Diez años sin Marisol: IMSS ofrece disculpa pública por violencia obstétrica y muerte materna

Diez años sin Marisol: IMSS ofrece disculpa pública por violencia obstétrica y muerte materna
Foto: Zona Docs

El 21 de julio de 2025 marca una fecha significativa en la lucha por la justicia frente a la violencia obstétrica en México. A una década de la trágica muerte de Marisol Martiriz Guzmán en el Hospital Rural IMSS Prospera (hoy IMSS Bienestar) en Bochil, Chiapas, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ofreció una disculpa pública a la familia como parte de las medidas de reparación por las violaciones a sus derechos humanos. 

Este acto formal representa un reconocimiento tardío, pero fundamental de las fallas estructurales en la atención materna que le costaron la vida y que aún persisten en muchas regiones del país.

Por Ana Paula Carbonell / @AnaPauCarbonel1

Ilustración: FUNDAR

Marisol, migrante salvadoreña de 30 años, perdió la vida el 20 de julio de 2015 luego de enfrentar múltiples omisiones en la atención de una emergencia obstétrica. Durante más de seis horas esperó por su traslado a un hospital general mientras el producto de su embarazo estaba muerto y las condiciones clínicas empeoraban. Su caso evidenció las graves deficiencias en infraestructura, insumos, personal médico especializado y protocolos de atención del sistema de salud en Chiapas.

El esposo de Marisol, Miceli Gómez Hernández, relató que la disculpa pública “fue un acto a puerta cerrada, como si no quisieran que la gente se enterara” reflejando la misma invisibilización y violencia institucional que enfrentaron al buscar justicia. Para la familia, este gesto simboliza reconocimiento, pero también un recordatorio de la larga lucha por la verdad y transformaciones efectivas del sistema de salud.

Violencia obstétrica en México: un problema estructural persistente

Marisol es parte de una realidad angustiante. Datos recientes del INEGI señalan que entre 2016 y 2021, el 31.4% de las mujeres de 15 a 49 años que tuvieron un parto o cesárea vivieron alguna forma de violencia obstétrica, la cual comprende maltratos físicos y psicológicos, abuso de procedimientos innecesarios, negación de atención o trato humillante por parte del personal de salud.

En la Ciudad de México, por ejemplo, 26% de las mujeres ha reportado haber experimentado violencia obstétrica, fenómeno que se manifiesta en hospitales públicos y privados y que se ha documentado como una forma de violencia de género y discriminación sistemática. La persistencia de tales prácticas contribuye no sólo a daños físicos y emocionales graves, sino también a la mortalidad materna, un reto de salud pública que el país aún debe enfrentar con urgencia.

La disculpa pública: un paso necesario para la reparación y la no repetición

El acto celebrado en Bochil, Chiapas, incluyó el reconocimiento explícito del IMSS de su responsabilidad en las omisiones que llevaron a la muerte de Marisol Martiriz Guzmán. En este acto, el IMSS se comprometió a fortalecer sus protocolos de atención materna, especialmente, para poblaciones vulnerables como las personas migrantes, y a implementar medidas que garanticen la no repetición de estos casos.

Sin embargo, organizaciones como Fundar enfatizan que las disculpas, aunque indispensables, no son suficientes para resarcir el daño. Deben ir acompañadas de acciones estructurales profundas que transformen el sistema de salud, mejoren la infraestructura, capaciten al personal y erradiquen la violencia obstétrica en todo el país.

Un reclamo que sigue vigente: justicia, garantías y transformación

El caso de Marisol ha servido para visibilizar las fallas graves en el sistema de salud mexicano y para exigir al Estado mexicano responsabilidades claras en la protección de los derechos humanos en la atención materna. A diez años de su fallecimiento, la exigencia es contundente: garantizar el derecho a una maternidad con respeto, dignidad y atención de calidad, con formación especializada y protocolos humanizados para evitar la violencia institucional que mata.

Fundar, que ha acompañado a la familia desde el inicio, subraya la necesidad de que este reconocimiento se traduzca en políticas públicas con perspectiva de género e interseccionalidad, con especial atención a las comunidades indígenas, migrantes y rurales.

El contexto más amplio: cifras y reconocimiento de la violencia obstétrica

Según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH 2021), la violencia obstétrica afecta a un número significativo de mujeres en México, con impactos severos en su salud física, emocional y social. La persistencia de esta práctica vulnera derechos fundamentales y exige un compromiso real de las autoridades para transformar la atención materna en el país.

La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y otros organismos han emitido recomendaciones específicas para la prevención, atención y erradicación de la violencia obstétrica, poniendo énfasis en la capacitación del personal, la supervisión efectiva y el acceso a la justicia para las víctimas.

La disculpa pública que el IMSS ofreció el 21 de julio en Bochil, Chiapas, por la muerte de Marisol Martiriz Guzmán representa un acto fundamental de reconocimiento y un paso hacia la reparación. Pero sobre todo, es una oportunidad para reafirmar la exigencia de transformación estructural y garantías de no repetición en el sistema de salud mexicano, especialmente en la atención materna.

Marisol no debe ser sólo un nombre en las estadísticas de muerte materna. Su caso debe impulsar políticas integrales que pongan fin a la violencia obstétrica y protejan el derecho a la vida y a una atención médica respetuosa, humana y eficiente para todas las mujeres.

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