A un año, etiquetado ha traído impactos positivos al entorno alimentario

Por: La Alianza por la salud alimentaria

*La Alianza por la Salud Alimentaria mencionó que el etiquetado frontal de advertencia permite elegir productos más saludables y migrar las preferencias a alimentos naturales, mínimamente procesados, frescos y producidos localmente.

Por Redacción Alma Martínez

El 1 de octubre de 2020 entró en vigor la Norma Oficial Mexicana 051 (NOM-051) que establece un sistema de etiquetado frontal de advertencia para alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, la cual advierte al consumidor de los nutrimentos e ingredientes que representan un riesgo para su salud, como los azúcares, las grasas saturadas y trans, el sodio y las calorías. Asimismo, presenta mejoras en la lista de ingredientes, la tabla nutrimental y establece protecciones especiales para la infancia.

Su implementación será de tres fases. La primera comprende del 1 de octubre de 2020 al 30 de septiembre de 2023, consiste en colocar sellos octagonales de advertencia para productos con exceso en calorías y sodio, azúcares, grasas saturadas y trans, considerando solo aquellos nutrimentos que hayan sido añadidos durante su fabricación; así como leyendas precautorias de edulcorantes y cafeína para el consumo por niñas y niños. Como parte de esta fase, en abril de 2021 entró en vigor la restricción de elementos persuasivos en los empaques de productos que contienen sellos de advertencia y/o leyendas precautorias sobre edulcorantes no calóricos.

Para octubre de 2023, iniciará la segunda fase, donde los límites para los criterios nutrimentales serán más estrictos, comprenderá hasta el 30 de septiembre de 2025. Por último, a partir del 1 de octubre de ese año se implementará la última fase del etiquetado, en la cual para la aplicación de los criterios se tomarán en consideración la totalidad de nutrimentos presentes en el producto (añadidos o presentes de forma natural).

A un año del etiquetado

Por: La Alianza por la salud alimentaria

En este contexto, mediante un comunicado, la Alianza por la salud alimentaria, declaró que la primera fase del etiquetado ha traído un impacto positivo que ninguna otra política había logrado, ya que, se han reformulado una gran cantidad de productos para bajar su contenido de nutrimentos críticos y para no portar advertencias o portar el mínimo número de ellas. Además, se espera que con la entrada en vigor de las siguientes fases de implementación los beneficios del nuevo etiquetado se profundicen.

De acuerdo con esta organización, a un año de la implementación del etiquetado frontal de advertencia, el entorno alimentario en nuestro país se ha modificado favorablemente permitiendo que las y los consumidores puedan conocer de forma rápida, sencilla y veraz el contenido de nutrientes críticos (azúcares, grasas saturadas, grasas trans, sodio y calorías) en productos envasados.

Se han observado cambios en la formulación de los ingredientes de los productos incrementándose gradualmente la cantidad de productos libres de sellos y leyendas, por ejemplo, de los cereales de caja, 5.9% antes de la implementación tenían sellos y ahora el 11% ya no los requiere, afirmó Alejandra Contreras, coordinadora de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor A. C.

Añadió que, la reformulación de los productos tras la implementación del etiquetado frontal ha ocurrido masivamente, especialmente en el portafolio de empresas trasnacionales las cuales han reportado modificaciones de 56% en promedio en sus productos. Lo que, ha permitido una oferta alimentaria con menores cantidades de nutrientes dañinos y decisiones más informadas.

De la misma forma, han observado un buen cumplimiento en la implementación de los sellos de advertencia en los empaques, ya que de acuerdo con la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) durante la primera fase de su implementación la mayoría de las empresas ya se apegaban a lo establecido para el nuevo etiquetado de advertencia.

Por su parte, Paulina Magaña de la coordinación de Salud Alimentaria en El Poder del Consumidor A. C., señaló que la restricción de personajes en productos con sellos o leyendas ha sido exitosa, por ejemplo, en bebidas azucaradas dirigidas a niñas y niños, el 39% tenían personajes en marzo de 2020 y para julio de este año, el porcentaje bajó a prácticamente 0%, evidenciando que la entrada en vigor de la NOM-051 fueron efectivas para regular productos no saludables que solían ser atractivos para niñas y niños.

Comprensible para la población mexicana

Según la encuesta nacional de etiquetado, que se levantó a finales de 2020, realizada por la Agencia de Investigación Social Estratégica DINAMIA para El Poder del Consumidor, el 74% de los encuestados respondieron que aprobaban el etiquetado frontal de advertencia, 72% reportó que este es comprensible para los consumidores y el 72% también consideró que los sellos son útiles para tomar decisiones sobre los productos que consume.

La Alianza por la salud alimentaria mencionó que, estudios que utilizan datos de ventas para analizar comportamientos, han encontrado que los etiquetados frontales claros y sencillos, incentivan a los consumidores a comprar alimentos y bebidas con mejores perfiles nutrimentales y que dentro de los diferentes sistemas de etiquetado frontal que existen en el mundo, el etiquetado de advertencia, como el utilizado en México, ha mostrado uno de los mayores beneficios para la salud de la población.

Una investigación realizada por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) confirmó que el etiquetado frontal de advertencia tiene un mayor nivel de comprensión entre la población mexicana. Asimismo, un estudio encabezado por la Universidad de Waterloo demostró que el 83% de los mexicanos reporta que el etiquetado frontal de advertencia es fácil de entender. Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) también publicó una investigación que demuestra a través de una simulación digital que un etiquetado frontal de advertencia resulta en intenciones de compras más saludables.

La Alianza por la salud alimentaria señaló que, actualmente es posible, dada la completa implementación del etiquetado frontal en los productos envasados, que los consumidores comparen entre el mismo grupo de alimentos la cantidad de sellos y elijan el que tiene menor número, ya sean sellos con leyenda o sellos numéricos que son mostrados en empaques pequeños.

