Dinamismo de género ha invisibilizado problemáticas de la población LGBT+ en movilidad

Personas LGBTI+ que huyen de la violencia y discriminación deben poder acceder a espacios seguros y a la protección de sus derechos. Cortesía: ACNUR

*Si bien ha habido un gran avance en conocer las dinámicas de movilidad de los distintos grupos migratorios, aún falta profundizar en aquellos considerados en situación de vulnerabilidad como son las personas pertenecientes a la comunidad LGBT+.


Directores de instituciones que apoyan a grupos pertenecientes a la comunidad LGBT+ y académicos estudiosos del tema, dialogaron a través del conversatorio “Migrantes LGBT+ en contexto de movilidad: Retos, desafíos y resiliencia”, el panorama de las necesidades específicas de atención de esta población y los principales retos a los que se enfrentan.

El diálogo tuvo como fin conocer por medio de distintos actores que trabajan con migrantes pertenecientes a la comunidad LGBTTIQ, las dinámicas que emprenden una vez que se encuentran en territorio mexicano, como su travesía en el país, que tiene como finalidad cruzar a los Estados Unidos de América, los desafíos que encuentran y como convierten los mismos en oportunidades para desarrollar su resiliencia migratoria.

Rosemberg López Samayoa, presidente fundador y coordinador general de Una Mano Amiga en la Lucha contra el SIDA A. C. dijo que, la población LGBT+ migrante era un tema invisibilizado, a partir del año 2014, se empezó a tener más información sobre estos flujos en Tapachula.

Fue así, como a través de la organización, buscaron estrategias de acercamiento. Junto a organizaciones de El Salvador, Honduras, Guatemala y México visibilizaron ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dicha problemática migratoria.

Ser LGBT y viajar en la caravana migrante de América Central. Cortesía: Agencia presentes

Sin embargo, al no tener información hicieron un estudio exploratorio con El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) para conocer lo que pasaba con estas poblaciones migrantes. Posterior a ello, le dieron seguimiento a partir de la comunicación por medio de redes sociales, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

Notaron que, había problemáticas que las instituciones tampoco atendían. En respuesta, Una Mano Amiga en la Lucha contra el SIDA buscó mejores condiciones y estrategias de acercamiento.

López Samayoa indicó que han documentado con población que proviene de El Salvador, Honduras y Guatemala. Sin embargo, hubo un aumento de las diferentes nacionales, algunas de las causas son por la ola de violencia, orientación sexual, identidad y expresión de género, persecución de pandillas, no aceptar ser mulas dentro de las cárceles, nulas oportunidades de un trabajo digno, discriminación y xenofobia.

En el tema de VIH, por ejemplo, Cuba dice ser pionero en la salud, pero tiene a mucha población con VIH migrando porque no tienen medicamentos antirretrovirales, y si los tienen son de segunda o tercera generación. En México, han encontrado otro tipo de oportunidades tanto de trabajo como de salud, expuso el presidente la asociación.

Reafirmo que, la población LGBT+ en movilidad vive invisibilizada y desvalorizada, siguen documentando un dinamismo de género donde pareciera ser que solo migran hombres y mujeres, y la comunidad no ha sido cuantificada ni hay un registro sobre sus diferentes necesidades.

Asimismo, dijo que esta la segmentación social por nacionalidad dentro de las políticas públicas, se omiten muchas de sus necesidades, sobre todo porque parece ser que la migración se ve muy general cuando tiene sus propias particularidades.

Cuando se tratan a las personas por nacionalidades se tiene que tomar en cuenta su interculturalidad, parece ser que no se toma en cuenta. Otra situación es la dificultad en su ingreso a México, a los peligros que se encuentran, la población LGBT+ tiene que cruzar por el río Suchiate, cuando vienen en caravanas se invisibilizan y buscan otras condiciones, dijo el presidente.

Compartió que, en octubre de 2018, siguieron a la caravana que ingresó, les pareció impresionante las condiciones en las que llegaron, fue diferente a la parte de ser tratados como hombres y mujeres, y no diferenciar estas situaciones y necesidades de la población LGBT+.

López Samayoa reconoció que es de suma importancia hablar de lo que ocurre dentro de las Estaciones Migratorias, donde la población LGBT+ tiene que pasar por atrocidades como abusos sexuales, extorsión, robo y humillaciones constantes.

Aunado a ello, la constante violación a sus derechos humanos, la no separación y la falta de conciencia de lo que puede llegarle a suceder a las mujeres trans, gays y la niñez no acompañada con orientación e identidad LGBT+.

Por su parte, Óscar Salvador Torres, antropólogo social del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) Ciudad de México, comentó que descubrió en internet un grupo de jóvenes indocumentados, sobre todo gays y lesbianas en Estados Unidos, quienes se hacían llamar UndocuQueer.

Desde ese entonces, el antropólogo profundizo en el tema, en Tijuana tuvo contacto con la caravana y las personas LGBT+. En la actualidad, a conversa con migrantes venezolanos gays, quienes sufren discriminación porque son vistos como hipersexuados o dedicados al trabajo sexual.

