Amada y Huber, ejemplo de fortaleza matrimonial para salir adelante en la pandemia
*“Con la pandemia nos ha ido de la patada; las ventas han disminuido hasta en un 50% y ya no alcanza para nada porque lo vuelves a surtir y seguimos con el riesgo ante esta situación”, señaló Amada Cruz, dueña de una tienda de abarrotes en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez.
Textos y fotos: Adriana Santos
En Tuxtla Gutiérrez, el 41.9% de la población total se encuentra en situación de pobreza, de los cuales el 6.70% de ésta se contabiliza en pobreza extrema, de acuerdo a los datos arrojados por el informe del Visor Geoespacial de la Pobreza y la Covid-19 en los municipios de México, realizado por el Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de desarrollo Social (Coneval).
Ante esta situación y la recesión económica que atraviesa nuestro país derivado de la pandemia por Covid-19, existen comerciantes como Amada Cruz y Huber Ramos, un matrimonio que depende, día con día, de los ingresos que les deja su pequeño negocio para su sobrevivencia: una tienda de abarrotes ubicada en una colonia de lado oriente norte de la capital chiapaneca.
“Lo poquito que vendemos es lo que podemos surtir y tenemos que andar buscando un lugar donde esté más económico para poder hacerlo. La gente ahorita en la situación que estamos no se puede ir lo alto, así que poquito a poquito, aunque sea apretado, pero ahí vamos” comenta Amada, quien todos los días tiene que arriesgar su salud al salir a buscar a sus proveedores para surtir su tienda, mientras Huber, su esposo, se queda al frente de la misma.
Hace casi 10 años que Amada y Huber se sostienen gracias a sus ventas diarias. Además, implementaron la venta de carnes para que sus vecinos tuvieran la facilidad de encontrar todo en la comodidad de su colonia, sin embargo, ante esta crisis, tiene que priorizar las necesidades de sus clientes para seguir manteniendo su negocio a flote y segur ofreciendo los productos de primera mano a su clientela.
“He tenido problemas para encontrar mis productos. Le compraba a un muchacho que tuvo que cerrar su negocio porque pagaba renta diaria y tengo que andan buscando donde den mejor precio y me ofrezcan calidad, pero no quieren bajar sus precios porque también no les sale. Ya no encuentra uno precios normales y ya no compramos por grandes cantidades o cajas, sino por docena, media docena o ya por piezas” añade.
A pesar del escaso presupuesto económico con el que cuentan para hacer frente a la compra de sus productos, el pago de la luz, el agua y sus demás gastos domésticos, tienen que destinar una parte a la inversión del material adecuado para cumplir con las medidas de seguridad sanitarias necesarias para el bienestar de sus clientes, proveedores y propio, así evitar ser objeto de multas o suspensión de parte de las autoridades.
“Para agarrar el dinero lo hacemos con bolsita, tanto para recibir el dinero y dar el cambio. Aquí despachamos y rápido nos vamos a lavar, tenemos preparada el agua con cloro y el gel antibacterial a la mano, así como el cubrebocas, aunque a veces la gente que nos ve así se molesta o piensa que ya estamos enfermos. También tomamos nuestra distancia y les pedimos que vengan con sus cubrebocas” menciona.
Con la mentalidad de prevención y cuidado de la salud ante el creciente número de contagios de Covid-19 en la capital chiapaneca, todos los días mantienen limpios sus productos, enfriadores, aparadores, carnes y hasta las verduras, para garantizarles a sus clientes contar con la higiene necesaria para evitar la propagación de dicho virus, al menos en su colonia.
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