Mujeres tsotsiles enfrentan procesos de violencia y discriminación en su trayectoria educativa

Mujeres del Centro de Educación Integral de Base A.C. Cortesía: CEIBA

*Las trayectorias educativas de las mujeres están cruzadas por diversas situaciones que complejizan su proceso de aprendizaje.


Susana Mercedes Jiménez Pérez, maestra en Estudios e Intervención Feministas, realizó el trabajo “Procesos de violencias y discriminación por género, raza, y etnia en trayectorias educativas de mujeres mayas tsotsiles”, esto como un proceso propio de desigualdades sociales, múltiples violencias, discriminaciones y racismos a la que se enfrentó en un centro educativo.

Así mismo, la investigación fue una búsqueda de respuestas ante tanta violencia que viven las mujeres tsotsiles, de las experiencias y sufrimientos de sus abuelas quienes caminaron en un laberinto de angustias, recibiendo desprecios.

Para ello, conoció y analizó las trayectorias educativas de mujeres mayas tsotsiles de algunos municipios de los Altos: San Juan Chamula, Zinacantán, Huixtán, San Cristóbal de Las Casas y Pantelhó.

Niñas las más rezagadas en educación comunitaria.

La mayoría de la educación que recibieron las féminas fue en español, a pesar de que ellas eran hablantes de la lengua tsotsil. Aunque existen políticas educativas bilingües en México, afirmó que no se están aplicando los derechos lingüísticos en los pueblos indígenas, pues no se lleva a cabo la enseñanza partiendo de su lengua, a pesar de que es un derecho fundamental que las mujeres reciban clases en su lengua.

Yo no sabía ni un poco de español, ni si quiera qué significa si y no, dijo Cecilia, una de las mujeres entrevistadas.

Así mismo, la mayoría mencionó tener dificultades al ingresar a la escuela por no saber español, siendo esta una limitante, ya que tienen que esforzarse el doble para comprender lo que se les está ensañando en el aula.

Jiménez Pérez también apreció que aquellas que tuvieron clases en su lengua materna y tuvieron compañeras y compañeros tsotsiles, afirmaron sentirse mejor en la escuela, en contraste, cuando no sabe lengua indígena cambian los papeles, ahí la mayoría es hablante.

Niñas las más rezagadas en educación comunitaria.

Otro factor complejo en los institutos educativos es la exigencia de que las niñas usen uniforme, en vez de fomentar el uso del traje tradicional de las comunidades tsotsiles. Pues, se está dejando a un lado la indumentaria, a pesar de que es un rasgo que les distingue como pueblos indígenas de México.

Y más aún el hecho de ser mujer, ya que desde la cultura, son quienes tienen la responsabilidad de preservar las tradiciones e indumentaria. Ese cambio de vestimenta es un proceso complejo, al considerar que los hombres tsotsiles desde hace mucho tiempo han cambiado su indumentaria, por lo tanto, no tiene el mismo significado para las mujeres que para los hombres portar el uniforme.

No podía ir yo con mi traje, en esa escuela exigían mucho lo que es el uniforme, pero por entrar en esa escuela también tenía yo que adaptarme, porque lo que decían ellos era como una regla y entonces mis papás me compraron el uniforme y todo. Pero no me sentía yo a gusto claro, o sea iba yo en la escuela me ponía mi uniforme ya de regreso a mi casa me volvía yo a cambiar de ropa, dijo Anastasia, otra de las entrevistadas.

Jiménez Pérez indicó que las instituciones educativas donde las mujeres ingresan, encuentran limitaciones o barreras que complejizan su proceso educativo: no saber español y recibir sus clases en dicha lengua o en inglés. 

En ese sentido, subrayó que las posibilidades educativas de las mujeres indígenas son limitadas, puesto que deben adaptarse a las condiciones de subordinación de un sistema escolar no indígena impuesto.

Es decir, esas barreras a las que se enfrentan, son más complejas en comparación que los hombres, ya que para las féminas tsotsiles es más difícil que reciban dinero de parte de su familia para continuar con sus estudios por el hecho de ser mujer.

Incluso, ellas saben menos español a comparación que los hombres, ya que no tienen la oportunidad de salir de la comunidad y con ello se cierra la posibilidad de interactuar con personas hablantes de dicha lengua.

En ese sentido vemos como ser mujer y enfrentarse a estas barreras es mucho más complejo que ser hombre. Entonces insertarse a estos sistemas educativos, también es dejar a un lado las prácticas culturales, los conocimientos y saberes de las mujeres indígenas, sostuvo la maestra.

Al mismo tiempo, indicó que es importante reflexionar sobre el papel que juega el cuerpo académico en la educación de las mujeres, ya que depende de cómo se relacionan con sus alumnas, sus prácticas educativas o modos de enseñar, que pueden favorecer o desfavorecer que continúen o no con sus estudios.

El testimonio de una de las maestras mencionó que como docentes, tienen que ser parte de la motivación e impulsar a las niñas. Sin embargo, es complejo el trabajo de cambiar ese “chip” que traen en las comunidades.

Niña de Los Altos de Chiapas iniciará este lunes la educación Preescolar. Foto: Elizabeth Ruiz

Otro factor que impacta en las trayectorias de las mayas tsotsiles es la cuestión económica, la mayoría habló de tener dificultades por no tener los recursos suficientes para continuar con sus estudios o querer estudiar la carrera que en realidad deseaban.

Esas dificultades económicas a las que se enfrentan se relacionan con la pobreza en la que viven los municipios tsotsiles de Chiapas, quienes presentan un alto índice de pobreza.

Por otro lado, la investigadora afirmó que las instituciones educativas siguen violentando a las mujeres indígenas, al perpetuarse comentarios misóginos y machistas, por parte de sus compañeros de clases y los mismos profesores de los institutos.

Por ejemplo, Eva, mujer maya tsotsil, la discriminación la llevó a ya no querer comunicarse en su lengua tsotsil, incluso sentir vergüenza de pertenecer a un pueblo indígena.

Al principio fue lo más difícil con mis compañeros ellos no me bajan de come rábano, de come zacate, de india, de pata rajada de un montón de cosas, quizá no podía discriminarme ya con el uniforme porque todos íbamos como con un mismo tipo de uniforme, pero con otros aspectos sí. Siempre traté de, de decir de dónde era, nunca oculté de dónde venía y creo que esa era un arma muy fuerte para ellos, compartió Cecilia, otra entrevistada.

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