Chiapas ejemplo de una distribución regresiva

Así se dividió el gasto del estado de Chiapas para atender la: educación, salud, seguridad, y todas sus necesidades. Cortesía: CIEP

*Durante 2022, se estima que el espacio fiscal promedio de las entidades federativas es de 8,633 pesos per cápita.

*Colima, Sonora y Aguascalientes cuentan con un mayor espacio fiscal. Mientras que Chiapas, Veracruz y Baja California Sur son aquellas que disponen de menos recursos.


Los estados reciben ingresos por parte de la Federación para la prestación de los servicios educativos. En ese sentido, Campeche, Chiapas, Guerrero, Michoacán, Oaxaca, Quintana Roo, San Luis Potosí y Tlaxcala cuentan con una dependencia económica mayor al 60 por ciento por parte de la federación, no obstante, los resultados indican que su eficiencia educativa se encuentra por debajo del promedio nacional de 26%, informó en un reporte el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A. C (CIEP).

Estos ingresos pueden estar etiquetados solo para la educación como las aportaciones: Fondo para el Pago Educativo (FONE), Fondo de Aportaciones Múltiples (FAM) y Fondo de Aportaciones para la Educación Tecnológica y de Adultos (FAETA). Además, señalaron que los estados pueden destinar parte de lo que reciben por participaciones y sus ingresos propios.

En la mitad de los estados, el gasto de aportaciones federales representó más del 60% del gasto educativo estatal. Recordaron que las entidades que tienen una mayor dependencia de estas aportaciones, presentan una mayor brecha para alcanzar la cobertura universal en todos los niveles educativos y una eficiencia del sistema educativo por debajo del promedio nacional.

Niñas las más rezagadas en educación comunitaria.

Así pues, el gasto estatal conformado por ingresos propios y las participaciones representó entre 3.7% y 59.8% del gasto educativo. Por ello, indicaron que las escuelas necesitan de recursos para asegurar la infraestructura, materiales didácticos actualizados y docentes efectivos, que faciliten los aprendizajes de los estudiantes, al igual que recursos para garantizar las intervenciones educativas de calidad en la primera infancia.

Sobre las aportaciones educativas, CIEP expuso que de 2013 a 2022, el gasto para la educación disminuyó 6.6%, en términos reales, al pasar de 480 mil 667 millones de pesos (mdp) a 448 mil 737 mdp. Aunado a ello, los estados son responsables de ejercer al menos el 50.8% del gasto educativo federal, equivalente a 1.6 % del Producto Interno Bruto (PIB).

Este gasto alcanzó su valor máximo en 2015, con 525 mil 519 mdp, mientras que en 2017, se tuvo la mayor participación con 52.2%. Posteriormente, las aportaciones presentaron una tendencia a la baja, se detalla en el reporte.

Dicho esto, señalo que la suma de recursos por gasto federalizado y los ingresos propios de los estados para educación, se reflejan en los recursos disponibles por cada estudiante. El gasto por alumno difiere por nivel educativo y estado, lo que dificulta el acceso universal a educación de calidad en el país, y reproduce las desigualdades regionales y sociales.

Los repositorios digitales en escuelas, ayudan a mejorar el proceso enseñanza – aprendizaje. Ante la educación híbrida y no contar con acceso a internet en comunidades apartadas, es una propuesta útil que está a nuestro alcance. Cortesía:
Jnoptik-intrabach

Chiapas

CIEP informó que el gasto educativo federalizado da recursos a la educación básica, media superior, superior y de adulto. Los estados de Baja California, Chiapas, Chihuahua, Guanajuato, Jalisco, Estado de México, Nuevo León, Puebla, Sonora, Tabasco y Yucatán reciben menos recursos para educación básica por aportaciones.

Mientras el gasto educativo básico per cápita no era homogéneo entre los estados en 2006. La Ciudad de México recibía el triple que el Estado de México. Es decir, había una amplia dispersión en los recursos que se daban a las entidades, pues la asignación no era por matricula sino por el número de maestros.

Dicho esto, el Estado de México, Puebla, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León y Chiapas fueron las entidades que menos gasto educativo básico per cápita tuvieron en 2006. En cambio, la Ciudad de México, Baja California Sur, Colima, Campeche, Nayarit y Zacatecas fueron los más beneficiados en este sentido.

Con una distribución regresiva, Chiapas, Guanajuato, Estado de México, Puebla y Yucatán tienen una alta proporción de estudiantes en bajo nivel de ingreso y reciben un menor gasto por alumno que otros estados.

Chiapas recibe el 4.20% del gasto educativo básico por FONE y FAM y el 6.73% del gasto del FAETA para adultos. Sin embargo, tiene el 12.79% y 6.41% del total de alumnos en los deciles I y II en educación básica de 3 a 14 años. Además de tener el 20.05% y 11.56% del total de alumnos en los deciles I y II en educación básica para adultos.

A su vez, Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Coahuila, Colima, Ciudad de México, Durango, Nayarit, Querétaro, Quintana Roo, Sinaloa y Tamaulipas tienen una baja proporción de alumnos en deciles de bajo nivel de ingreso y reciben un mayor gasto por alumno que otras entidades federativas.

Por último, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Puebla y Veracruz son ejemplos de distribución regresiva. Estas entidades tienen una alta proporción de alumnos en situación de pobreza y la distribución del gasto educativo básico entre los estados no considera esta situación. De esta manera, la distribución del gasto educativo básico no ayuda a disminuir la desigualdad de oportunidades en estos estados.

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