Familias de todo el país llegan a Jalisco a buscar a sus desaparecidos

Por Pie de Página

Texto y fotos: Analy S. Nuño / Zona Docs Arturo Contreras

La noticia de un tráiler con cámara de refrigeración que resguarda 247 cuerpos humanos en Jalisco se expandió por todo México, por mensaje, radio, televisión o llamadas familiares de desaparecidos se enteraron y decidieron viajar a ese estado para protestar y exigir un trato digno para los restos humanos

 

GUADALAJARA, JALISCO.- A la una de la madrugada del viernes 21, un vehículo partió de Querétaro con rumbo a esta ciudad, casi a la par otro de Sinaloa, otro de Michoacán, uno más de Nayarit y otro del Estado de México. Un día antes, había salido uno de Veracruz.

El equipaje de más de 150 familiares de desaparecidos que viajaban con destino al Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) era una lona o fotografía de su familiar al que buscan desde 2006, 2009, 2012, 2013, 2017 o hace unos meses.

“Nunca terminas de aprender en esto y aunque pareciera que nos acostumbramos a cifras, o sea ya no hay sorpresa, en la cifra de quién da más, está Jalisco con casi 500. Una de las ventajas y desventajas es que entre esos cuerpos puede estar uno de los nuestros, el de cualquiera de nosotros y eso si logra ser identificado. A todos se nos abre una posibilidad pero se nos apaga otra”, dijo Rosa Isela Infante, madre de Elías Barredo desaparecido en 2012.

Entre ráfagas de vientos con olor a putrefacción, que ni un cubre bocas podía contener, los familiares de desaparecidos instalaron un plantón a las afueras de las instalaciones con las exigencias de trato digno a todos los cuerpos encontrados en fosas o hechos distintos, clasificación forense e identificación de todos los cuerpos existentes y cifras ciertas, Ministerio Público de guardia adscrito a SEMEFO, cruce de datos entre estados y verificación de los mismos, base de datos de ADN e iniciar contraste de perfiles.

Minutos después una comisión con un representante de cada colectivo entró a una reunión con autoridades, entre ellas la encargada de Fiscalía General, Maricela Gómez Cobos, el comisionado de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, Jaime Rochín e integrantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

El primer acuerdo se dio tres horas después: los familiares de desaparecidos podrían ingresar a revisar fotografías y datos de los restos humanos en resguardo de la institución. En ese momento, se dimensionó la atrocidad del Servicio Médico Forense de Jalisco: tienen en resguardo mil 150 restos, de los cuales 444 no tienen ficha de identificación, 362 cuentan con ficha de identificación y 344 corresponden a cenizas con ficha e identificación. El IJCF tiene físicamente en sus instalaciones 444 cuerpos y el resto se encuentran en resguardo del panteón ministerial.

“Estamos volviendo a una situación del pasado de campos de concentración, o sea por el amor de dios, esto es atroz, es una situación hitleriana, el caso Jalisco es una aberración ¡qué barbaros!”, dijo Juan Antonio Vázquez Silva, quien viajó 347 kilómetros para buscar a su hija desaparecida en septiembre de 2012 entre esos 1,150 restos humanos.

El primer grupo en ingresar fue el de Nayarit, por el ser el más grande con 42 familiares de desaparecidos y el que tenía que regresar a su estado. Una hora después, cuando salieron los primeros familiares la indignación y molestia era mayor pues pese a que el acuerdo fue abrir los expedientes y mostrar fotografías, en realidad a cada persona se le preguntó una seña particular de su familiar desaparecido, quien los atendía ingresaba al sistema el dato y si no coincidía se descartaba que estuviera en resguardo de la institución. Las autoridades lo volvieron a hacer, les dieron “una aspirina”.

“Fue un mejoralito, otra vez, ahora sí que se surten en la misma farmacia todos, Nayarit, Guadalajara y todos, son lo mismo, es decepcionante. Como no salió ninguno que coincidiera según ellos, pues ya, no está y adiós. A nadie nos mostraron fotos, a una señora como no tiene señas particulares o tatuajes su hijo, ni siquiera lo buscaron y lo descartaron por completo. Yo no me voy tranquila, fue más de lo mismo”, señaló Berenice Tapia, procedente de Nayarit, estado donde desapareció su papá en 2017.

