La radicalización del Pueblo Chamula

Elecciones en San Juan Chamula, municipio de los Altos de Chiapas que se rige por usos y costumbres. 1 de Julio de 2007. Foto: Archivo Ariel Silva.

Elecciones en San Juan Chamula, municipio de los Altos de Chiapas que se rige por usos y costumbres. 1 de Julio de 2007. Foto: Archivo Ariel Silva.

Si existe un riesgo en Chiapas, ese es que se incremente la ingobernabilidad.

Los focos rojos desde hace tres años ya no están localizados en pocos municipios. Ahora mismo las expresiones de inconformidad social se han dado en todas las regiones y todos los rincones del estado.

Lo que se necesitaba para que el encono y la indignación social prendieran en todo el estado, era un proceso electoral.

El estado se pintó políticamente de verde aprovechando -la falta de identidad política- y el alto componente de programas sociales que hacen que el chiapaneco lleve una vida de sobrevivencia.

Pero el costo de este triunfo político fue muy elevado, vino ahora el encono e indignación social.

Aunado a ello, no hay salida económica. Las nuevas administraciones municipales iniciarán su periodo constitucional con deudas con la banca de desarrollo, con proveedores grandes y chicos y con la Comisión Federal de Electricidad.

Las cosas han llegado a un extremo que ni siquiera con cañonazos de dinero se resolverán los asuntos sociales, sencillamente porque las deudas financieras estatales son elevadas y sin dinero, el margen de operatividad política se estrecha.

¿Encarcelar dirigentes sociales?

Tal vez tampoco sería buena idea, puesto que las cárceles chiapanecas se llenarían de activistas sociales, de ciudadanos indignados y las redes sociales chiapanecas colapsarían de indignación.

Si no hay alternativas ni sociales, ni mucho menos políticas y económicas adecuadas, la ingobernabilidad será el sello distintivo que dejará el Partido Verde en Chiapas.

La vieja clase política -al ver los problemas de gobernabilidad- dice de los nuevos funcionarios del Partido Verde Ecologista de México, cada vez más en serio que en broma: “Estos parecen el rey Midas, pero al revés” ya sabemos todos como termina esta famosa frase.

La ingobernabilidad en Chiapas ha llegado a tal extremo que hasta la históricamente timorata, callada y disciplinada burocracia de todos los niveles ha buscado la forma de expresar su indignación con el gobierno Verde Ecologista.

Los mismo los trabajadores federales, por ejemplo los de la Delegación Federal de SEDESOL, que quieren pagos atrasados del programa Cruzada Estatal Contra el Hambre, que los de Ayuntamientos chicos o grandes del Estado.

Caso Chamula

Un asunto grave -que no menos importante- por la carga simbólica del indigenismo, por su histórico priismo y por su proverbial rebeldía, es la conversión política-¿obligada, convenida o negociada?- del pueblo Chamula en Verde Ecologistas.

Grave porque hace días dieron muestra violenta de su inconformidad atacando el Palacio de Gobierno.

Grave porque el nivel del encono del pueblo Chamula no ha disminuido. También porque miles de ellos han bloqueado la vía vital de comunicación, y a últimas fechas se le han sumado habitantes de Mitontic, Chenalhó, Simojovel, Chanal y Zinacantán. Es decir parte de la población indígena de Chiapas.

El último bloqueo realizado a fines de la semana pasada fue de una violencia proverbial, puesto que resultaron policías estatales heridos cuando desalojaban la vía de comunicación. El saldo final del desalojo fue de siete policías heridos, uno fallecido y 16 detenidos cuando salían de una negociación en las oficinas de la Secretaría General de Gobierno.

El conflicto con la militancia priista de Chamula mereció la aparición de un comunicado -¿Era necesario? ¿No atiza el fuego?- del dirigente estatal del Partido Verde Ecologista, Eduardo Ramírez Aguilar, quien solicitó a las autoridades aplicar el estado de derecho «porque no hay lugar a inconformidades, puesto que el proceso electoral se realizó de manera transparente».

El asunto es que apenas el sábado pasado, militantes del PRI de Chamula, se concentraron en la cabecera municipal del municipio tsotsil para exigir la liberación de sus dirigentes detenidos, entre quienes se encuentran dos ex candidatos a la presidencia municipal; Marcelino González López por el PRI, Sebastián Pérez Santiz del partido Mover a Chiapas y el dirigente priista municipal Fortunato Hernández Gómez.

Trascendió que los detenidos y la militancia aseguran que son inocentes, y que además fueron provocados mientras descansaban después del bloqueo.

Advirtieron incluso que si en un plazo de 48 horas no son liberados y se evita su llegada al penal  “El Amate” podría provocarse un enfrentamiento entre los militantes del Verde Ecologista y los priistas.

También advirtieron que no dejarán que el presidente municipal electo tome posesión el día primero de octubre.

El conflicto poselectoral en Chamula se complica, desde cualquier ángulo que se vea. Tanto que las redes sociales chiapanecas hicieron eco de un supuesto comunicado de la militancia priista de Chamula, en donde daba plazo hasta las diez de la noche de ayer domingo para liberar a los dirigentes detenidos.

En el comunicado “le declaran la guerra al gobierno del estado” y amenazan de que en San Juan Chamula y los municipios de la zona norte del estado no permitirán que gobierne el partido verde. Incluso amenazaron con buscar al presidente electo y sus familiares para retenerlos y quemar sus viviendas.

Ante la gravedad del conflicto electoral en Chamula, no queda más que hacernos varias interrogantes.

¿Por qué se decidió convertir en verde una militancia priista de años y que es radical?

¿Quién no midió el riesgo de no respetar los usos y costumbres de un pueblo que -polémica aparte- los defiende a capa y espada?

¿Está preparado el gobierno -y esto es una hipótesis y un escenario no deseado pero posible- para evitar un enfrentamiento comunitario a gran escala que deje numerosas víctimas como fue en su momento Acteal?

Un pueblo que expulsa a sus habitantes para defender sus costumbres; un lugar donde la población quema a los supuestos delincuentes, una población donde sin tomar en cuenta las formalidades administrativas hace y deshace los recursos públicos, necesita -es cierto- atención especial; pero lo que no necesita es el arrebato de la clase política de ganar votos sin tomar en cuenta la historia.

Ahí están las consecuencias y ojalá estas no sean graves.

Un comentario en “La radicalización del Pueblo Chamula”

  1. JoaquinBallinas
    28 septiembre, 2015 at 17:49 #

    Ingobernabiliad que se querra corregir a balazos, echandole gente armada al pueblo civil que se defiende con un palo en mano y con el estomago vacio… Soldado, Policia… como te atreves a golpear a tu misma gente, si no los proteges por el cual hiciste un juramento ante la bandera… pues tampoco los golpees, tu cuando vas contra esta pobre gente vas protegido hasta con espinilleras… ellos solo llevan su coraje y sus gritos que no son mas que la misma impotencia viva ante las atrocidades vividas y el coraje para no solapar a un gobierno vendido que trabaja y protege sus intereses economicos propios y los de sus secuaces… tu soldado cuando levantas la mano contra el pueblo, estas escupiendo al cielo mismo.

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