La realidad que vive la población LGBT migrante, solicitante de asilo y refugiada. Cortesía: Observatorio Lgbt

Salvador Torres mencionó que, se suele dar por sentado que las personas migrantes tienen una identidad de género sexual construida, pero no todas asumen esa conciencia, ya que las identidades fluyen a través de las edades.

Al entrevistar a personas que migraron en su niñez, dijo que estas se dan cuenta que pesaba más su condición de migrantes indocumentados que la de género sexual, eso lleva a pensar que depende de la condición y que no todo lleva a la victimización o revictimización.

El tema de la sexualidad es incómodo, pero es aprovechado por la comunidad para sobrevivir del estigma del que son sujetos, si a eso le suman que son migrantes se complica, agregó el antropólogo.

Acerca de la niñez acompañada y no acompañada, señaló que es un tema recurrente de las caravanas, al no haber una sensibilidad a escala del gobierno para lidiar con ellos. Falta una reflexión colectiva de cómo son vistos respecto a su sexualidad, si pesa más su condición de niñez que la de LGBT+.

Enfatizó la existencia de movimientos a escala global para que las personas trans puedan ir decidiendo desde menores, en ese mismo contexto debería indagar sobre cómo se configura una identidad de género, pues los infantes no lo ven desde la practica sexual, sino de sentirse diferentes.

En este sentido, resaltó que valdría la pena preguntar ¿Habría que separar a los seres humanos desde la niñez entre heterosexuales y no heterosexuales o colectivos LGBT+?, sobre todo porque la identidad es una construcción continua que nunca termina, pero que en la adultez se decide.

No hay una sensibilización de cómo tratar a la niñez que se ya se está identificando como LGBT+, lo que si puede ser más sencillo es ver como las familias que albergan a esta niñez abordan la situación, porque lo que se ha reportado es que la misma familia es el núcleo expulsor de estas personas migrantes, luchar con la hipersexualización del colectivo LGBT+, y como todo esto, nos lleva a dividir categorías que son necesarias, pero viéndolo desde una manera integral, expuso el antropólogo.

Lax solicitantes de asilo fueron participantes de Caravana Arcoíris 17. Cortesía: The Trans Agenda for Liberation

Salvador Torres destacó la importancia de ver lo integra pertenecer a este colectivo, sobre todo con el tema de las drogas que se vincula con las culturas sexuales, en especial en las grandes ciudades: Ciudad de México, Guadalajara y Tijuana.

También, darle prioridad a la pandemia del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual, sobre todo en las “ciudades santuarios” que son heterosexistas. Es decir, recibir por el hecho de ser migrante, sin pensar en las necesidades identitarias, sexuales o de salud.

A su vez, Said Slim, coordinador de Proyectos Integración Social Verter A. C. indicó que los acercamientos son de primera mano, con servicios de alcance comunitario: temas de salud sexual y reproductiva como de derechos humanos. Otra manera, son los demás albergues y al pertenecer a una Red Migrante crean alianzas con otras organizaciones.

El coordinador dijo que, las personas que migran hacia Estados Unidos, en especial de México y otros países de Latinoamérica lo hacen por motivos económicos, por el tema LGBT+, y otras cuestiones.

Comentó que, las poblaciones llegan a la Frontera Norte con un desgaste tremendo por las horas, días o semanas de viaje. Hay gente que viene desde la migración interna: Chiapas, Puebla y Oaxaca, hasta la externa: África, Rusia, Centroamérica, Sudamérica y El Caribe.

CIDH presenta el informe temático:
«Violencia contra Personas LGBTI en América». Cortesía: OAS

Además, parece ser que es la última puerta que tienen que tocar al llegar, se acomodan, contactan a sus familiares, contemplar el pedir recursos de abogacía y protección. En la particularidad de ser población LGBT+, hay personas que necesitan tratamiento, al tener mayor prevalencia en el tema de las infecciones de transmisión sexual, se combinan con las epidemias locales como Hepatitis C, Covid y las drogas.

Sobre las personas que realizan trabajo sexual, señaló que en el caso de los hombres pertenecientes a la comunidad LGBT+, son captados por hombres o mujeres en Mexicali, en un intercambio de alimento, techo, dinero o consumo de drogas.

En el caso de las mujeres, este trabajo es más reconocido, suelen estar en hoteles, bares y cantinas. Además, en la Frontera Norte se da esa “punta de lanza” para iniciar una transición en su cuerpo, por el acceso a dinero, contactos o porque no viven el acoso y discriminación de sus lugares de origen.

«Migro para poder ayudar a mi mamá y a mi familia, porque mi casa se está cayendo a pedazos». Cortesía: Agencia Presentes

Slim reconoció que, no existe un protocolo de atención para la comunidad LGBT+ por parte del Instituto Nacional de Migración (INM) o de las Estaciones Migratorias, pero disponen uno de la Secretaría de Salud.

Ante este contexto, destacó que deben impulsarse nuevos protocolos de atención, así como usar y aplicar los que ya existen, además visibilizar a la población que están en tránsito migratorio en el diseño, estructuración, implementación y evaluación de políticas.

En el Frontera Norte, se ve mucho el tema de las drogas, donde las personas que migran y además son parte de la comunidad LGBT+, consumen estas sustancias licitas e ilícitas, se necesitan intervenciones para el abordaje de esta problemática, concluyó el coordinador.

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