También recomendó que se utilice el etiquetado frontal de advertencia como una herramienta para elegir productos más saludables y migrar las preferencias a alimentos naturales, así como disminuir el consumo de bebidas ultraprocesadas altas en azúcares, aditivos y calorías, y preferir el agua simple como bebida para hidratar y mantener un buen estado de salud.

Protege a las y los niños y proporciona más información a los consumidores

En abril de 2021 entró en vigor la restricción de los personajes o elementos persuasivos en los empaques de productos con sellos de advertencia o leyenda precautoria de edulcorantes, ya que estos elementos son un gancho para que niñas y niños desarrollen preferencias por productos no saludables.

Al respecto, Ana Munguía, investigadora del Centro de Investigación en Nutrición y Salud (CINyS) del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), señaló que, la medida es importante porque la regulación de la publicidad de alimentos y bebidas no saludables es considerada una de las políticas públicas más costo-efectivas para mejorar los ambientes alimentarios. Asimismo, subrayó que la evidencia científica es clara, la publicidad de alimentos chatarra es un determinante social de obesidad.

Otro de los cambios en los empaques incluye la prohibición de avales o respaldos de asociaciones médicas en aquellos productos que contienen uno o más sellos de advertencia por exceder los nutrimentos críticos antes mencionados.

Las declaraciones saludables, por ejemplo: “Nutritivo y delicioso”, “Para un óptimo crecimiento”, “Ayuda a una mejor nutrición”, no pueden estar presente en aquellos empaques que tengan un sello de advertencia o leyenda precautoria.

Mientras que las declaraciones de propiedades nutrimentales, como: “Con vitaminas y minerales”, “Con menos azúcar”, que se apeguen a lo establecido en la norma, deben regular su tamaño para hacerlas menos visibles al consumidor.

Carlos Cruz, investigador del CINyS, mencionó que, los avales por organizaciones o asociaciones de salud y las declaraciones nutrimentales constituyen una forma de proporcionar información para los consumidores, sin embargo la falta de elementos para su regulación hizo que estos fueran utilizados como una estrategia de publicidad.

A partir de los cambios en la NOM-051 se plantea que en las etiquetas de los productos con sellos y leyendas de advertencia se limite el uso de esa estrategia. Lo anterior forma parte de las recomendaciones de distintos organismos internacionales para mejorar la información en los empaques y así los consumidores puedan realizar elecciones de manera informada, explicó Cruz.

Por su parte, Ana Larrañaga, coordinadora de la Coalición ContraPeso, declaró que, es importante que los consumidores sepan que los cambios en el nuevo etiquetado van más allá de los sellos de advertencia. Pues las modificaciones en la lista de ingredientes permiten la identificación fácil y rápida de azúcares añadidos que son dañinos para la salud metabólica y cardiovascular.

Agregó que, esta información no se desglosaba de manera clara antes, y conseguirlo no fue sencillo, pues se enfrentaron a una enorme oposición de las industrias de ultraprocesados. De ahí que estos cambios se suman a los esfuerzos del etiquetado frontal de advertencia para brindar información más clara y veraz al consumidor, y contribuyen a proteger el interés superior de la niñez y a los derechos a la información, la salud y la alimentación de las y los consumidores.

Combate la obesidad y mejora la salud

Por: La Alianza por la salud alimentaria

Investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) realizaron un modelo del impacto del etiquetado frontal de advertencia sobre las tasas de obesidad y los costos relacionados en un periodo de cinco años, y publicaron los resultados en la revista PLOS Medicine en julio de 2020.

Este estudio es el primero en proyectar el impacto potencial del etiquetado frontal de advertencia sobre la prevalencia de la obesidad y los costos económicos asociados, al encontrar que las etiquetas obligatorias en alimentos y bebidas que advierten sobre altos niveles de calorías, azúcares, grasas, grasas trans o sodio en México, podrían prevenir 1.3 millones de nuevos casos de obesidad y ahorrar $1.8 mil millones de dólares en costos de atención médica durante cinco años.

Los investigadores utilizaron datos de una encuesta representativa a nivel nacional sobre el consumo de alimentos y bebidas de más de 6 mil adultos mexicanos, y realizaron un análisis de sensibilidad basados en el impacto del etiquetado observado en Chile y Uruguay.

El modelo estimó los cambios en el peso corporal en función de las reducciones estimadas en la ingesta de calorías debido a las etiquetas de advertencia y para determinar el ahorro de costos resultantes. Además, los autores utilizaron el informe financiero del país sobre el impacto del sobrepeso y la obesidad, y la tasa de obesidad esperada después de la implementación del etiquetado frontal de advertencia, para calcular los costos directos e indirectos.

Hallazgos:

– Se proyecta que el etiquetado frontal de advertencia reduzca el consumo de calorías por persona en México en 37 calorías/día. Esto incluye 23 calorías/día por consumo reducido de bebidas y 14 calorías/día por consumo reducido de refrigerios.

– 1.3 millones de casos de obesidad podrían evitarse en los cinco años posteriores a la implementación del etiquetado frontal de advertencia en México, lo que representa una reducción del 14.7% en la prevalencia de obesidad.

– El etiquetado frontal de advertencia también puede ahorrarle al país aproximadamente $1.8 mil millones de dólares en costos relacionados con la obesidad en un periodo de cinco años. Esto incluye una estimación de $1.1 mil millones de dólares ahorrados en costos de atención médica y $742 millones de dólares ahorrados en costos indirectos, como la incapacidad para trabajar, los gastos del cuidador y la muerte prematura.

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