Mujeres indígenas y campesinas se pronuncian ante la violación de sus derechos por la palma africana

Seminario web “Mujeres frente a la Palma Aceitera en Chiapas: Resistir, Persistir y Transformar”.

*En Chiapas, existen más de 60 mil hectáreas de monocultivos de palma aceitera y se espera que sigan incrementando y afectando vidas, tierras y territorios. Chiapas, representa más del 70% de toda la palma sembrada en el territorio nacional.

*En 1999, Chiapas tenía 5,641 hectáreas de palma aceitera, para 2019 ya eran 44 mil 891, 53 hectáreas y para en 2020 fueron de 49 mil 197, 49 hectáreas, es decir, en un año aumentaron 4,305 hectáreas de cultivo.

Por Redacción Alma Martínez

La organización Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente, realizó un Seminario web en el que expusieron la situación que viven las mujeres frente al monocultivo de la palma aceitera en el estado. El seminario se tituló “Mujeres frente a la Palma Aceitera en Chiapas: Resistir, Persistir y Transformar”, en el que las participantes manifestaron la necesidad urgente de evidenciar lo que la palma aceitera supone para sus vidas, tierras y territorios.

En el evento participaron Guadalupe Núñez, integrante de Mujeres de la Costa en Rebeldía Tonalá-Pijijiapan; Juanita Méndez, participante de la Casa de la Mujer Ixim Antsetic de Palenque; Angélica Schenerock y Claudia Ramos, colaboradoras de Agua y Vida.

Angélica Schenerock dejó en claro que a pesar de todas las vulnerabilidades que las mujeres viven, están fuertes y organizándose, luchando contra viento y marea para ir en contra de la palma aceitera, y buscan se posicione en el debate político y público.

Como parte de esa lucha, Schenerock y Ramos llevaron a cabo un documento titulado “La Palma Aceitera desde la Palabra de las Mujeres: diagnóstico de la palma aceitera (Elais guineensis Jacq.) y sus efectos en los territorios de Chiapas”, en el que colaboraron con la Casa de la Mujer Ixim Antzetik, la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, el Centro de Derechos Humanos Digna Ochoa, el Frente Cívico Tonalteco y el Consejo Autónomo Regional Zona Costa de Chiapas.

Este documento fue presentado de manera oficial durante el seminario, de acuerdo con las autoras la investigación no refiere un tema novedoso, pues ya se ha hablado de la expansión de la palma aceitera, sin embargo, de toda la bibliografía existente en el país y en Chiapas no había ningún documento específico que lo revelara a partir de la visión y la lucha de las mujeres.

Por lo que, su valía radica en su propia metodología, centra la información y sustento en la recuperación de las voces de las mujeres, con testimonios en primera persona que dan cuenta de los efectos del monocultivo, pero también de las narrativas y prácticas de resistencia de las mujeres indígenas y campesinas.

¿Cómo afecta la palma de aceite a las mujeres?

De acuerdo con el texto, la Palma aceitera (Elaeis guineensis Jacq.), es originaria de África Central, en donde era cultivado de manera tradicional por familias que naturalmente la utilizaban para su alimentación. Esta planta tiene diversos usos, como la preparación de alimentos y vino, artículos de limpieza, escobas, cestería y demás.

Actualmente, las plantaciones de palma se dan a partir del arrendamiento de tierras de campesinos, en las que se siembran con alto uso de agrotóxicos y fertilizantes, se usan grandes cantidades de agua para la producción y para el procesamiento del aceite extraído, lo que ocasiona la destrucción de los suelos por medio de erosión y salinización.

Los monocultivos de palma aceitera alteran el equilibrio del ecosistema. – Foto: Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente

El monocultivo de palma aceitera representa una forma de acaparamiento y destrucción de la tierra y sus ciclos naturales, al utilizar grandes cantidades de agua, lo que ocasiona la sequía de ríos, arroyos, lagunas y manantiales cercanos a las plantaciones. En consecuencia,  se generan problemas de acceso para las familias, en especial para mujeres, niñas y niños que suelen ser quienes se responsabilizan de garantizar el agua para uso doméstico y agrícola en las zonas rurales.

