La lucha es por nuestra libertad como mujeres: EZLN

Inicia el Primer Encuentro Internacional “de mujeres que luchan” en tierras zapatistas
Foto: Katy Aguilar

*Una cosa es ser mujer, otra es ser pobre y una muy otra es ser indígena: Insurgenta Erika del EZLN

Durante el Primer Encuentro Internacional “de mujeres que luchan” organizado por el Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la Caracol Morelia se realizó un pronunciamiento inicial en el marco del Día Internacional de la Mujer a cargo de la Insurgenta Erika quien pidió a todas las mujeres del mundo continuar con la lucha en contra del patriarcado.

 

8 de marzo del 2018.  Caracol de zona tzots choj.

Buenos días hermanas de méxico y del mundo:

Buenos días compañeras de la sexta nacional e internacional:

Buenos días compañeras del congreso nacional indígena y del concejo indígena de gobierno:

Buenos días compañeras comandantas, bases de apoyo, autoridades autónomas, responsables de área, milicianas e insurgentas:

Antes que nada, queremos mandarle un gran abrazo a la familia de la compañera de Baja California Sur, Eloisa Vega Castro, de las redes de apoyo al Concejo Indígena de Gobierno, quien murió cuando acompañaba a la delegación del CIG el pasado 14 de febrero.

Esperamos hasta este día para saludar la memoria de Eloisa para que nuestro abrazo fuera más grande y alcanzara a llegar lejos, hasta el otro lado de México y este abrazo y este saludo son grandes porque son de todas las zapatistas y de todos los zapatistas en este 8 de marzo para esa mujer que luchó y hoy nos hace falta: Eloisa Vega Castro.  Vaya nuestro sentimiento para su familia.

Hermanas y compañeras que nos visitan:

Gracias a todas que ya están presentes aquí en este primer encuentro internacional de mujeres que luchamos. Gracias que hicieron el esfuerzo para venir de todos los mundos a este rincón en que estamos. Bien lo sabemos que no fue fácil llegar hasta acá y que tal vez muchas mujeres que luchan no pudieron venir a este encuentro.

Mi nombre es Insurgenta Erika, que así nos llamamos las Insurgentas cuando no hablamos de individual sino de colectivo.  Soy capitana insurgente de infantería y me acompañan otras compañeras insurgentas y milicianas de diferentes grados.

Nuestro trabajo va a ser cuidar este lugar para que sólo estén mujeres y no dejar que se meta ningún hombre.  Porque lo sabemos qué son mañosos.

Entonces pues nos van a ver que andamos por varios lados y es para eso de vigilar que no se metan hombres y si se mete uno pues lo vamos a agarrar y lo vamos a sacar porque claro se dijo que no están invitados hombres y por eso les toca estar allá afuera y ya luego se enteran de lo que pasó aquí.

Ustedes pueden andar donde quieran.  Pueden salir o entrar las veces que quieran, sólo necesitan el gafete y ya.  Pero los hombres no pueden entrar hasta que acabe nuestro encuentro.

Hay también compañeras promotoras de salud y algunas doctoras.  Entonces si alguien se enferma o se siente mal, basta que nos digan a cualquiera de nosotras y rápido avisamos para que atiendan las promotoras y si es necesario revise la doctora y si es necesario pues tenemos una ambulancia lista para llevar a un hospital.

Hay también compañeras coordinadoras, técnicas de sonido, de la luz si es que se va, de la higiene como de la basura y los baños y para que estas compañeras también puedan participar en el encuentro pues les pedimos que cuiden de la basura, de la higiene, de los baños.

Hoy somos muchas pero como si fuéramos una sola para recibirlas y que se sientan lo mejor que se puede según nuestras condiciones.

Hermanas y compañeras:

Nuestra palabra es colectiva, por eso están aquí conmigo mis compañeras.

A mí me toca leer, pero esta palabra la acordamos en colectivo con todas las compañeras que son organizadoras y coordinadoras en este encuentro.

Para nosotras como mujeres zapatistas es un orgullo muy grande estar aquí con ustedes y les damos las gracias porque nos dieron un espacio para compartir con ustedes nuestras palabras de lucha como mujeres zapatistas que somos.

Como hablo en nombre de mis compañeras, mi palabra va a estar revuelta porque somos de distintas edades y de distintas lenguas, y tenemos distintas historias.

