Pobladores de San Cristóbal de Las Casas reconocen nulos avances para combatir la contaminación en mantos acuíferos

Representación de la mancha urbana con dos de los 5 rangos de clasificación baja y muy baja, predominando la vulnerabilidad baja; cuya clasificación (5 rangos) se basa en la Guía Básica para la Elaboración de Atlas Estatales y Municipales de Peligros y Riegos (Evaluación de la Vulnerabilidad Física y Social) Cenapred, 2014. Cortesía: Georgina Roblero Cruz

*Agradeció a la población por la información. Su trabajo de investigación (Tesis) fue dirigida por la Deysi O. Jerez, y asesorada por Silvia Ramos y Jaime Pinzón.

*Seguirá trabajando en el tema, ya que algunos de los datos que recabó son del 2010, por ello consideró realizar de nuevo la evaluación del parámetro socioeconómico.


Georgina Roblero Cruz, licenciada en Ciencias de la Tierra, realizó el trabajo de investigación denominado “Vulnerabilidad y percepción social: contaminación del agua en San Cristóbal de Las Casas”, con el fin de conocer qué piensa la población sobre dicha problemática.

Roblero Cruz tuvo como objetivo caracterizar y analizar el índice de vulnerabilidad social a partir de los componentes socioeconómicos y la percepción local, como resultado obtuvo un mapa que le indica las zonas que presentan mayor debilidad.

Para ello, se basó en estudios de evaluación cuantitativa del riesgo microbiológico, en especial la de Ane Galdos Balzategui de la Fundación Cántaro Azul A.C., J. Carmona de la Torre, H. J. Sánchez Pérez, J. J. Morales López, A. Torres Dosal, S. Gómez Urbina de El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).

Los investigadores dieron a conocer que, San Cristóbal de Las Casas carece de información sobre la calidad microbiológica del agua del sistema municipal de distribución de agua potable, por lo tanto, se desconocen los riesgos derivados de su ingesta y el impacto que supone para la salud pública.

Su estudio evaluó el riesgo por contaminación microbiana de las fuentes de agua del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado Municipal (SAPAM) mediante la aplicación de una Evaluación Cuantitativa del Riesgo Microbiológico (ECRM).

Humadal de La Kisst en San Cristóbal de Las Casas. Foto: Cortesía.

Recolectaron 206 muestras de 8 manantiales de distribución de agua, y emplearon dos indicadores para determinar la calidad bacteriológica del agua (CBA): coliformes totales y coliformes fecales (Escherichia coli).

Mencionaron que, los manantiales La Kisst, Peje de Oro y San Juan de Los Lagos, que atienden alrededor de 31, 16 y 1% de la población, fueron las fuentes con mayor porcentaje de muestras con contaminación fecal. Mientras que, La Hormiga, el cual suministra agua a la periferia de la ciudad, fue la fuente con mayor concentración bacteriana.

Roblero Cruz dijo que, en la ciudad los dos principales ríos son el Fogotico y Amarillo, ambos contaminados ya sean por descargas ilegales o la falta de un sistema eficiente para potabilizar el agua y distribuirla.

Al realizar su trabajo de investigación y acercarse a la población, se percató de los muchos ojos de agua que existen, y de donde los habitantes también se abastecen, sin embargo, no se han realizado los estudios adecuados de calidad del agua, ya que pueden estar contaminados por lixiviados.

Toma de encuestas con la aplicación SIESGO. Cortesía: Georgina Roblero Cruz

La investigadora encontró que, en San Cristóbal hay una percepción local alta sobre la problemática del agua, además algunas personas le comentaron que para ellos no significa un inconveniente porque ya se acostumbraron.

Esta alta percepción también nos indica que, aunque tienen conocimiento del tema y sean parte del mismo, no hay una correlación con las prácticas, añadió la investigadora.

Roblero Cruz enfatizó que, el rubro de vulnerabilidad la configuró a partir de 5 parámetros: económico, salud, vivienda, población y educación, que son los componentes de riesgo y pueden hacer que el impacto de la amenaza sea menor.

Es decir, al analizar las características y condiciones de la población se puede reducir el impacto de una amenaza, que junto a la vulnerabilidad social y el mapa dinámico pueden trabajar con capacitaciones y talleres para la población, con el fin de hacerles saber que son parte del sistema y que sus acciones repercuten para bien o mal.

Acerca de las zonas con más afectaciones, no identificó una, pues lo correcto sería analizar las fuentes de agua por consumo y establecer las rutas de a donde se dirige el agua para trabajar con esa población.

Reconoció que la población al preguntarles que zona consideraban la más afectada siempre indican otras y no reconocen que en la suya también existe, esto se debe al poco sentido de autocrítica.

La investigadora propuso el acercamiento a instituciones como Cántaro Azul, que se dedica a la gestión del agua, como darle a conocer a la población el estado en que se encuentra San Cristóbal, porque también tiene un problema grande con el crecimiento poblacional.

Dado a esto la demanda de recursos aumentará y llegará a un limite en la carga de los elementos, ya no abastecerá a la población y la calidad disminuirá más, hay que trabajar con la población porque son los primeros en tomar acciones frente a los recursos, también en sectores institucionales y políticos, expuso Roblero Cruz.

Añadió que, hace falta introducir el tema como la contemplación de la población, por ello, invitó a los habitantes a que se incluyan y colaboren con las acciones que se realizan a partir de esta problemática, a identificarse con su territorio y crear una red de apoyo o comités.

Que se concienticen que San Cristóbal ya esta en un estado critico en cuanto al recurso hídrico, cada acción hasta la más mínima ayuda, no tirar basura, ver si tienen fuentes ilegales contaminantes, descargas del mismo, esto con el fin de pedir ayuda y restablecer los lugares, dijo la investigadora.

Acentuó que, en la ciudad hay una segregación urbana muy presente, desigualdad de servicios básicos, además contemplar a quienes viven en la periferia, aunque se les considere invasores, son parte de la población.

Ampliación de los rangos contemplando 3 (alto, medio y bajo) representados en el mapa. Cortesía: Georgina Roblero Cruz

Sobre las políticas y estrategias estructurales y no estructurales dijo que, siempre tienen que estar en constante cambio y profundizar el tema, pues la gestión de riesgova a integrar más componentes y factores que los acerquen a la amenaza.

Por otro lado, continuará su trabajo en gestión de riesgo, ya sea del recurso hídrico u otros temas, porque San Cristóbal tiene demasiados problemas ambientales y son evidentes.

Como tal, el resultado que obtuve de esta tesis fueron dos mapas dinámicos uno respecto a la vulnerabilidad baja y otro en la ampliación de estos rangos para poder visualizar la clasificación y a más detallé la vulnerabilidad baja, y a partir de ellos poder tomar medidas, reafirmó la investigadora.

Por último, indicó que el componente de percepción que contempla su estudio es algo nuevo para la gestión de riesgo, al no existir muchos trabajos que realicen una representación geográfica.

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