SEUMA: apropiarse y reivindicar los espacios universitarios
*Este trabajo fue publicado originalmente en Zona Docs que forma parte de Territorial Alianza de Medios. Aquí puedes consultar su publicación.
El Sindicato de Estudiantes de Urbanística y Medio Ambiente (SEUMA), una iniciativa que promueve la autogestión, la conciencia social y la reivindicación del urbanismo con enfoque comunitario.
El proyecto contempla un comedor autogestivo, actividades en el huerto comunitario “Tlacuache” y talleres estudiantiles que buscan descentralizar el conocimiento.
Aunque enfrentan la falta de apropiación de espacios universitarios y la percepción negativa de estas prácticas, SEUMA se concibe como un medio para resignificar esos lugares y fomentar la participación colectiva, adaptándose a las necesidades inmediatas con la aspiración de dar continuidad a futuras generaciones de jóvenes.
Por Farah Medina / @_dtfarahm_
En el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), hace aproximadamente un año, nació el Sindicato de Estudiantes de Urbanística y Medio Ambiente (SEUMA), una iniciativa estudiantil que busca impulsar la autogestión y conciencia social, transformar la vida universitaria, crear un espacio abierto y fisiocrático que permita reivindicar el urbanismo social.
Felipe Reyes Barbero y Ricardo García Cervantes, son dos integrantes de SEUMA, y estudiantes de la Licenciatura de Urbanística y Medio Ambiente, ellos hablan sobre la creación de este sindicato.
“Surge, digamos, de la forma más honesta posible, de una relación dialéctica con todos los grupos que ya estaban aquí consolidados en la universidad durante muchísimas décadas” explican.
A ello, Ricardo añade:
“Nosotros dijimos, ¿por qué no podemos asociarnos a otro nombre sin tener representantes y sin tener como toda esta estructura, ¿no? Y pensamos directamente en hacer algo nuevo, algo que no estuviera cubierto todavía”.
SEUMA se caracteriza por fomentar la coexistencia de diferentes proyectos y dinámicas diversas en beneficio de la comunidad universitaria. También nace como una crítica a la pedagogía dentro de la Licenciatura de Urbanística y Medio Ambiente, pues, según precisa Felipe, este enfoque deja de lado a la dimensión social: “la concepción de lo urbano siempre se ha visto muy pegada a la ciudad y, por tanto, a la arquitectura. Uno se da cuenta de que no necesariamente es así.”
Así se cuestionaron:
“¿Por qué todo tiene que ser arquitectura, espacio o territorio y no nos adentra en la parte social? Pareciera que aquí las personas tienen cierta fobia hacia las ciencias sociales, siendo que todo es ciencia social.”
El objetivo de SEUMA es reivindicar el papel de la persona urbanista, orientándose hacia la acción autogestiva y colectiva, con una fuerte conciencia social y pensando en una ciudad que beneficie a todas las personas.
Sin embargo, esto, lleva tiempo, no solo para construir la idea colectiva, sino también por lo inusual que es el modelo que el sindicato emplea para organizarse, Ricardo y Felipe, lo resumen así:
“es un ejercicio de comunicación muy fuerte. Y este modelo, siento yo que no es muy utilizado, (…) los valores que traemos, no son tan compartidos actualmente, nos basamos mucho en las lecciones que dan las culturas nativas de México, conozco muy pocas personas que regresen a su pasado, que retomen sus raíces”.
A través de estos ideales, SEUMA ha construido y formado parte de proyectos como: el comedor autogestivo, esto en colaboración con la Confederación Autónoma de Estudiantes, que busca proveer de alimentos y generar espacios autónomos para la comunidad universitaria. También participan en el huerto comunitario “Tlacuache”, espacio donde, como explica Felipe, se aprenden “otras formas de hacer ciudad, de ocupar los espacios, desde la agroecología, técnicas de composta, técnicas de cultivo, y también el factor social que involucra esa acción”.
Asimismo, buscan promover la descentralización del conocimiento, a través de talleres entre estudiantes, reconociendo el saber como un bien universal y fomentando la comunidad.
A pesar de buscar, en gran parte, la apropiación de espacios universitarios y su transformación por el bien comunitario, tanto Felipe, como Ricardo, reconocen la falta del sentido de pertenencia de la comunidad en los espacios que habitan:
“la apropiación en el centro universitario es escasa, y además muchos espacios ya están privatizados. Ahora, iniciando un proyecto de esta índole, que busca de alguna manera reivindicar todos estos espacios, pues obviamente las personas no están acostumbradas”.
También reconoce que esta percepción hace que la apropiación se conciba, incluso, como un acto delictivo, algo perseguido o mal visto, “cuando uno hace algo así de disruptivo o algo así de disidente, pues bueno, uno se enfrenta a esas miradas, ¿no?”.
Ante esto, el sindicato se concibe como “fin y medio” para que la apropiación de espacios deje de verse como castigable y se transforme en símbolo de participación y colaboración, incluso con la propia universidad.
Para ambos, SEUMA, es un espacio de crecimiento. Felipe lo describe como una fuente de esperanza y acompañamiento:
“eso debe de suceder en todo proceso colectivo y en toda construcción de zona y de espacios diferentes, con ideologías diferentes y con sueños de un mundo posible. Creo que te llena de esperanza” dice” te hace sentir que no estás solo y que estás rodeado de personas que comparten y que construyen una visión diferente de lo que somos y de lo que podemos ser”.
Por su parte, Ricardo admite un cambio radical desde la existencia de SEUMA:
“me cambió todo el chip, me hizo entender que la comunidad, trabajando en comunidad, se logran cosas muchísimo mejores e inimaginables y que la universidad se puede convertir en un espacio muy diferente cuando es de autonomía y cuando propicia la autonomía”.
SEUMA no plantea una ruta rígida, ni definir un destino único. Se construye respondiendo a necesidades inmediatas, diversas y cambiantes, tal como evoluciona una ciudad:
“no queremos direccionarlo a ningún lado. El sindicato es, ha sido y probablemente será respuesta de las necesidades que se tengan en el centro universitario y en este caso específicamente en la carrera (…) No son los gobernantes, ni las personas, ni la infraestructura, ni el transporte, es el azar”.
El sindicato pretende la continuidad con las nuevas generaciones, para que comiencen a integrarse y a detectar necesidades, que asuman responsabilidades y redirijan el proyecto hacia la búsqueda de nuevas soluciones comunitarias.
“Lo único certero es lo que ya hemos hecho, lo que ya hemos vivido y lo que estamos viviendo. Y con eso estamos bastante tranquilos. Si mañana nos morimos, nos vamos tranquilos”, concluyen.

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