Porque lo mismo trabajé de sirvienta en una casa de la ciudad, antes del alzamiento, que crecí en la resistencia y rebeldía zapatistas de nuestras abuelas, mamás y hermanas mayores. Lo mismo miré como está la situación en nuestros pueblos desde antes de la lucha, una situación muy difícil de explicar con palabras y más difícil de vivir, viendo cómo morían de enfermedades curables niños y niñas, jóvenes, adultos, ancianos y ancianas. Y todo por falta de atención médica, de buena alimentación, de educación.

Pero también moríamos por ser mujeres y moríamos más.

Y a veces también, hay que decirlo, mismo entre mujeres nos chingamos y nos mal hablamos, o sea que no nos respetamos.

Porque no sólo los hombres, también hay mujeres de las ciudades que nos desprecian que porque no sabemos de la lucha de mujeres, porque no hemos leído libros donde las feministas explican cómo debe ser y tantas cosas que dicen y critican sin saber cómo es nuestra lucha.

Porque una cosa es ser mujer, otra es ser pobre y una muy otra es ser indígena.  Y las mujeres indígenas que me escuchan lo saben bien.  Y otro cosa muy otra y más difícil es ser mujer indígena zapatista.

Desde hace varios meses, cuando el Congreso Nacional Indígena y el Concejo Indígena de Gobierno dijeron que como mujeres vamos a decir que no tenemos miedo o que sí tenemos pero lo controlamos, nosotras empezamos a pensar en colectivo que también tenemos qué hacer algo.

Así que en todas las zonas, en los colectivos de mujeres grandes y pequeños se empezó discutir qué hacemos como mujeres zapatistas que somos.

Y en el comparte del año pasado salió la idea que sólo mujeres zapatistas vamos a hablar y a honrar al concejo indígena de gobierno.  Y así hicimos, porque sólo mujeres recibimos a nuestras compañeras del concejo indígena de gobierno y la vocera Marichuy que aquí está presente.

Y lo que vemos, hermanas y compañeras, es que nos están matando.

Y que nos matan porque somos mujeres.

Como que es nuestro delito y nos ponen la sentencia de muerte.

Entonces pensamos de hacer este encuentro y de invitar a todas las mujeres que luchan.

Y les voy a decir por qué pensamos esto:

Aquí están presentes mujeres de muchas partes del mundo.

Hay mujeres que tienen grandes estudios, que son doctoras, licenciadas, ingenieras, científicas, maestras, estudiantes, artistas, dirigentas.

Bueno, nosotras no tenemos muchos estudios, algunas apenas hablamos algo de español.

Vivimos en estas montañas, las montañas del sureste mexicano.

Aquí nacimos,  aquí crecemos.  Aquí luchamos.  Aquí morimos.

Todas somos mujeres.

Pero lo sabemos que hay de diferentes colores, tamaños, lenguas, culturas, profesiones, pensamientos y formas de lucha.

Pero decimos que somos mujeres y además que somos mujeres que luchan.

Entonces somos diferentes pero somos iguales.

Y aunque hay mujeres que luchan y no están aquí, pero también las pensamos aunque no las veamos.

Y también lo sabemos que hay mujeres que no luchan, que se conforman, o sea que se desmayan.

Pero entonces nosotras, como mujeres zapatistas, vemos algo más que está pasando.

Y es que también nos hace iguales la violencia y la muerte que nos hacen.

Así vemos de lo moderno de este pinche sistema capitalista.  Lo vemos que hizo bosque a las mujeres de todo el mundo con su violencia y su muerte que tienen la cara, el cuerpo y la cabeza pendeja del patriarcado.

Entonces les decimos que las invitamos para hablarnos, para escucharnos, para mirarnos, para festejarnos.

Pensamos que sólo mujeres para que podemos hablar, escuchar, mirar, fiestar sin la mirada de los hombres, no importa si son buenos hombres o malos hombres.

Lo que importa es que somos mujeres y que somos mujeres que luchamos, o sea que no nos quedamos conformes con lo que pasa y cada quien, según es su modo, su tiempo, su lugar, ahí lucha o sea que se rebela. Se encabrona pues y hace algo.

Entonces les decimos, hermanas y compañeras,  que podemos escoger qué vamos a hacer en este encuentro.

O sea que podemos elegir.

Podemos escoger de competir a ver quién es más chingona, quién tiene la mejor palabra, quién es más revolucionaria, quién es más pensadora, quién es más radical, quién es más bien portada, quién es más liberada, quién es más bonita, quién está más buena, quién baila más mejor, quién pinta más bonito, quién canta bien, quién es más mujer, quien gana el deporte, quién lucha más.

Como quiera no va a haber hombres que digan quién gana y quién pierde.  Sólo nosotras.

Entonces podemos escoger, hermanas y compañeras.

