“¿A quién enterramos?”

¿A quién enterramos?. Foto: Gustavo Caballero

Se “confunden” en la Clínica COVID; entregan un cuerpo, y al siguiente día piden ir a recoger el cuerpo de la misma persona.

Al menos veinte días estuvo la señora María, de 57 años, internada en la Clínica COVID del Poliforum, en la capital de Chiapas.  El jueves 28, una trabajadora social llamó a sus hijos para decirles que les tenían noticias, y debían ir al centro hospitalario, “sin prisas”.

Al llegar les dijeron que su madre había muerto alrededor de las 13 horas, y que debían sepultarla ese mismo día. Les mostraron la fotografía del cadaver, donde se veía el rostro de una persona “muy inchado, irreconocible”, explicó su sobrino Marcelo.

Apenas a unas horas del duelo, el viernes al anochecer, recieron ahora la llamada de una doctora llamada Diana, quien era la encarada de darle seguimiento e informes sobre su madre.

– Les llamo para darles una lamentable noticia, su mamá murió hoy.

-No doctora, está confundida. A mi mamá la sepultamos ayer- le contentó una de las hijas de María.

-Voy a confirmar, confirmó y les llamo- respondió la doctora

En los audios que grabaron los hijos, se escucha que momentos despues, la doctora Diana les dice:

-Me confirman que sí fue hoy (viernes) a las 5 pm el fallecimiento de su madre.

Después de ahí todo fue una conmoción. Los hijos peguntan una y otra vez, y la doctora insiste en que deben ir ese viernes “a recoger el cadaver de su madre”.

“Entonces, ¿a quién enterramos?”, se preguntan. Desconcertados, acuden al Poliforum y ahí, un policía les dice que hay un error “porque el único que murió hoy es un señor”.

Después ya no quieren darles más información, les piden que se retiren, y el policía llama a los militares de la Guardia Nacional para evitar que intenten pasar.

Desesperados, amenazados para obligarlos a retirrase, los familiares de la señora María deciden hacer la denuncia pública sobre lo ocurrido.

“No pueden jugar con los sentimientos de las personas, con el dolor de las personas; entonces no me explicó a quién enterramos ayer; entonces salen unos representantes de aquí, la doctora y un psicólogo, tratando de decirnos que es un error y que igualmente mi tía falleció ayer y que lo que nos dijeron hoy fue un error”, explica su sobrino Marcelo.

A los pocos minutos de la denuncia pública, el director de la Clinica COVID los llama por teléfono, y les dice que “los va a recibir”.

Adentro -según relataron más tarde los hijos de María- conocieron a la doctora Diana. Ella y el director les argumentaron todo fue una “confusión”, un “error de comunicación” el cocurrido esa noche. Insisten en que el cuerpo que les entregaron el jueves 28, es de María. No hay más prueba que sus palabras.

Los familiares de la mujer regresan a casa. Al dolor del duelo ahora se suma la incertidumbre, el enojo. “¿A quién enterramos?”, se preguntan una y otra vez.

Desde el inicio de la pandemia, todos los días, a la 1 de la tarde, el secretario de Salud de Chiapas, José Manuel Cruz Castellanos, da el reporte de contagios y fallecimientos por COVID-19, ocurridos las 24 horas anteriores.

El viernes 29 de mayo, el secretario leyó el reporte de siete defunciones, que corresponderían a las personas fallecidas el jueves 28. No existe, en ese reporte oficial, el registro de la muerte de una mujer de 57 años, originaria de Tuxtla Gutiérrez. ¿Qué pasó con María?.

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