El abc del feminismo de Karen Dianne Padilla Limón

 

Por Brissia Rubí Cruz Hernández/alumna de la materia de Entrevista periodística de la Licenciatura en Comunicación de la Unach

“Vestía blusa negra, pantalón negro, calcetas de color rosa, aretes negro; su complexión delgada, estatura aproximada de 1.50 metros, tez morena y cabello largo, lacio y negro”. Por desgracia esta descripción no corresponde a una historia de amor, sino a una de terror. En el barrio de Fátima de San Cristóbal de las Casas, Chiapas; una joven de 15 años fue violada, drogada y asesinada por tres hombres; una mujer a la cual le fue arrebatada el derecho a la vida. Ésta y otras son tan sólo una de las tantas trágicas historias que día a día acontecen en contra de los derechos de las mujeres. Lamentablemente, muchas veces los responsables de hacer justicia no atienden de manera puntual a estos actos de violencia, lo que ha dado pie a la integración de activistas como Karen Dianne Limón Padilla, una mujer con ideales feministas que lucha por conseguir mejores condiciones de vida para las mujeres.

En ocasiones no se comprende la magnitud de un problema hasta que acontece en vida propia; en otras palabras, “no sabemos lo que sucede, hasta que nos pasa”. Karen Limón se vio inmersa en situaciones de injusticia, riesgo y violencia, lo que la llevó a tomar conciencia de su entorno y de la sociedad en la que vivía. Al comprender que se encontraba en una comunidad con un machismo excesivo decidió actuar al respecto tomando una postura feminista.

Sin embargo, para lograr un cambio positivo a veces es necesario combatir el problema en la vida cotidiana. Karen intentó hacer cambios dentro de la institución en la que laboraba y en la cual fue violentada; pero después se dio cuenta de la difícil tarea que resultaba contrarrestar el machismo dentro de la propia institución, así que decidió empezar desde fuera, lo que implicaba cambiar primero a la sociedad para que ese cambio pudiera quizás en algún momento impactar en la institución.

Feminista o Feminazi

Antes de hablar del papel que implica ser feminista es importante dejar en claro que el feminismo en primera instancia se asume como una corriente de pensamiento cuyo objetivo principal es conseguir la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres en los ámbitos político, social y económico. Karen Limón otorga su propia concepción del feminismo a través de la siguiente expresión: “el feminismo es una corriente de pensamiento crítico, es una tradición de lucha, es un movimiento social, es una ética; cuando digo de que el feminismo es una ética quiero decir que es asumir una responsabilidad ante el mundo… haces un pacto ético con las mujeres… es el único movimiento social en el mundo que históricamente lo que ha planeado es hacer que la vida de las mujeres sea viable, más allá de ser madre, más allá de ser esposa, más allá de estos roles fijos… el feminismo lo que hace es darnos opciones”.

Concibe su labor feminista como un proceso vital que la coloca en una posición en la que debe informarse constantemente; argumenta también que para hacer frente a la sociedad machista es preciso saber cómo funciona el propio machismo y  así intervenir con la creación de estrategias que erradiquen el problema y logren una toma de conciencia personal y colectiva.

La lucha feminista ha sido objeto de atención por su práctica hasta el punto de otorgarle otras denominaciones; como por ejemplo, la de feminazi que no es nada más que un calificativo ignorante, como bien lo señala la activista, porque toma este concepto como una burla que tiene toda la intención de deslegitimar la ira de las mujeres, Este término puede equipararse con otras expresiones como “loca, exagerada, dramática, etcétera”.

El machismo frente al feminismo

El machismo no es un problema novedoso, ha existido desde la constitución de las  primeras familias a lo largo de la historia de vida del ser humano, familias reguladas en un orden patriarcal que le otorgaba al varón el poder y el dominio del patrimonio, del que formaban parte los hijos y la esposa. De esta forma la mujer estaba al mando de las decisiones del patriarca, otorgándole una postura sumisa, dócil y vulnerable. Karen Limón manifiesta: “…no existía conciencia de que el hombre embarazaba a la mujer a través del coito y pues la forma en la que se organizaban los grupos humanos era alrededor de las mujeres; las mujeres tenían a sus hijos, ellas los cuidaban, se juntaban con otras mujeres, las aldeas estaban formadas así”.

Poco a poco se empieza a tomar conciencia de que el poder otorgado únicamente al hombre, representa un peligro a partir de las actitudes extremadamente superiores que éste tiene sobre la vida de la mujer. Una vida donde la participación de las mujeres en los distintos contextos en los que se desarrolla es prácticamente nula, sus derechos eran pasados por alto hasta el punto de tomar decisiones sobre su propio cuerpo, ya que la mujer era utilizada como un objeto de apropiación.

Karen discute: “¿Cuál era la manera en que un hombre iba a garantizar que los hijos que le pariera su mujer iban a ser de él? ¿Cuál era la única forma? A través de la monogamia, obligándole a la mujer a ser monógama, aunque eso no estuviera, ni siga estando en nuestro ADN como especie ¿sí? Eso ya forma parte de la cultura; entonces es ahí donde surge el machismo, el decir lo importante son los hombres, porque los hombres son el origen, ve tú a saber cómo hicieron esa ecuación mental porque el origen son las mujeres pero para la sociedad machista, el origen es el hombre, es el padre”.

En los distintos escenarios de la vida cotidiana; por ejemplo, en lo que respecta al ámbito cultural, Karen dice que las mujeres siguen manteniendo la responsabilidad de ser transmisoras de valores nombrándolas “guardianas de las tradiciones”, pero esta enunciación que parece tan simple, representa una pequeña parte del método empleado para que muchas mujeres, de manera inconsciente, sigan trasmitiendo el machismo.

En la actualidad, el machismo se sigue manifestando de distintas maneras por lo que sería difícil expresar que las mujeres no son machistas, la realidad es que tanto hombres como mujeres lo son, por la sencilla razón de haber nacido en una sociedad patriarcal; no obstante, sigue siendo más complicado que un hombre pueda asumir y aceptar su machismo.

El papel del hombre dentro del feminismo

Decir que un hombre se asume feminista, carece de sentido y de lógica; Karen Limón cuestiona: “¿Para qué se asumiría un hombre como feminista?”, al hacer referencia a que definitivamente no es una idea que pueda funcionar, ya que en ningún momento el hombre presentaría algún tipo de riesgo  por el hecho de exponer ideales a favor de las mujeres. Pese a que los hombres siguen siendo muy similares a sus abuelos, permanece el uso de la supremacía de la masculinidad, y lograr que los hombres se vuelvan feministas implicaría un cambio cultural trascendente, que siendo realistas es muy difícil de llevar a cabo. Pueden, eso sí, ser aliados feministas.

El feminismo es una lucha de mujeres para visibilizar a otras mujeres, si se involucra la participación masculina entonces dejará de ser feminismo. Karen Dianne Limón Padilla fundamenta su trabajo de lucha constante en el lema de “nosotras por nosotras”, frase que continuará citando para seguirse comprometiendo con la libertad de las mujeres chiapanecas en el aún presente y dominante sistema machista.

 

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