O competimos entre nosotras y al final del encuentro, cuando volvamos a nuestros mundos, vamos a darnos cuenta de que nadie ganó.

O acordamos luchar juntas, como diferentes que somos, en contra del sistema capitalista patriarcal que es quien nos está violentando y asesinando.

Aquí no importa la edad, si son casadas, solteras, viudas o divorciadas, si son de la ciudad o del campo, si son partidistas, si son lesbianas o asexual o transgenero o como se diga cada quien, si tienen estudios o no, si son feministas o no.

Todas son bienvenidas y, como mujeres zapatistas, las vamos a escuchar, las vamos a mirar y les vamos a hablar con respeto.

Nos hemos organizado para que en todas las actividades, en todas, haya algunas de nosotras que lleve su mensaje a nuestras compañeras en los pueblos y comunidades.

Vamos a poner una mesa especial para recibir sus críticas, ahí pueden entregar o decir lo que ven que hicimos o hacemos mal.

Porque la lucha por nuestra libertad como mujeres zapatistas que somos es nuestra.

No es trabajo de los hombres ni del sistema darnos nuestra libertad.

Al contrario, como que su trabajo del sistema capitalista patriarcal es mantenernos sometidas.

Si queremos ser libres tenemos que conquistar la libertad nosotras mismas como mujeres que somos.

Las vamos a mirar y a escuchar con respeto, compañeras y hermanas.

De lo que miremos y escuchemos, sabremos tomar lo que nos ayude en nuestra lucha como mujeres zapatistas que somos, y lo que no, pues no.

Aquí habemos compañeras zapatistas de diferentes lenguas originarias.  Ya van a escuchar las palabras colectivas de las mujeres de cada zona.

No estamos todas.

Somos muchas más y es mucha más la rabia y el coraje que tenemos.

Pero no nada más por nosotras es nuestra rabia, o sea nuestra lucha, sino que por todas las mujeres que son violentadas, asesinadas, violadas, golpeadas, insultadas, despreciadas, burladas, desaparecidas, presas.

Entonces te decimos, hermana y compañera, que no les pedimos que vengan a luchar por nosotras, así como tampoco vamos a ir a luchar por ustedes.

Cada quien conoce su rumbo, su modo y su tiempo.

Lo único que sí les pedimos es que sigan luchando, que no se rindan, que no se vendan, que no renuncien a ser mujeres que luchan.

Y ya para terminar les pedimos algo especial en estos días que van a estar con nosotras.

Vienen de varias partes de México y del mundo, hermanas y compañeras ya de edad, “de juicio” les decimos nosotras.

Son mujeres que ya tienen años y que luchan.

Entonces les pedimos que les tengan respeto y consideración especial, porque nosotras queremos llegar a ser como ellas, llegar a tener edad y saber que seguimos luchando.

Queremos llegar a ser mayores de edad y poder decir que tenemos muchos años y que cada año quiere decir un año de lucha.

Pero para eso tenemos que estar vivas.

Por eso este encuentro es por la vida.

Y nadie nos va a regalar eso, hermanas y compañeras.

Ni el dios, ni el hombre, ni el partido político, ni un salvador, ni un líder, ni una líder, ni una jefa.

Tenemos que luchar por la vida.

Ni modos, así nos tocó a nosotras, y a ustedes hermanas y compañeras, y a todas las mujeres que luchan.

Tal vez, cuando ya acabe el encuentro, cuando regresen a sus mundos, a sus tiempos, a sus modos, alguien les pregunte si sacaron algún acuerdo. Porque eran muchos pensamientos diferentes los que llegaron en estas tierras zapatistas.

Tal vez entonces ustedes responden que no.

O tal vez responden que sí, que sí hicimos un acuerdo.

Y tal vez, cuando les pregunten cuál fue el acuerdo, ustedes digan “acordamos vivir, y como para nosotras vivir es luchar, pues acordamos luchar cada quien según su modo, su lugar y su tiempo”.

Y tal vez también respondan “y al final del encuentro acordamos volver a encontrarnos el año que viene en tierras de las zapatistas porque ellas nos invitaron otra vuelta”.

Es toda nuestra palabra, gracias por escucharnos.

¡Que vivan todas las mujeres del mundo!

¡Que muera el sistema patriarcal!

 

Desde las montañas del sureste mexicano.

Las mujeres zapatistas.

Marzo 8 del 2018, Chiapas, México, el mundo.

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  1. Cobertura del Primer Encuentro Internacional de “Mujeres que luchan” convocado por el EZLN | Chiapasparalelo - 11 marzo, 2018

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