Ocosingo, ejemplo de resiliencia para el campo

Juana Hernandez, productora en San Miguel, Ocosingo. Produce variedades locales de maíz. Cortesía: CIMMYT.

*Organismos nacionales e internacionales, conmemoran el 50 aniversario de la entrega del Premio Nobel de la Paz al doctor Norman Borlaug, fundador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), bajo la iniciativa #AgriculturaParaLaPaz donde buscan impulsar la resiliencia del campo mexicano para consolidar la paz social.

*El evento hizo un llamado de construir agricultura para la paz con acción e impacto.


Juana Hernández Sánchez, productora de la comunidad de San Miguel en Ocosingo, mencionó que en la zona cosechan maíz y frijol, estos son para su consumo propio, con ellos realizan tortillas de maíz y calabaza, así como tamales de frijol y petaul.

Manuel Méndez Sánchez, esposo de Hernández Sánchez, compartió que produce y rescata el maíz nativo y criollo en dicha zona, además, pidió al CIMMYT apoyo para la difusión de conocimientos a más productores.

Méndez Sánchez añadió que quieren incrementar la producción y cosecha para no perder las semillas nativas de la zona y al mismo tiempo no dañar el agua y suelo.

El productor acentuó que, trabajan en la no quema y el rastrojo de maíz, es decir, hojas, tallos y mazorcas de maíz es picado en el lugar para que sirva como abono de la tierra.

Méndez Sánchez comentó que desde hace 8 años trabajan en la diversificación de los cultivos de maíz, sembrando otras verduras como leguminosas.

Por otro lado, el Gobierno de México, el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT) y el Centro Nobel de la Paz, hicieron un llamado a la acción y al impacto al desarrollar una Agricultura para la Paz que contribuya a superar los principales retos del desarrollo humano en el complejo entorno económico y social de un sistema internacional bajo presión por factores como el conflicto, migración forzada y cambio climático.

Víctor Villalobos, titular de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) dio a conocer que, desde hace décadas, México conoce la estrecha relación que existe entre la agricultura y la paz, por lo que, es reconocido por sus contribuciones históricas a la seguridad alimentaria global y a la estabilidad de muchos países y regiones.

Bajo la iniciativa #AgriculturaParaLaPaz buscan impulsar la resiliencia del campo mexicano para consolidar la paz social. Cortesía: CIMMYT

El titular de la SADER afirmó que México tiene evidencia de que la agricultura es el camino para construir una paz duradera en el mundo, así como su complicada relación con los fenómenos migratorios de la población vulnerable, por ello, esta actividad es fundamental para erradicar el hambre y la pobreza a nivel mundial.

Villalobos señaló que este esfuerzo global, deberá ser apoyado con la ciencia, innovación y tecnología para construir sistemas alimentarios más justos, productivos, sostenibles y rentables.

Vemos al CIMMYT como nuestro brazo ejecutor para generar el impacto en campo en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos y nuestros programas de investigación nacionales como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) y el Colegio de Posgraduados (Colpos), entre otros, finalizó el titular.

Con apoyo de la ciencia, innovación y tecnología buscan construir sistemas alimentarios más justos. Cortesía: CIMMYT

En su participación, Martin Kropff, director general de CIMMYT dijo que México fue pionero en establecer mecanismos de cooperación internacional con otros gobiernos, como Estados Unidos, con la iniciativa privada, como la Fundación Rockefeller, para combatir la pobreza rural y desarrollar sistemas agroalimentarios capaces de alimentar a una población mundial creciente.

Como resultado, añadió que México logró ser autosuficiente en la producción de granos básicos, momento crucial en la historia del siglo XX que permitió incrementar la productividad agrícola mediante el desarrollo de cultivos mejorados para incrementar su potencial de rendimiento y de sistemas agrícolas más eficientes e intensivos.

Kropff acentuó que, el investigador más ilustre y reconocido de CIMMYT fue Norman Borlaug, originario de Iowa, Estados Unidos, quien recibió el Premio Nobel de la Paz en 1970 por desarrollar nuevas variedades de trigo de alto rendimiento junto con productores e investigadores mexicanos y por hacerlas accesibles a agricultores de todo el mundo.

Norman Borlaug es recordado como el hombre que salvó más de mil millones de vida del hambre y como el padre de una transformación agrícola que ha promovido la paz y la estabilidad en todo el mundo, incluido México, señaló Kropff.

Bram Govaerts, Director Global de Desarrollo Estratégico y Representante Regional para las Américas del CIMMYT dijo que, hoy se necesita escuchar la crisis, construir una respuesta transformadora y desarrollarla de la mano de organismos e instituciones que, unidos, puedan crear, diseñar e implementar estrategias integradas para construir sistemas agroalimentarios saludables, resilientes y sostenibles.

Esta coyuntura mundial que vivimos es una oportunidad para dar forma a un futuro sustentable hecho de experiencias que nos demuestran la importancia de co-construir soluciones duraderas generadoras de paz, resiliencia y prosperidad, seguró Govaerts.

Govaerts dijo que, la próxima generación los hará responsables de las decisiones que tomen hoy, si ven imágenes en los próximos años de una hambruna mundial, significa que fracasaron por completo en hacer lo que era necesario, pues su deber como miembros de la comunidad internacional es hacer sonar la alarma.

Por su parte, Nicole Birrell, presidenta de la junta directiva del CIMMYT mencionó que, como miembros del sistema internacional, padres y abuelos, no pueden aceptar vivir en un mundo donde 270 millones de personas corren el riesgo de pasar hambre, por lo que, deben hacer todo lo posible para detener esa tragedia.

Este año, el Comité Noruego del Premio Nobel entregará el Premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas, 50 años después de haber honrado a Norman Borlaug.

La decisión de la Fundación del Premio Nobel hace énfasis en la importancia de la seguridad alimentaria, de la Agricultura para la Paz y de la necesidad de sistemas alimentarios resilientes, señaló Martha Delgado, subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos.

 

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