“Hilar: 20 años de textil frente a la violencia en México”: Exposición reúne dos décadas de bordado como memoria y resistencia

*Este trabajo fue publicado originalmente en Zona Docs que forma parte de Territorial Alianza de Medios. Aquí puedes consultar su publicación.


La exposición “HILAR: 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024” reúne diez proyectos de distintas regiones del país que utilizan el bordado, la costura y otras técnicas para construir memoria en torno a la violencia. 

Organizada por la Galería Universitaria del ITESO y coordinada por la investigadora Alina Peña, la muestra surge de una investigación que sistematizó 77 iniciativas textiles realizadas en dos décadas, y se presenta como un espacio donde las piezas se convierten en archivos y testimonios de resistencia colectiva.

Por Vanessa Briseño / @nevervb

La muestra “Hilar: 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024”, organizada por la Galería Universitaria del ITESO bajo la coordinación de Alina Peña y Alina Valdez, se presentará en el Edificio de Arte y Cultura (Edificio V). La exposición reúne diez proyectos textiles de distintas regiones del país que, a través del bordado, la costura y otras técnicas, exploran la relación entre la violencia, la memoria y la resistencia social.

Alina Peña, coordinadora de la investigación y estudiosa de prácticas estéticas vinculadas a la violencia en México, explicó en diálogo con ZonaDocs que la exposición surgió a través de dos vías: su línea de investigación sobre prácticas artísticas colaborativas que generan memoria, resistencia y acompañamiento; y la invitación de Brenda Valdés, curadora en jefe de la Galería Universitaria del ITESO, para montar una muestra sobre ese campo.

Alina relató que la investigación avanzó en conversaciones con Colectiva Hilos y con las becarias de investigación María Villarreal Farías y Verónica Vázquez Vargas; así como con Anel Ibarra y Gabriel Sánchez. El equipo sistematizó 77 proyectos textiles realizados en México entre 2004 y 2024 y, a partir de ese registro, eligió diez casos para construir la propuesta curatorial que dará lugar a la muestra.

Sobre el papel que el textil ha tenido en el país, lo calificó como relevante, especialmente a partir de 2011, cuando el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, convocado por el poeta Javier Sicilia tras la muerte de su hijo, impulsó una activación colectiva en torno al bordado. “Ese movimiento activa a un montón de grupalidades en México a empezar a abordar”, explicó, y mencionó experiencias como Bordamos por la Paz Guadalajara, impulsada en buena medida por Margarita Sierra y Teresa Sordo.

De acuerdo con Alina, esta etapa marcó una socialización inédita del textil en relación con la violencia, con la proliferación de alrededor de 40 a 45 grupos en México y muchos más en el extranjero. Los pañuelos bordados con hilo rojo y verde se convirtieron en símbolos de memoria y denuncia: el rojo para las personas asesinadas y el verde para las desaparecidas.

Por otra parte, explicó que el bordado se ha transformado en un acto de resistencia ligado al acompañamiento, al cobijo y a la ocupación de espacios públicos para visibilizar muertes y desapariciones. Recordó que en experiencias como Bordar por la Paz las personas comenzaron a registrar nombres que no aparecían en las cifras oficiales, construyendo con ello una base de datos propia. “Los bordados generan una suerte de archivo frente a la violencia, una suerte también de testimonio”, indicó, al destacar que esta práctica produce memoria en medio de un contexto marcado por la violencia.

Desde su perspectiva, el textil abre posibilidades para colectivizar el dolor y contrarrestar la soledad que provoca la violencia. Estos procesos, dijo, permiten formar pequeñas células de sociedad en las que el bordado propicia tiempos distintos, conversaciones más pausadas y modos de relación que se distancian de la saturación mediática. “Cuando hablo de ternura hablo de estos otros modos de estar frente a la desolación”, puntualizó, al subrayar que esa ternura se convierte en una forma concreta de resistencia.

