Cartas a Matías

Cartas a Matías
Ilustración: Revista Espejo

*Esta nota fue realizada por Revista Espejo, parte de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie.


A los periodistas desplazados no se les enseña cómo pasar duelos, mucho menos cómo trabajar los duelos con sus hijos e hijas.

Por Redacción

Culiacán, Sinaloa.- ¿Sabes cómo es la depresión en un niño de 4 años?

Este es la historia de Marcos y su hijo Matías, un niño que a sus 4 años vio a su papá deshacerse en llanto en los brazos de su mamá. Que supo a esa edad que en el mundo hay personas malas, que hacen daño.

Se enteró que a su papá le quitaron el carro en el que a él lo llevaban diariamente al kínder y a casa de sus abuelos en compañía de su mamá y Ana, su hermana pequeña. Supo que los hombres malos le quitaron el coche y que muy seguramente lo quemaron porque lo escuchó en las conversaciones de sus tíos y abuelos.

Ese niño veía todo pasar frente a él y en cuestión de días también enfrentó algo más: debía cambiar de casa para vivir con sus abuelos mientras que papá se marchaba lejos y sin una fecha de retorno.

“Matías no quería hablar, no quería saber dónde estaba, no quería platicar, estaba como muy cerrado todo. Yo le decía ‘mira, Matías, acá en Campeche es una ciudad donde hay piratas y nomás se quedaba observando el celular y ya. Mi niña la más chica. En ese momento tenía 1 año y a ella le llamaba la atención verme, no hablaba, pero me hacía entender que estaba viéndome, pero mi niño no”, contó Marcos.

Ya había pasado un mes del desplazamiento forzado y Matías pasaba por un momento triste, desconcertante. Su maestra en el kínder reportaba que cada vez era más callado y serio, que aquel niño participativo que se había ido en las vacaciones de diciembre no regresó.

Lo mismo pasaba en casa de sus abuelos. Hubo ocasiones en que lo encontraban llorando en rincones, animado solamente al ver a los primos que son de su edad.

Este niño de 4 años tenía depresión, así lo describe la psicóloga Patricia Beltrán, quien ha acompañado a Marcos en su proceso de terapia.

“Los niños no saben manejar sus emociones, muchas veces no saben expresar lo que sienten. Otra de las cosas que funcionan en su interior es que su imaginación los lleva a crear escenarios que ellos se construyen y al no tener la información clara o al ver escenarios que ellos perciben a su forma, puede generar emociones, emociones que a lo mejor los lleva a la depresión y tenemos que estar atentos los adultos”, dijo la especialista.

¿Quieres conocer más sobre esta historia?

Escucha el podcast: Crimen y Resiliencia Podcast presenta: Cartas a Matías

PRODUCCIÓN

Voz: Paulina Nava

Edición: Marcos Vizcarra

Producción: Miguel Ángel Zárate

Con apoyo del Fondo Resiliencia de GI-TOC

 

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