El crecimiento de la diversidad religiosa en Chiapas

 

Diversidad religiosa en Chiapas

Diversidad religiosa en Chiapas

Cuando se habla de la diversidad religiosa en el ámbito nacional, inobjetablemente debemos voltear nuestras miradas hacia el sur del país, en particular a Chiapas.

Si bien es cierto que estados como Tabasco, Quintana Roo o Campeche presentan un gran crecimiento de corrientes religiosas diferentes a lo católico, es en Chiapas donde con mayor índice podemos encontrar la diversidad, la cual no solo es entre lo que conocemos como el mundo cristiano, sino que va mas allá. Ha sido también lugar donde se han asentado grupos de musulmanes, judíos, hare Krishnas y budistas.

 

Diferentes investigadores nacionales y extranjeros han tratado de explicar el fenómeno de las conversiones religiosas, pero la mayoría coinciden en que se debe ver desde dos factores: el endógeno y el exógeno.

 

Desde la llegada de los primeros frailes dominicos a lo que hoy conocemos como Chiapas, se dieron a la tarea de evangelizar a la población indígena existente, lo cual lo lograron a medias, ya que todavía en nuestros días existe en las comunidades indígenas lo que ellos mismos denominan “la costumbre”, que no es mas que un sincretismo religioso entre lo católico y las tradiciones religiosas precolombinas.

 

La orografía de esta entidad federativa, así como los muy pocos sacerdotes existentes desde la llegada de los primeros españoles, permitió que el basto estado no fuera permeado en su totalidad por la doctrina católica. No es sino hasta a principios de los años 60 del siglo XX, que con la llegada de Don Samuel Ruiz García a la Diócesis que en ese entonces comprendía todo el estado de Chiapas, da inicio la segunda gran evangelización católica. Aunado a lo anterior, el Vaticano, en esa misma década autorizó la creación de dos diócesis: Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.

 

La evangelización emprendida por las tres diócesis católicas a mediados de la década de los 60 no fue suficiente, ya que numerosos grupos, primero presbiterianos y nazarenos y posteriormente adventistas y pentecostales, habían comenzado una labor evangelizadora desde principios del siglo XX.

 

Estos fueron los factores endógenos: un territorio muy grande, mucha gente (sobre todo en comunidades indígenas) sin evangelizar, pocos sacerdotes y el empuje de la misma gente local para contribuir en las conversiones religiosas.

 

Los factores exógenos, han sido vistos desde la teoría de la conspiración, es decir, tratar de explicar que las conversiones religiosas hacia el protestantismo fue un programa elaborado por agencias estadounidenses para permear en toda Latinoamérica, lo cual le permitiera influir decisivamente en esta región, ante el avance de ideologías procomunistas o también de doctrinas apegadas a la teología de la liberación.

 

Muchos investigadores han demostrado que tal teoría de la conspiración solo fue parte del discurso de intelectuales de izquierda. Sin embargo, hoy en dia todavía existen investigadores y grupos que defienden esta teoría.

 

En las últimas tres décadas hemos presenciado una explosión en el crecimiento de diferentes corrientes religiosas cristianas, principalmente agrupaciones pentecostales y neopentecostales, así como de Los Testigos de Jehová.

 

Muy atrás quedó un Chiapas monolítico y estático. Desde hace mas de 4 décadas contamos con un estado en continuo cambio, en permanente transformación en el ámbito religioso. Por su cercanía geográfica con Guatemala, nuevos y muy diversos grupos neopentecostales, con doctrinas diversas se introducen en las iglesias evangélicas/protestantes históricas, creando nuevas agrupaciones religiosas. La identidad religiosa ya no es una, sino muy diversa.

Según el Censo General de Población de 1990, en ese año ya existían 26 municipios en los que quienes se dijeron profesar la religión católica  fue menor al 50%; en el año 2000, fueron 34 municipios; y para el 2010, 52. Lo anterior, nos da una idea clara del avance de otras expresiones de fe, en detrimento de la Iglesia Católica.

Siguiendo esta misma fuente, en el año 1990, 67.6% de la población chiapaneca dijo ser  católica, 18.2% dijo pertenecer a alguna confesión evangélica/protestante, testigos de Jehová, Mormones o de otras minorías y el 12.7% manifestó no tener religión.

En la siguiente década, 63.8% de los encuestados señalaron ser católicos; 21.9 % dijo pertenecer a alguna confesión evangélica/protestante, testigos de Jehová, Mormones o de otras minorías y el 13.1% manifestó no tener religión.

 

En 2010, el 59.5% de los chiapanecos manifestaron ser  católicos, 27.7%  dijo pertenecer a alguna confesión evangélica/protestante, testigos de Jehová, Mormones o de otras minorías y el 11.9% manifestó no tener religión.

 

Tomando en cuenta el avance constante de otras denominaciones religiosas diferentes a la católica, podríamos inferir que para el próximo censo general de población, el número de católicos podría ser ubicado en una cifra apenas por encima del 50%.

 

A todo esto, caben las preguntas: ¿vendrá el Papa a darle una jalada de orejas al clero católico?, ¿su simple visita podrá revitalizar la fe?, ¿traera nuevas estrategias de evangelización?, ¿vendrá a darle el espaldarazo al modelo de evangelización que inició Don Samuel Ruiz García?

 

Esperemos los discursos

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