Como modalidad extractivista sus impactos son particularmente más intensos para las mujeres indígenas y campesinas, que viven una simultánea y sistemática violación de varios de sus derechos, por ejemplo: el derecho a la salud, al agua, al medio ambiente sano, a la alimentación y la soberanía alimentaria, a la vivienda adecuada, derechos laborales y a la tierra y el territorio.

Las autoras señalaron como este monocultivo se relaciona con otro megaproyecto de soporte extractivo en la zona: “El Tren Maya” pieza más visible del llamado Proyecto de Reordenamiento Territorial del Sur-Sureste, y uno de los proyectos estrella de la actual administración federal. Afirman, esta obra de infraestructura servirá principalmente como ruta de extracción de materias primas básicas, entre ellas la palma aceitera.

Guadalupe Núñez, integrante de Mujeres de la Costa en Rebeldía, detalló que en la región Tonalá-Pijijiapan a las personas las han convencido de que la siembra de estas palmas son el futuro, por lo que, tendrán grandes ganancias, pero no les dicen las consecuencias que vendrán con el tiempo, además, no solo afecta a los que siembran, sino también a todas y todos los de alrededor.

Consideró preocupante el cómo fueron engañados los campesinos con sus grandes extensiones de tierra para cultivar la palma aceitera que, con el tiempo provocará diversos daños, como la deforestación y la contaminación del agua.

Antes íbamos al río y el agua era cristalina, podíamos pescar y bañarnos, ahora las aguas tienen una nata amarilla, el agua de los pozos huele a hierro, no podemos lavar la ropa porque nos la mancha y para tomarla ya ni se diga, dijo Núñez.

Por su parte, Juanita Méndez, participante de la Casa de la Mujer Ixim Antsetic, comentó que ha observado como cuando el campesino ve que sus tierras no producen como le dijeron, las venden sin pedir la opinión de la mujer, porque este considera que no tiene voz ni voto.

Estamos luchando con todo lo que impone este disque desarrollo, levantar las voces en contra del monocultivo y de todos aquellos procesos de muerte que nos vienen a imponer el gobierno, empresarios, empresas transnacionales, sobre todo los gobiernos que permiten que entren las empresas que matan a nuestro pueblo, expresó Méndez.

En el seminario también se presentaron dos documentales cortos, el primero denominado “Mujeres en resistencia contra la palma aceitera en Chiapas”, realizado en el municipio de Palenque, relata las preocupaciones, reflexiones y luchas de mujeres campesinas e indígenas de la zona referente a las afectaciones de la palma aceitera.

Las mujeres denuncian que los monocultivos de esta palma son impuestos en los territorios sin considerar el derecho a la consulta previa y sin informar sobre las afectaciones al ecosistema, a la salud y a la soberanía alimentaria.

En el video se muestra como los arroyos se contaminaron, los pozos se secaron, el agua de la zona se está acabando y los alimentos han sido contaminados a través del megaproyecto.

El segundo documental, se titula “Mujeres y Palma Aceitera en Chiapas Resistir Persistir y Transformar”, aquí se explica que no es casualidad que la mayor siembra de palmas aceiteras se de en Chiapas, porque es el estado con la mayor cantidad de agua del país.

Las mujeres indicaron que la manipulación de las empresas hacia las personas que trabajan la palma aceitera se ha realizado a través de un discurso bastante efectivo, sobre todo por la cuestión monetaria. Añadieron que incluso podría hablarse de explotación laboral.

Las participantes del seminario concluyeron en que los megaproyectos siempre despojan de alguna forma, pero ellas seguirán defendiendo sus formas de vida en el territorio, lucharan por hacer escuchar sus voces y por visibilizarse, porque nadie más lo hará por ellas.

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