Cae avioneta en Las Margaritas, dos fallecen

Los cuerpos del piloto y copiloto han sido identificados. Foto: Cortesía

Los cuerpos del piloto y copiloto han sido identificados. Foto: Nehemías Jiménez

 

Las Margaritas, Chis; 02 de diciembre.- Una avioneta Cessna se desplomó en la mañana del martes, minutos después de haber despegado del campo aéreo de Yalcoc, incidente que se saldó con el piloto y copiloto muertos, que perecieron entre las llamas.

Pobladores dijeron que hacia las 10:00 horas, la aeronave con matrícula XB- ITJ de color blanco y franjas cafés, partió del campo aéreo de Yalcoc, pero después de haber sobrevolado escasos segundos, perdió altura y cayó sobre unos árboles de roble, de un predio del ejido San José Las Palmas.

Campesinos de la zona dijeron que la avioneta había despegado de la pista e inmediatamente sobrevino el estruendo, “oímos el ruido de la avioneta cuando despegó y después de cómo que se apagó el motor y luego una explosión, esto sucedió a las diez de la mañana aproximadamente”, dijo un poblador.

Otro lugareño agregó: «Estamos sacando unas piedras en nuestro terreno, cuando escuchamos que la avioneta se cayó, pero a los cinco minutos escuchamos una explosión y ya vimos que comenzó a salir humo».

En minutos, la noticia corrió entre los pobladores que se aproximaron al área en vehículos de todo tipo para conocer qué es lo que había pasado.
Cuando algunos pobladores llegaron a un vieron los cuerpos del piloto y copiloto que eraban abrasados por las llamas.

Al momento que la avioneta empezó a perder altura, pasó a romper ramas de varios árboles, para inmediatamente caer sobre uno de estos. El motor, el ala izquierda y derecha, fuselaje, cola y tren de aterrizaje, quedaron esparcidos en un área de unos 30 metros a la redonda.

A los pocos minutos arribaron elementos de la Cruz Roja y Protección Civil (PC), pero ya nada pudieron hacer, ni apagar las llamas de la avioneta, hecho que hasta las 11:00 horas procedieron realizar con la ayuda de extintores.

En el lugar ya se encontraban funcionarios del ayuntamiento y de la Secretaría de Gobierno, uno de éstos que “pedía ayuda” de la Policía Municipal (PM) para subir al cerro.

La zona era invadida por un penetrante olor a plástico quemado, que esparcían las rachas de viento con dirección de Oriente a Poniente.
Para esta hora, elementos del 91 Batallón de Infantería buscaban el sitio donde había caído la avioneta. Una camioneta con varios soldados tuvo que irse hasta la comunidad La Esperanza en busca del lugar donde había caído la Cessna, pero tuvieron que regresar a Yalcoc, cuando un poblador les dijo que “ya habían dejado atrás” el campo aéreo.

Cuando los soldados llegaron, elementos de la Policía Municipal con radios en el cinto a todo volumen, ya había acordonado el área para evitar que pobladores de Yalcoc y San Sebastián ingresaran hasta el lugar donde se quemaba la Cessna.

Los curiosos, que llegaron al lugar como en excursión, presumían que cuando llegaron al sitio, los cuerpos del piloto y copiloto aun eran consumidos por las llamas y se podía divisar sus rasgos físicos, pero “no pudimos acercarnos”.

Después del medio día, las especulaciones empezaban a generarse entre los elementos castrenses y policíacos que llegaron a la zona.
Aunque en la madrugada en el área imperaban rachas de vientos superiores a los 60 kilómetros por hora, eso nunca le dieron importancia y la teoría hipótesis más repetida era el “sobre peso” que llevaba la aeronave.

Un militar de alto rango preguntó a los jefes policíacos que se encontraban en el lugar, si no habían visto a pobladores “con paquetes en la mano”, que hubieran encontrado en la montaña, pero aseguraron que no se percataron de eso.

Incluso preguntó si habían caminado entre la montaña, para buscar algunos paquetes que pudiera haber traído la aeronave y el mando policial explicó “sí ya dimos recorrimos el cerro y no vimos nada”.

El militar insistía que la aeronave llevaba más de 500 kilogramos de peso, que es lo que puede cargar una Cessna, probablemente del tipo “210 Centurion”, de fabricación estadunidense.

A poco más de un kilómetro de donde cayó la avioneta, en el campo aéreo de Yalcoc, nadie parecía estar, sólo un perro de color negro amarrado con una cadena y el anuncio en la entrada “Prohibido el paso a peatones”.

Las mangas de viento o también conocidos como anemoscopios, ondeaban como gusanos sobre el campo, pero nadie estaba en el lugar; sólo el viento parecía correr en el espectro.

Para las 13:00 horas, al lugar aun llegaban agentes de la Procuraduría General de la República (PGR) y Policía Federal para tomar parte de los hechos.
Por la tarde, los trabajos para rescatar los cuerpos calcinados de la aeronave aun continuaban en el lugar.

Ninguna autoridad pudo contestar sobre la identidad del piloto y copiloto, mucho menos que ruta llevaba la Cessna, y que hacía en una pista que parece estar sin funcionamiento por muchos años.

Lo único insistente era que la aeronave “cayó por sobrepeso”.

Policías resguardan el lugar del accidente. Foto: Nehemías Jimñenez

Policías resguardan el lugar del accidente. Foto: Nehemías Jimñenez

 

 

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