Diabetes, la epidemia del siglo XXI para Chiapas y México

La tendencia, es aceleradamente creciente y, de no modificarse su trayectoria, en el año 2030 el número de defunciones por diabetes mellitus podría llegar a 149 mil casos anuales, y para el año 2040 a 182,786 defunciones solo por esta causa.

De acuerdo con el Anexo Estadístico del VI Informe de Gobierno del Poder Ejecutivo Federal, la tendencia de la morbilidad por diabetes en el país es aceleradamente creciente: entre los años de 2000 y el 2017 se confirmaron 7.32 millones de casos nuevos, y debe destacarse que entre 2000 y 2009 el promedio anual de nuevos casos diagnosticados fue de alrededor de 370 mil, mientras que de 2010 a 2018 el promedio anual se incrementó a poco más de 402 mil casos anuales. Esto implica, en términos relativos, un incremento promedio de 8% entre ambos periodos, según publica México Social.

“Panorama de la diabetes en México, 2018” hecho por Mario Fuentes y Saúl Arellano, recuperó múltiples datos de la proyección en los próximos años en el aumento de casos de diabetes en el país, además, alertó de la considerable presencia que tendría en estados como Chiapas, donde la elevación de muertes llega a ser considerable respecto a la cantidad de muertes anuales.

La diabetes millitus tipo II es la epidemia del siglo XXI en Mexico, debido a que su mortandad que está generando es de un magnitud que no tiene precedente en la historia epidemiológica del país, y su presencia y expansión creciente se debe a la suma de múltiples factores, tanto individuales como ambientales, detallaron.

“Se trata de un padecimiento que se debe mayoritariamente a la combinación de determinantes sociales de la salud, cuya persistencia no puede explicarse sin considerar un estado de incumplimiento generalizado de los derechos económicos, sociales y ambientales (DESCA) de la población” indicaron.

A partir de la década de los 90, México comenzó a atestiguar un acelerado incremento en el número de personas con diabetes mellitus y comenzaron a producirse estudios para determinar si el problema se debía a una cuestión genética o más bien a factores ambientales o socioculturales y económicos, como la composición de la dieta de las personas.

Igualmente, de acuerdo con el sitio electrónico sobre diabetes de la Organización Panamericana de la Salud, la obesidad constituye quizá el principal factor de riesgo para adquirir esta enfermedad. En este sitio se afirma lo siguiente:

“La epidemia de obesidad, causante del aumento de la diabetes, está impulsada en gran parte por dos tendencias que van de la mano: un cambio en los hábitos alimentarios de la población (aumento del consumo de alimentos con un denso contenido energético, ricos en grasas saturadas, azúcares y sal) y la reducción de la actividad física (entre el 30 y el 60% de la población en las Américas no alcanzan el nivel mínimo recomendado de actividad física como por ejemplo, caminar durante 30 minutos al día). Se considera que un adulto está en sobrepeso si tiene un índice de masa corporal (IMC) de entre los 25 y 29,9 kg/m2 y es obeso si posee un IMC superior a 30 kg/m2. Algunas investigaciones han demostrado una sólida relación entre la obesidad y la diabetes. De este modo, el aumento del IMC se asocia con un mayor riesgo de sufrir diabetes así como, la obesidad abdominal se ha convertido en un factor predictivo fiable de sufrir esta enfermedad”.

Los investigadores indicaron que si bien debe decirse adicionalmente que, la obesidad es un factor de riesgo, esta a su vez también está determinada por factores que van mucho más allá de lo individual; como la pobreza, marginación y violencia, la debilidad regulatoria del mercado de los alimentos y en débiles normas de producción y etiquetado.

Estos factores, al combinarse, definen un “caldo de cultivo” que facilita la reproducción y la pervivencia de las condiciones determinantes de la epidemia, lo cual, a su vez, está llevando a un círculo vicioso que tiene severas consecuencias para las familias: personas amputadas, ciegas o que fallecen por diabetes o causas asociadas, como la insuficiencia renal, amén del gasto en servicios de salud que, de continuar así, llevará al país (en un no muy lejano horizonte) a una lógica de gran presión financiera.

De acuerdo con algunas estimaciones, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) gasta ya alrededor de 50 mil millones de pesos anuales en la atención de este padecimiento. De continuar la tendencia, en el año 2050 el IMSS requeriría un presupuesto de 340 mil millones de pesos (a valores actuales) para hacer frente a esta problemática[4].

Asimismo, según los datos de la ENSANUT, las personas con diabetes gastan cada año alrededor de 700 dólares per capita (alrededor de 14,000 pesos), lo cual representa una enorme erogación, sobre todo para los más pobres, considerando que en el país hay al menos 7 millones de personas viviendo con esta enfermedad. El costo es estratosférico,

Lo que es evidente es que México no puede continuar por esta ruta y que lo urgente es construir un nuevo curso de desarrollo que implique modificar radicalmente las políticas de salud, alimentación, desarrollo social y desarrollo sostenible. Solo así, de la mano de una nueva ética de consumo, podremos darle la vuelta a este letal capítulo de la salud pública en nuestro país, dijeron los investigadores.

Magnitud de la morbilidad y la mortalidad por diabetes en México

El incremento que se tiene en números absolutos también es creciente en términos relativos, pues, según el Informe de Gobierno citado, la tasa de morbilidad por esta enfermedad ha tenido incrementos estadísticamente significativos en los últimos 20 años.

En efecto, mientras que en el año 2000 la tasa de morbilidad por este padecimiento era de 284 casos por cada cien mil habitantes, para el año 2018 se ubicaría, según las proyecciones realizadas, en 343.4 casos por cada 100 mil.

Así, puede afirmarse que, de continuar las condiciones de pobreza, malnutrición, rezago, marginación social y violencia, aunadas a la insuficiencia de servicios sociales y de salud y al acelerado proceso de envejecimiento de la población, estas tasas podrían incrementarse aceleradamente en los siguientes 10 años.

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) tiene un registro de 1.37 millones de defunciones por diabetes en el periodo que va del año 2000 al 2017 y, utilizando una proyección para estimar el número esperado para 2018, la cifra ascendería a 1.48 millones de personas.

Este acelerado crecimiento en el número anual de defunciones por diabetes se corresponde con un importante incremento en la tasa de mortalidad registrada en el país por esta causa, la cual pasó de 46.1 defunciones por cada 100 mil habitantes en el año 2000, a un indicador de 72.6 en el año 2010, y a uno estimado de 92.8 en el año 2018.

Para el caso de Chiapas, se expresa que la tendencia de la mortalidad general de 1998 a 2017, un parte importate fue generado por casos de diabetes, en el último año las muertes por la epidemia fueron 3 mil 781, respecto a las 26 mil 629 en general.

Fuentes, Mario Luis; Arellano, Saúl. “Panorama de la diabetes en México, 2018”. México Social.

Además, los investigadores documentaron que la proyección del número de defunciones por diabetes, podrá{ia llegar hasta los 6 mil 805 para 2030.

Fuentes, Mario Luis; Arellano, Saúl. “Panorama de la diabetes en México, 2018”. México Social.

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