Para los familiares de desaparecidos la situación de Jalisco es un referente de lo que pasa en todo el país, de la omisión, la simulación, el maltrato a las víctimas y el silencio que mantienen las autoridades ante una emergencia humanitaria.

“Nuestra indignación y obviamente nuestra sorpresa va en aumento ante acciones incomprensibles, con información mediática muy diluida sin llegar precisamente a este de fondo de responsabilidad que se omite con demagogia, distractores como despedir a alguien y ya, pero sin llegar a fondo, empiezan a rodar cabezas pero la cabeza más importante no ha rodado, que es la del gobernador. Perdió el control de todo y ahora no sabe que hacer”, reprochó Juan Antonio.

Rosa Isela Infante, añadió: “no han detenido nada, sigue pasando, está sumado a una eterna lista de desapariciones, asesinatos, violaciones. Se les salió de las manos y es algo que no pueden controlar, ellos dieron autorización para que desaparecieran nuestras personas, nuestros seres queridos”.

La reunión entre autoridades y representantes de cada colectivo no fue diferente: no les permitieron revisar la situación de los tráileres con cámara de refrigeración y prometieron realizar acciones a las que antes ya se habían comprometido y otras que esperan se cumplan como iniciar la clasificación de los restos para proceder a su identificación con apoyo de un observatorio ciudadano conformado por los familiares de desaparecidos, instalar una oficina de Ministerio Público en las instalaciones del Instituto que permita registrar ingresos y salidas de cuerpos humanos. Además los colectivos que no estuvieron presentes podrán agendar cita para acudir al Instituto a revisar los registros.

“Esos contenedores siguen estando en las mismas condiciones, ellos dicen que no están en bolsas de basura y el Instituto se ampara diciendo que la Cruz Roja nada más les ha dado 50 bolsas. Aquí hay una realidad, cómo tienen esos cuerpos no es la manera correcta pero está fuera de las manos de la Fiscalía y el Instituto cambiar la situación porque no tienen espacio. Y la realidad es que esas horas que estuvimos adentro nos estuvieron engañando”, señaló Yadira González Hernández de Querétaro.

Protesta en Ciudad de México

En la ciudad de México, familiares de desaparecidos realizaron una protesta espejo a la de Jalisco.

La protesta ocurrió en medio del camellón de Campos Elíseos, en Polanco, una de las colonias más ricas de la Ciudad de México, donde se ubica la oficina de la Representación del Estado de Jalisco en la Ciudad de México, una casa blanca con jardines en la entrada, que está enfrente de la embajada de Australia.

Pero vida cotidiana de la zona fue interrumpida el viernes por una docena de familiares de personas desaparecidas, quienes llevaron cuatro cartas dirigidas al representante de Jalisco en la capital y también ante la Comisión Nacional de Gobernadores., Alberto Lamas.

Las cartas eran del Consejo Nacional Ciudadano del Sistema Nacional de Búsqueda; Fundej, Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco; la Plataforma de Víctimas de Desaparición forzada de México, parte del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad y otras organizaciones de búsqueda de personas desaparecidas.

La petición es la misma: se le solicita al gobernador de ese estado, Aristóteles Sandoval, que identifique a los cuerpos, con todos los cuidados forenses necesarios y que de certeza de su identidad, pues sería del interés de miles de familias de personas desaparecidas en todo el país, como lo son ellas, que desde hace años buscan a los suyos.

“Es que en México no tenemos cuerpos forenses de seriedad, apenas ahora se están graduando las primeras generaciones de eso en la UNAM”, dijo una de las mujeres que protestaba. “Y es que además, todos los grupos forenses internacionales que han venido a ayudar, ya tienen las manos llenas”, replicó otra.

Después de un rato, a la reja de la casona se asomó una joven, con traje sastre, que dijo ser la asistente del representante Lamas, quien le dijo a las manifestantes que su jefe no estaba.

“¡Que venga!”, gritó una mujer. “¡Aquí lo esperamos!”, dijo otra.

La joven regresó a la casa y después de unos 20 minutos regresó con una respuesta: “Los puede venir a recibir el martes”.

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