«Estamos listos para la muerte, si Dios así lo quiere», danzantes de Suchiapa
Danzantes tradicionales, a quienes pidieron suspender una ceremonia religiosa en una comunidad del municipio de Suchiapa, para evitar aglomeraciones, respondieron a las autoridades: “Estamos listos para la muerte, si Dios así lo quiere”.
Los mitos y prejuicios ante la pandemia de covid-19, así como la renuencia a creer en la letalidad del virus, sigue vigente en muchas comunidades rurales e indígenas de Chiapas, hasta ahora con 2 mil 847 contagiados y 195 muertos.
Desde abril, en vísperas de las festividades del jueves de Corpus Christi, las autoridades municipales de Suchiapa, ubicado a menos de 10 kilómetros de la capital del estado, pidieron a todos los grupos de danzantes suspender las actividades tradicionales por estar en plena emergencia sanitaria.
Sin embargo, algunos grupos han desacatado el ordenamiento de las autoridades federales, estatales y municipales.
El alcalde de Suchiapa, Alexis Nucamendi Gómez, dijo que ha pedido insistentemente a los pobladores y a los danzantes abstenerse de todo preparativo.
“Evitar realizar eventos masivos de personas para disminuir la propagación y transmisión del coronavirus y en su caso la suspensión total de los actos que no sean prioritarios y que afecten el desarrollo económico y social de nuestro estado y municipio, entre los que se destacan: las festividades de ferias, asambleas, eventos sociales, de asociaciones religiosas, actividades deportivas, congresos y concentraciones masivas de personas”, destacó en una circular.
Pero anoche notificaron a las autoridades municipales que en dos domicilios de la comunidad Pacú se hacían celebraciones y rituales con los danzantes de El Calalá.
“Reportaron que se encontraban aglomeramientos de personas de ambos sexos, entre ellos niños, participando en una velación llevada a cabo por las festividades de Corpus Christi”, precisó el alcalde en la red social del ayuntamiento.
Elementos de la policía municipal, protección civil, de salud municipal y de la Guardia Nacional se movilizaron hasta Pacú, a los domicilios donde se realizaba la festividad, y pidieron a los dueños, Lenin Toála y Miguel Pérez Lázaro, que no lo hicieran y evitaran aglomeraciones para respetar la contingencia sanitaria.
Sin embargo, se negaron a hacerlo y la respuesta fue: “Nosotros realizaremos los seis días de fiesta de nuestra tradición, estamos listos para la muerte si Dios así lo quiere, cada uno es responsable de lo que hace”.
El alcalde dijo que se tomarán las medidas pertinentes ante las autoridades competentes.
Esta no es la primera vez que en Chiapas se desacatan las medidas sanitarias y se privilegian las festividades. Lo mismo ocurrió en Venustiano Carranza en semana santa, cuando cientos de indígenas totiques salieron a las calles en una procesión encabezada por el Señor del Pozo, un cristo negro que consideran milagroso.
Carranza es ahora uno de los municipios donde hay muchos contagios y fallecidos por covid-19.
El 28 de mayo pasado, pobladores de ese municipio se opusieron a una fumigación y protagonizaron una revuelta que terminó en el saqueo de una tienda Elektra y la quema de varias casas, entre ellas las de los padres y suegros del alcalde, así como de la madre del gobernador. Por esos hechos han sido detenidas tres personas.
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