de la salud, la medicina tradicional que es muy fuerte y que ahora lo ven de diferentes formas.

Ellos dicen: “ustedes tienen la posesión de la tierra y nosotros no, la estamos buscando recuperar después que nos las despojaron hace muchos años”.

Entonces “han encontrado la forma de cómo espejearse, cómo mirar, qué tanto avance tiene, qué tantos logros tienen ellos, son muy fuertes en la parte organizativa, pero en la parte técnico productiva le están apostando.

Al recorrer el Istmo “nos llevamos un mayor entendimiento de los diversos procesos de esfuerzos en torno a la lucha y a la defensa del territorio con los megaproyectos.

Pero además, la Universidad Comunal es parte de las estrategias de las que se están apropiando los actores de la resistencia en el istmo de Tehuantepec.

Mencionó que más allá del cierre de carreteras, de foros, de presión política, la educación y estrategias que permitan ir trabajando a la par la parte productiva, la parte educativa, la parte de las innovaciones tecnológicas, permitirán contrarrestar o tener una alternativa a la discusión o la polémica a los grandes proyectos.

“Si la gente no tiene herramientas, instrumentos para poder enfrentar esa lucha, híjole, se van a quedar con la pura declaración, con la pura denuncia o cierres de carreteras que nunca van a prosperar, si no se dan. La lucha no es solo hablar sino que también es practicar, desarrollar prácticas apropiadas para el bienestar de la población”, puntualizó.

Jairo Camayo Güetio, coordinador político del plan de vida Sa’th Fxi’nxi Kiwe, coincidió con el tema territorial y la defensa, porque “de 1971 a la fecha tres mil comuneros o líderes han dado la vida para que nosotros estemos en el territorio”.

El líder indígena colombiano destacó que “las culturas también nos expresamos a través de los tejidos, está el sombrero, está la mochila, y la ruana, hay variedad con diversos recursos que nos da la madre naturaleza.

“En eso también nos encontramos, los que no tejen hacen también otro tipo de artesanías pero demuestran que aún estamos vivos, no estamos acabados como dijeron ayer, aún persistimos, no estamos en la supervivencia, digo la pervivencia”.

Y se pronunció por reforzar las alianzas “con experiencias pedagógicas. La enseñanza no es en cuatro paredes sino andando con la comunidad, estando en el sitio y vencer para que el joven de ahora se profesionalice, se vuelva licenciado, no para joder a su misma gente, sino cómo entender a su misma gente que hoy nos hace falta, no nos entendemos y cómo no conversamos”.

“La resistencia que ustedes hacen me parece mucho de aprender, y terminó diciendo que la problemática que tenemos en el Cauca son dos: minería ilegal. Allá mermó un poco la minería, pero ahora vuelven las grandes empresas que dañan los riachuelos, las quebradas, los ríos.

“Hoy nos ha tocado recuperar las tierras a punta de garrote, de pelea, muertos, asesinatos, señalamientos, desapariciones. Ahí no nos obliga nadie.

“Vamos por voluntad propia, porque nos nace la defensa del territorio, ¿para qué?, para los que vienen atrás. En mi tierra dicen: estamos luchando hoy para que los que vengan sean más conscientes y vivan mejor, pero que tengan identidad”.

Mencionó que “es el momento de nosotros como los pueblos indígenas, independientemente de qué país, de qué hemisferio, es necesario reunirnos y comenzar a fincar nuestro destino que dejaron nuestros mayores (…) porque hoy lastimosamente los grandes que manejan la chequera y el bolsillo no nos entienden, somos problemas para ellos porque supuestamente no hacemos el buen desarrollo económico que ellos quieren.

PRONUNCIAMIENTO

Con la frase “Juntando nuestras luchas y uniendo nuestras esperanzas”, mujeres y hombres provenientes de diversos pueblos indígenas de Oaxaca, Michoacán y de la Península de Yucatán hermanados el Pueblo Nasa del Norte del Cauca de Colombia, compartieron experiencias sobre los procesos de lucha para la defensa de los derechos territoriales de los pueblos originarios y las propuestas para construir una forma de vida distinta a la actual, más humana, donde todos los pueblos puedan vivir dignamente.

Coincidieron en “que la grave situación por la que atraviesan nuestros países obedecen a la crisis causada por las políticas neoliberales, donde el capital trasnacional en su afán de obtener ganancias, está convirtiendo en mercancía todos los bienes comunes, en contubernio con los gobiernos de turno, a pesar de las diversas tendencias ideológicas y la implementación de proyectos de muerte”.

Además, externaron su preocupación por el incremento de la violencia en contra personas defensoras de la Madre Tierra, en particular las indignantes agresiones que sufren las mujeres donde sigue privando la impunidad.

Oaxaca, el lugar más peligroso para defender DDHH

Con 34 crímenes, Oaxaca se ha convertido es el estado más peligroso para la defensa de derechos humanos en México donde han sido asesinadas 141 personas defensoras en los últimos cuatro años, afirmó Servicios para una Educación Alternativa (Educa).

Además, fue denunciada la creciente militarización existente en diferentes regiones de México y la violencia que sufren los pueblos originarios de Colombia.

A pesar de la ofensiva que sufren los pueblos, destacaron que se han impulsando acciones que se basan en la defensa y el cuidado de los territorios, permitiendo conocer experiencias de los pueblos originarios de México y el pueblo Nasa de Colombia en torno a educación, agricultura orgánica, prácticas de comercialización justa, defensa del agua y los bosques, y en general la defensa de la vida para el restablecimiento de los territorios ancestrales.

En conclusión, sintetizaron que la defensa y el cuidado de la Madre Tierra y los bienes naturales, incluida su espiritualidad, así, como los sitios sagrados, es un asunto de supervivencia.

En la delegación colombiana participaron la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca, del Consejo Regional Indígena del Cauca, (CRIC) y el Plan de Vida Sat FxiNxi Kiwe, del Norte del Cauca, Colombia. Plan de Vida Proyecto Nasa, del Norte del Cauca, Colombia.

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