Agentes de migración “cazan” migrantes

Secretaría de Marina Participa en contención de migrantes. Foto: Ximena Natera

En un operativo silencioso, agentes migratorios mexicanos detienen a migrantes que se quedan rezagados de la caravana o que se dispersa

Texto: Fredy Martín Pérez /Chiapas Paralelo

Foto: Ximena Natera

PIJIJIAPAN, CHIAPAS. En su cuarto día de recorrido por territorio mexicano, la Caravana Migrante llegó a Pijijiapan, donde parecía que pasarían sin sobresaltos. Al pasar por la garita del Instituto Nacional de Migración, los agentes dejaron pasar a las unidades de pasaje, de carga y automovilistas particulares que transportaron a los inmigrantes. Sin embargo, en el municipio de Arriaga, intensificaron los operativos de detención de migrantes.

Unos vecinos del albergue “Hogar de la Misericordia”, ubicado en Arriaga, grabaron cuando una docena de agentes migratorios, a bordo de varios vehículos, llegaron a la calle donde se localiza el albergue, persiguiendo a unos migrantes.

Ahí, los cercaron, y lo que se ve en el video es que, al menos a uno de los migrantes, lo someten dándole golpes. Los vecinos le reclaman a los agentes y les dicen que no tienen derecho a detenerlos. Uno de los agentes le responde a una señora que los migrantes no tienen derecho a pasar. La señora le comenta a otra persona que desde la madrugada de ese día, es decir desde ayer jueves, estuvieron realizando esas acciones, refiriéndose a la persecución y detención de los migrantes.

Mientras tanto, la noche del jueves 25, salieron de la estación migratoria Siglo XXI, ubicada en Tapachula, cuatro camiones con alrededor de 120 migrantes, entre hombres, mujeres y niños. Estas personas fueron deportadas a Honduras, cuyo gobierno informó a periodistas de ese país que al momento el gobierno mexicano ha deportado a medio millar de personas que salieron con la caravana.

Muchos agentes migratorios han llegado al estado procedentes de otras entidades para atender la emergencia; se ocupan de documentar con sus teléfonos celulares el paso de los migrantes.

La Policía Federal por su parte, encabezó la caravana y los oficiales pedían a los camioneros no llevar colgados a los inmigrantes en las puertas, porque corrían en el riesgo de caer.

Al paso por la garita por Echegaray, uno de los puntos estratégicas del INM, donde en un día normal, son detenidos entre 50 a 100 inmigrantes, los hondureños al ver a los agente federales apostados en ambos lados se concretaban a gritar: “Viva Méxicoooo”, “Viva Méxicoooo”.

Observadores de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y del Servicio Internacional de la Paz (Sipaz), se mantuvieron al tanto del paso de los inmigrantes y pudieron constar que los agentes filmaban las unidades de transporte de carga que llevaban a los extranjeros, pero no las combis, taxis y vehículos particulares.

Para un oficial del INM, “la caravana ya no existe”, porque considera que los hondureños se “dispersan”, ya que no van en forma compacta, pero desconoce que se separan porque algunos consiguen “jalón” (aventón) inmediatamente al salir a la carretera, mientras que las mujeres y niños, se les dificulta subir a los camiones.

Un oficial de la Policía Federal siguió al camionero Javier Castro, que transportaba plátano, para pedirle que bajara a los migrantes que llevaba en los estribos y así lo hizo, pero cuando descendieron los hondureños agradecieron.

“Que Dios te bendiga compa”, dijo uno de ellos, pero quienes no quisieron bajar de la unidad, unos 15 jóvenes que iba sobre la fruta cubierta con una lona.

El sacerdote Sergio Alfonso, de la parroquia de Santiago Apóstol, dijo que los fieles católicos ya tenían preparada comida y agua para recibir a los hondureños. “Es lo que podemos darle a los hermanos en su paso, en su camino a donde ellos quieren llegar”.

Para las 8 de la mañana en el parque ya se encontraban unos tres mil hondureños en la plaza central. Minutos después se ofrecía la primera misa para los hondureños.

El párroco dijo que ante arribo de otra caravana de al menos mil 500 hondureños, que intentan cruzar la frontera entre su país y Guatemala, se siguen preparando, pero “esta experiencia con esta primera caravana, nos hemos visto rebasados: Iglesia, sociedad civil, gobierno, todo está rebasado. Podemos darle en lo que la medida da. Lo que nosotros estamos dando acá, es lo que la misma gente no está dando”.

Algunos de los hondureños que se han quedado sin dinero, intentaron cambiar algunas lémpiras que traen consigo, pero en las instituciones bancarias les responden que esa moneda no la reciben. “Aquí solo dólares manejamos”, dijo una empleada de una institución a un centroamericano que entró a un banco.

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