“No nos hemos vendido, nuestra dignidad no tiene precio”: sobrevivientes de Acteal

Campamento de las Abejas de Acteal, ubicado en el poblado Nuevo Yibeljoj, en Chenalhó. Foto: Cortesía

Desde el campamento de desplazados, ubicado en el poblado Nuevo Yibeljoj, en Chenalhó, familias sobrevivientes de Acteal e integrantes del grupo Las Abejas, celebraron los 20 años de la fundación del campamento donde trabajan en la construcción de la autonomía de los pueblos indígenas.

Se trata de indígenas tsotsiles quienes tres años después de la masacre, empezaron a buscar tierras donde reubicarse, y el 17 de octubre en el año 2000, salieron desde el poblado X’oyep hasta llegar a Nuevo Yibeljoj.

Lla violencia paramilitar no nos dejó opción de poder retornar a nuestra comunidad de origen». Foto: Cortesía

“El día de hoy cumplimos 20 años de habernos llegado a esta tierra. Duele recordar, porque aquí no llegamos por gusto, la violencia paramilitar no nos dejó opción de poder retornar a nuestra comunidad de origen”, explicaron durante una ceremonia en la que participaron todos los integrantes de la comunidad.

Recordaron que un mes antes de la masacre de Acteal en 1997, fueron obligados a salir de sus casas, por las amenazas de muerte de parte del grupo paramilitar que luego perpetró la masacre.

Desde entonces, han tenido que buscar medios de subsistencia. “Después de permanecer 3 años en el campamento Juan Diego X-oyep, empiezan a escasear el agua, la leña, no hay tierras para sembrar la milpa, habían brotes de varios tipos de enfermedades; se empieza a poner difícil la sobrevivencia de las y los desplazados”, recordaron.

Tampoco había condiciones para retornar a su comunidad de origen, “debido a que los paramilitares ahí estaban libres, sus armas que usaron en la masacre de Acteal, nunca fueron decomisadas”.

Y actualmente, estos grupos armados se activaron para desplazar a habitantes de los municipios vecinos de Aldama y Chalchuitán.

Explicaron que ahora mismo estos grupos armados también mantienen en situación de amenazas y desplazamiento a algunos habitantes de la comunidad Santa Martha, en Chenalhó, aún cuando en discurso, dicen que su objetivo es recuperar la tierra para esta población.

«quienes aquí estamos en la resistencia, quienes estamos haciendo todo lo posible con lo poco que tenemos para construir poco a poco nuestra autonomía». Foto: Cortesía

A pesar de la amenaza vigente, las familias integrantes de Las Abejas de Acteal que se encuentran en el campamento de Reubicación Nuevo Yibeljoj, insistieron: «quienes aquí estamos en la resistencia, quienes estamos haciendo todo lo posible con lo poco que tenemos para construir poco a poco nuestra autonomía».

“Pedimos que nos respeten nuestro modo de pensamiento y decisión de creer y pensar que otro mundo más humano y libre puede existir (…) no nos hemos vendido, nuestra dignidad no tiene precio, no traicionamos la sangre derramada en Acteal, y de las y los que han dado su vida por nosotras y nosotros”.

Cuestionaron así al grupo de sobrevivientes de Acteal quienes apenas el pasado mes de septiembre, aceptaron un “acuerdo de reconciliación” con el gobierno federal, que incluyó una compensación económica y una disculpa pública.

A este acuerdo se opusieron los habitantes del campamento de reubicados, y otros sobrevivientes que habitan en Acteal, por considerar que no se ha hecho justicia porque los autores materiales e intelectuales de la masacre siguen libres, y no se ha reconocido la responsabilidad del Estado mexicano en la formación de los grupos paramilitares.

Sobrevivientes de Acteal. Foto: Cortesía

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