Montes Azules, el hogar de la quinta parte de la biología nacional
Reserva de la Biósfera Montes Azules. Cortesía: Gobierno de México.
*Enclavada en la selva Lacandona, Montes Azules es una de las zonas con mayor diversidad genética tanto en México como en el continente americano, y hoy, cumple 43 años como área natural protegida.
Francisco Emilio Roldán Velasco, técnico Operativo de Monitoreo Biológico de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), platicó acerca de la importancia biológica de la Reserva de la Biósfera «Montes Azules» debido a que este 12 de enero de 2021 cumple su 43 Aniversario.
Roldán Velasco dio a conocer que la superficie de la Reserva es de 331 mil 200 hectáreas (ha), sin embargo, no esta sola con decreto federal en la Selva Lacandona, ya que, existen otras 6 áreas naturales protegidas: Nahá, Metzabok, Yaxchilán, Chankin, Bonampak y Lacantún,
En total las Áreas Naturales Protegidas (ANP) y Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC) es de 422 mil 966 ha, lo que equivale al 0.2% de la superficie terrestre nacional.
Acentuó que, a pesar de ser un área pequeña, estiman que la región alberga alrededor de una quinta parte de la riqueza biológica nacional. Entre los grupos biológicos que destacan se encuentran 3 mil 400 especies de plantas vasculares, 777 especies de mariposas diurnas, 135 especies de mamíferos y 85 especies de peces.
El técnico añadió que dentro de la Reserva se encuentran algunas de las poblaciones más importantes a nivel nacional de especies consideradas prioritarias, muchas con el estatus de peligro de extinción, tal es el caso del Jaguar (Panthera onca), Pecarí de labios blancos (Tayassu pecari), Tapir (Tapirus bairdii), Mono araña centroamericano (Ateles geoffroyi) y Mono aullador negro (Alouatta pigra).
Enfatizó que, dentro de la Biosfera Montes Azules, estas especies tienen poblaciones importantes, por lo que, es relevante mantener su estatus de conservación en buen estado.
Guacamayas dentro de la Reserva Montes Azules, Chiapas. Foto: Sport Soggy.
El experto puntualizó que, algunas aves consideradas prioritarias y otras en estatus de peligro de extinción sonGuacamaya roja (Ara macao), además dentro de los terrenos de la Reserva se encuentra la población silvestre más importante a nivel nacional, como de otras rapaces neotropicales: Águila albinegra, Águila tirana y Águila elegante.
Dijo que, no solo en los animales se refleja la riqueza, pues hay varias especies que se encuentran amenazadas como las palmas o las especies maderables como caoba y cedro.
Hay especies en la Selva Lacandona que tienen una población única conocida para el país, como es el caso del Armadillo de cola desnuda (Cabassous centralis) y Tlacuachillo cuatro ojos café (Metachirus nudicaudatus).
De igual manera, la riqueza biológica se ve reflejada en especies de características especiales y con distribución restringida, por lo que, se podrían considerar micro endémicas, como el Bagre de Chiapas y la Flor lacandonia.
La Selva Lacandona, en particular Montes Azules, es hogar de poblaciones de especies de las cuales se ha beneficiado el ser humano, no sólo en el país, si no en todo el mundo, como es el Cacao (Theobroma cacao) y la Vainilla (Vanilla planifolia).
La importancia de las poblaciones que todavía se encuentran, por ejemplo, en Montes Azules, es que albergan un germoplasma muy importante, el cual puede ser muy valioso para seguir enriqueciendo los cultivos de estas dos especies, representan una oportunidad de desarrollo sustentable”, expuso Rodal Velasco.
Por otro lado, Javier de la Maza de Natura y Ecosistemas Mexicanos A.C. compartió que, durante los años sesenta y setenta del siglo pasado las selvas tropicales húmedas de México fueron transformadas en terrenos agropecuarios, quedando fragmentadas y reducidas a sólo dos macizos importantes, el de los Chimalapas en Oaxaca y el de la Selva Lacandona en Chiapas.
De la Maza añadió que desde las instituciones académicas se levantaron voces de alerta ante la destrucción del ecosistema, entre ellas las de Gonzalo Halffter y Pedro Reyes quienes, desde el Instituto de Ecología, A.C., estaban desarrollando varios estudios en la Selva Lacandona.
Tiene el ecosistema que abastece de agua dulce al río Usumacinta que, con el Grijalva, contienen cerca del 30% de este recurso a nivel nacional. Cortesía: Agua Org.
Para 1976, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología constituyó el Fideicomiso para el Estudio Integral de la Selva Lacandona, en el que se conjuntaron esfuerzos del gobierno de Chiapas y de un pequeño grupo de centros de investigación ecológica que estudiaban la problemática de las selvas chiapanecas.
Dentro del Fideicomiso correspondió al Instituto de Ecología desarrollar el proyecto para la creación de un área natural protegida en la Selva Lacandona, a partir del cual resultó el decreto presidencial que estableció la Reserva de la Biosfera Montes Azules (RBMA), publicado en el Diario Oficial el 12 de enero de 1978.
Pocos años después, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) otorgó el reconocimiento a esta área, incluyéndola en la Red Mundial de Reservas de la Biosfera del Programa El Hombre y la Biosfera, en 1979.
De la Maza mencionó que, en 1972, gran parte de la superficie de la RBMA había sido otorgada a la etnia lacandona y a grupos de indígenas tseltales y choles, que se encontraban dispersos en pequeños asentamientos y que fueron reubicados en tres poblaciones: Lacanjá Chansayab, Nueva Palestina y Frontera Corozal, para brindarles los servicios básicos y que no se fragmentara más el macizo principal de selva.
La ceiba sagrada para los Mayas Lacandones. Imagen: Cortesía.
A pesar de su importancia ecológica y los esfuerzos realizados para su conservación, pasaron varios años para que la RBMA empezara a cumplir con los objetivos de conservación, esto se debió a la falta de programas de desarrollo apropiados para los pobladores de la selva y a la poca atención que las autoridades gubernamentales dieron a los temas ambientales y, en consecuencia, a la operación de la reserva.
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