Urgente reconocer desigualdades económicas y sociales para mitigar efectos diferenciales del alto consumo de bebidas ultra procesadas

Niños y niñas, los más afectados por el consumo de refrescos.

*La población de menores ingresos, en especial personas indígenas y mujeres, son los más vulnerables a padecer enfermedades crónicas. 

*Entre los años 2010 y 2020, se reportó un aumento de 139% de muertes por diabetes en localidades con un alto porcentaje de población indígena.


El Poder del Consumidor junto al Centro de Capacitación en Ecología y Salud para Campesinos y Defensoría del Derecho a La Salud (CCESC-DDS), presentó datos relacionados con las diferentes desigualdades y su impacto en las enfermedades crónicas que enfrentan ciertos grupos de la población mexicana.

Algunos de los puntos expuestos fueron que, la región sur del país: en especial las zonas rurales con mayor población indígena, presentan una mayor prevalencia de síndrome metabólico con un 58 por ciento en comparación con la cifra nacional (56%).

Así mismo, los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero mostraron mayor vulnerabilidad ante la presencia de enfermedades crónicas. Y, cerca del 54% de la población mexicana tiene un nivel de escolaridad básico o menor y el 56 por ciento se ubica en niveles socioeconómicos bajos y muy bajos.

Otros de los datos fue que, el nivel socioeconómico y educativo bajo se asocia con el desconocimiento de padecer diabetes, así como con una mayor prevalencia de hipertensión y menor control de esta.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENSANUT) 2021, cerca del 54% de la población no cuenta con alguna derechohabiencia. Lo que implica, que no se atiendan de manera oportuna las enfermedades crónicas y un mayor gasto de bolsillo para las familias.

Durante mucho tiempo, la obesidad y el sobrepeso no fueron considerados enfermedad ni condición de riesgo. Cortesía: Blog Casa Lum.

El conteo de calorías consumidas, a partir de la introducción de productos ultra procesados, aumentó entre los años 1984 y 2016 en la región sur de México y en el nivel socioeconómico bajo.  De igual manera, la región sur y el índice de bienestar bajo se han asociado con un mayor consumo de bebidas endulzadas.

También, cerca del 55% de la población mexicana tiene algún tipo de inseguridad alimentaria, esta es mucho más severa entre quienes tienen menor nivel educativo e índice de bienestar.

A ello se suma, la prevalencia de diabetes y enfermedad renal, al ser mayor entre las mujeres, 53% y 20.8%, que entre hombres (47% y 8.5%). Sin embargo, identificaron que los hombres con diabetes mueren a una edad más temprana.

Al respecto, Jorge Vargas, investigador de Salud Alimentaria de El Poder de Consumidor, comentó que de manera común se hace referencia que las enfermedades crónicas, al igual que el acceso a productos ultra procesados, se presentan en mayor medida entre la población con mayores recursos, o un nivel socio económico alto, así como en las áreas urbanas.

Atención a enfermedades crónicas degenerativas. Cortesía: Salud

Sin embargo, en los estratos más bajos encontraron que un gran porcentaje de la población ha desarrollado esas enfermedades, también han aumentado el consumo de ultra procesados. Y, notarlo les permite demostrar que existe una mayor desventaja en esta población, ya que podrían empobrecerse aún más y, a su vez, aumentar las probabilidades de padecer complicaciones, haciéndolos más vulnerables.

Al mismo tiempo, subrayó que la desigualdad social también determina efectos diferenciales del alto consumo de bebidas ultra procesadas. La distorsión del presupuesto familiar para la adquisición de alimentos es mayor y su efecto conlleva el desplazamiento del consumo de alimentos saludables.

Ante la publicidad de productos producidos para la alimentación complementaria y ante la falta de información suficiente por parte del Sector Salud, induce a las madres a creer equivocadamente que estos productos son adecuados para la alimentación infantil, tal es el caso de los jugos procesados, dijo Vargas.

Ya que, las imágenes de frutas y las leyendas sobre vitaminas inducen a las madres a administrar esos productos a sus bebés. Los mensajes y las acciones del sector salud para promover la lactancia materna exclusiva y sus ventajas se concentran en la población de mayores ingresos.

No existen acciones sistémicas para desalentar el consumo de bebidas ultraprocesadas en menores de dos años para sectores populares y en particular, para poblaciones hablantes de lenguas originales, señaló Marco Arana, director de CCESC-DDS.

Así pues, indicó que reconocer las desigualdades económicas y sociales, permite orientar las intervenciones, vigilar la equidad y avanzar en la comprensión de la salud con un enfoque de mayor protección de las poblaciones vulneradas.

Diabetes, la segunda causa de muerte y la primera de invalidez entre los derechohabientes del Seguro Social. Cortesía: IMSS

Señaló que esas desigualdades, representan una brecha en salud, por lo que resulta necesario implementar acciones que contemplen las condiciones sociales que en la actualidad están comprometidas: el nivel educativo y socioeconómico, origen indígena y los altos números de muerte por enfermedades crónicas.

Los estados de Oaxaca, Chiapas y Guerrero son las circunscripciones en las que se encontró una relación más estrecha entre las condiciones de vulnerabilidad y la presencia de enfermedades crónicas.

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