Precaución: ¡Los niños necesitan arte!

*Este trabajo fue publicado originalmente en Zona Docs que forma parte de Territorial Alianza de Medios. Aquí puedes consultar su publicación.


En El Salto, Jalisco, lugar donde la contaminación del río Santiago y la falta de oferta cultural amenazan el desarrollo de las infancias, el Colectivo Precaución transforma la realidad local mediante talleres, festivales y espacios creativos que enseñan, sensibilizan y fortalecen la comunidad.

Texto y fotos por Sofía Arana Velasco / @sofia.aranaa (IG).

El Colectivo Precaución nació en enero de 2011 en El Salto, Jalisco, como una respuesta a la falta de espacios culturales en el municipio.

“En aquel momento no existía una verdadera oferta cultural: había solo una casa de cultura para cerca de 200 mil habitantes”, recuerda Miguel Mejía, quien junto a su hermana Teresa fundó el proyecto. Desde entonces, han trabajado con el arte y la cultura como medios de protesta y transformación social, convencidos de que “Nuestro trabajo busca ofrecer herramientas de pensamiento crítico a la comunidad, y al mismo tiempo generar espacios culturales para que las infancias tengan alternativas constructivas más allá de la calle”.

El Salto enfrenta desde hace décadas una crisis ambiental que ha marcado la vida de sus habitantes. La contaminación del agua, el aire y el suelo, producto principalmente de la industria asentada en la zona, ha provocado enfermedades y un deterioro constante en la salud de la población. Sin embargo, como señala Miguel Mejía, “Muchas veces no se reconoce la relación directa entre el entorno contaminado y la salud”, lo que dificulta dimensionar la gravedad del problema.

La situación del río Santiago ilustra con claridad este ecocidio silencioso: en sus aguas se han encontrado metales pesados como: plomo, arsénico, cadmio, níquel y mercurio que superan los límites permitidos, mientras que en los últimos 18 años se han contabilizado cerca de 3,000 muertes por cáncer e insuficiencia renal en El Salto, según un informe publicado por La Jornada el 10 de noviembre de 2024

“Queremos que los niños y niñas comprendan que el territorio en el que viven no está bien, que aprendan a cuestionar quiénes son los responsables y también qué podemos hacer como sociedad”, comenta Miguel.

En la Zona Metropolitana de Guadalajara, la concentración de la oferta cultural en el centro urbano deja a las periferias, como El Salto, con acceso limitado a actividades artísticas y educativas. Esta desigualdad afecta directamente el desarrollo de las infancias, que carecen de espacios donde explorar su creatividad, aprender habilidades nuevas y formar vínculos con su comunidad. 

La falta de alternativas culturales genera un círculo de exclusión, en el que los niños y niñas crecen sin referentes locales que les permitan reconocerse en su territorio y comprender su entorno. Espacios comunitarios como los que promueve el Colectivo Precaución se vuelven entonces esenciales, porque no sólo acercan la cultura a quienes están al margen, sino que también fomentan pensamiento crítico, identidad y participación activa en la construcción de su comunidad.

El arte funciona como una vía para que las infancias canalicen emociones y experiencias que no siempre pueden expresar verbalmente. “A través de un dibujo o una pintura, las infancias expresan lo que no pueden decir con palabras”, lo que les permite descubrir talentos, pasiones y curiosidades hasta entonces desconocidas. Estos espacios no solo desarrollan habilidades creativas, sino que también fomentan la confianza y la apertura a nuevas posibilidades.

Parte de los retos a los que se enfrenta el Colectivo Precaución en su día a día derivan tanto de la falta de tradición cultural en El Salto como de la motivación de la comunidad. Miguel Mejía reconoce que “El mayor reto ha sido la motivación de la gente. Como no existe una tradición de consumir arte o cultura, muchas personas no saben que lo necesitan…”.

Para superar estas barreras, el colectivo ha aprendido a trabajar en conjunto con escuelas, aprovechar la difusión de boca a boca y crear actividades que resulten atractivas para niñas, niños y jóvenes.

Hoy, el colectivo organiza festivales, ferias, talleres y exposiciones. Uno de sus proyectos más consolidados es la Feria Comunitaria del Libro, que ha reunido a autores locales y nacionales en un espacio donde niños y adolescentes de El Salto pueden acercarse por primera vez a la literatura. Además, cuentan con un espacio propio: Casa María Lupita, donde funcionan una biblioteca comunitaria, un cineclub y una sala de lectura.

El Colectivo Precaución representa un esfuerzo sostenido por transformar la realidad de El Salto a través del arte y la cultura, ofreciendo a las infancias y juventudes alternativas de aprendizaje, expresión y participación que no encontrarían en otros espacios de la periferia metropolitana. Frente a la crisis ambiental y la falta de acceso cultural, estos espacios se convierten en herramientas fundamentales para generar conciencia, pensamiento crítico y sentido de pertenencia.

Como muestra la experiencia del colectivo, fomentar la creatividad y el vínculo comunitario no solo permite que los niños y niñas desarrollen habilidades y descubran talentos, sino que también siembra semillas de compromiso social que pueden trascender generaciones, demostrando que la cultura puede ser un motor real de transformación en territorios históricamente marginados.

***
Sigue aquí el trabajo y las actividades del Colectivo Precaución

https://www.instagram.com/colectivoprecaucion/

No comments yet.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Leave your opinion here. Please be nice. Your Email address will be kept private.