Propiamente, la exposición reúne diez proyectos textiles de distintas regiones del país que, mediante el bordado, la costura, el patchwork y la arpillería, exploran el vínculo entre la memoria y la violencia. Entre los más antiguos se encuentra Missing, realizado en Tapalpa en 2004 junto con una cooperativa local y la artista canadiense Deborah Koenker, como respuesta a los feminicidios en Ciudad Juárez. Otro de los proyectos iniciales es Bordamos por la Paz Guadalajara, del cual se exhiben pañuelos prestados por Elena Cano. También participa la artista y activista poblana Rosa Borrás, quien ha bordado en torno a los asesinatos y desapariciones de periodistas, así como la filósofa y bordadora Cordelia Rizo, originaria de Monterrey.

Otros proyectos que se integran a la muestra son Bordamos Memoria, de Guanajuato, y Bordamos por la Paz, de Sandra Estrada. Desde Michoacán participa Fabiola Rayas, investigadora y activista que ha trabajado con colectivos de la región y que presenta pendones elaborados de manera colectiva. También estará presente el colectivo Vivas en la Memoria del Estado de México, que borda casos de feminicidios; así como el trabajo de Paola Ovalle de Baja California y Alicia Laguna, quien viene de Tamaulipas.

La actriz y gestora cultural Alicia Laguna, integrante de Teatro Línea de Sombra, presentará Un manto, pieza que representa en textil un territorio de búsqueda en Tamaulipas y que se acompaña de un fotobordado realizado con el colectivo Malinali. Por su parte, la psicóloga social Paola, originaria de Colombia y radicada en Baja California, participa con el proyecto Sanar la Tierra, resultado de un trabajo interdisciplinario con colectivos de búsqueda en Tijuana para recuperar el predio conocido como “La Gallera”, marcado por la violencia y la contaminación.

Alina añadió que esta exposición también busca articular un encuentro entre generaciones de bordadoras y proyectos que no se conocían entre sí, y que abordan problemáticas como feminicidios, desapariciones y desplazamientos territoriales. Explicó que, por ahora, el proyecto se centra en experiencias urbanas o de contextos cercanos a la ciudad, mientras que una fase posterior permitirá documentar prácticas textiles vinculadas a procesos comunitarios rurales e indígenas.

Igualmente, explicó que la exposición busca acercar a la comunidad universitaria, especialmente a los jóvenes, al tema de la violencia desde un lugar distinto, uno que no paralice. Destacó que el textil, por su materialidad y forma de expresión, ofrece una vía más accesible para aproximarse a estas problemáticas. La muestra incluye además un mapa de México que funciona como línea de tiempo no lineal, en el cual se ubican hitos de violencia relacionados con los proyectos expuestos, con el fin de comprender y mirar la violencia a través del textil.

Remarcó que, tras casi dos décadas de violencia, es posible emprender ejercicios de memoria que resultan significativos para nuevas generaciones. “Muchos de los estudiantes del primer semestre de este ciclo nacieron en 2006. Si les hablas de Ayotzinapa ya no ubican, o les hablas de la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, a lo mejor tampoco”, comentó. Por ello, la exposición pretende reconstruir una memoria compartida y abrir espacios para que los visitantes participen en el bordado, generando un acercamiento cuidadoso al dolor, “sin efectismos ni espectacularización”, concluyó.

La exposición 20 años de textil frente a la violencia en México: 2004-2024 se inaugura el 6 de octubre a las 16:30 horas en el Black Box del Edificio de Arte y Cultura (Edificio V) del ITESO, como parte del Festival Cultural Universitario, y permanecerá abierta hasta el 7 de noviembre. La entrada estará disponible para toda persona externa a la universidad que presente la invitación publicada en la agenda del ITESO.

Durante ese periodo se realizará un taller con las participantes Fabiola Rayas y Cordelia Rizo los días 16 y 17 de octubre, de 13:00 a 15:00 horas, exclusivo para estudiantes. Además, el 5 de noviembre a las 16:00 horas se llevará a cabo una charla con la profesora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rian Lozano, en el Foro de Usos Múltiples del Departamento de Estudios Socioculturales, como parte del cierre de esta fase de investigación.

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