Diócesis y feligresía denuncian incremento de la narcoviolencia en pueblos y comunidades de Chiapas

En Chicomuselo marchan por la paz. Foto: Cortesía

La Diócesis de San Cristóbal de Las Casas y los feligreses de ella, aglutinadas en la organización Pueblo Creyente, denunciaron este jueves el incremento de la narco violencia en los pueblos y comunidades del Chiapas, donde los asesinatos, las desapariciones, el desplazamiento forzado, extorsiones y otros flagelos, siguen siendo una constante que ha dejado “dolor y muerte en muchas familias chiapanecas”.

 

En una misiva firmada por el obispo Rodrigo Aguilar Martínez, su obispo auxiliar Luis Manuel López Alfaro, la secretaria canciller, Maria Reyes Arias Saraoz y Miguel Ángel Montoya Moreno, de la vicaría de Justicia y Paz, señalaron que en Chiapas existe “un grito de paz silenciado por las armas”, donde “las voces de nuestros pueblos están siendo silenciadas por la violencia, las armas yla intimidación”.

Peregrinación por La Paz en Chalchiuitán

Señalaron que “en el estado de Chiapas estamos viviendo en medio de grupos criminales que se disputan el territorio poniendo a la sociedad civil como barrera humana en dicha disputa, sin que se haga valer el derecho del pueblo a la seguridad, el libre tránsito, la paz y otros, de manera permanente”.

 

En el pronunciamiento público indicaron que de hace más de dos años la región fronteriza-sierra sufre los azotes de la violencia secuestros, levantones, crímenes, asesinatos, cobros de derecho de piso,  desapariciones, el saqueo y explotación minera que aún continúa bajo amenazas e intimidaciones a autoridades ejidales y comunidades con la presencia de personas armadas y un sinfín de violaciones alos derechos humanos y colectivos.

 

“Vemos, escuchamos, sentimos y acompañamos el dolor, el sufrimiento y el grito desesperado de paz de mujeres, hombres, niñas, niños, jóvenes y ancianos que están padeciendo esta situación sin que hasta el momento hayan sido respondidas sus demandas de seguridad, de justicia y paz. El crimen organizado mantiene a los pueblos sitiados, secuestrados, intimidados y amenazados, vulnerándolos cada día más.

Peregrinaciones por La Paz en Chiapas . Cortesía: Frayba.

«Nos preocupa enormemente la situación actual de estos pueblos: Frontera Comalapa, Chicomuselo, Siltepec, Motozintla, El Porvenir, Bellavista, La Grandeza, Altamirano, Maravilla Tenejapa y otros silenciados por las armas”.

 

Hicieron un llamado urgente ante el desalojo que provoca la violencia ejercida contra las comunidades de estos municipios, pues “existen cientos de familias que han tenido que salir de sus hogares por amenazas y porque en su lugar de origen ya no es posible vivir dignamente, hay una migración constante que se va acrecentando cada día”.

 

Denunciaron que hay en estos pueblos y comunidades “gente armada a bordo de camionetas y motocicletas ingresan a diversas comunidades sacando a al gente de sus casas; en otras comunidades se dirigen a los autoridades ejidales amenazándolos de muerte e intimidándolos para que se sumen a su organización criminal, también han hecho descargas de sus armas frente a la población para aterrorizarlos hagan lo que elos les piden”.

 

Y que, en todos los ejidos han exigido a las autoridades que les den una lista de la gente que allí viven y que dicen formarán parte de ellos y así puedan quedarse en su comunidad y los que no quieran unirse a ellos serán expulsados de la comunidad. Además amenazan con matar a las autoridades por no convencer a la población; algunas autoridades han huido por esta violencia y amenazas”.

 

En estas comunidades han platicado y expresado su deseo de estar libres, de no pertenecer a ningún grupo criminal, exigen vivir en paz yen armonía.

 

“Nos duele la incertidumbre, la inseguridad y el dolor con que muchas familias viven esta situación sin ser escuchadas, sin tener a quien o donde se atiendan sus demandas, pues en otras ocasiones al denunciar han quedado vulneradas, por estar algunas personas pertenecientes a las instituciones de seguridad y justicia del Estado coludidas con los grupos criminales, y por tanto después de denunciar han sido hostigadas y han tenido que dejar sus hogares y sus pertenencias que tanto les ha costado”, dice la carta el obispo y sus más cercanos colaboradores.

 

Expresan en la carta que los habitantes de la región expresan que no alcanzan a comprender cómo habiendo presencia del Ejército, Guardia Nacional y policía estatal en la región no hay seguridad ni disminución de los actos violentos.

 

“Tememos por la vida de tantas hermanas y hermanos, por las comunidades y pueblos de esta zona fronteriza y de otras partes del Estado de Chiapas. Hacemos un llamado urgente a las autoridades competentes a poner su mirada en estas comunidades y pueblos, y que logren la atención urgente a las demandas de paz de nuestros pueblos favoreciendo el Estado de Derecho”, dice la misiva.

 

Demandó el obispo y sus colaboradores el restablecimiento del orden social sin poner en riesgo a la sociedad civil, el desarme inmediato de los grupos criminales, la  recuperación del territorio para que las familias de la Región estén en su propia tierra, la trabajen con normalidad y vivan con seguridad, paz y tranquilidad

 

Exigieron la expedición de declaratoria oficial contra la explotación minera y demás bienes naturales y respeto y seguridad para los servidores defensores de derechos humanos que buscan la construcción de la paz con justicia y dignidad para todas y todos.

 

Por su parte, el Pueblo Creyente, conformados por la feligresía católica de esta Diócesis, indicaron que en medio de los gritos de paz silenciados por la violencia y las armas, peregrinan como iglesia pueblo de Dios en el marco de las celebraciones del año jubilar del obispo jTatic Samuel.

 

Advirtieron que ellos no son ni quieren ser “parte de ningún grupo criminal”, porque ellos son del pueblo de Dios con una misión concreta: “La no violencia nos invita a estar de lado de las víctimas generadas por cualquier sistema, gobierno, sociedad o comunidad como lo señaló jTatic Samuel en su carta pastoral en esta hora de gracia”.

 

“Desde nuestras comunidades y pueblo, junto a nuestras hermanas y hermanos, niñas, niños, jóvenes, abuelas y abuelos que sufrimos el miedo y el terror por las amenazas, hostigamiento, secuestros, levantones y asesinatos en diversos pueblos de Chiapas se escuchan nuestros gritos de paz silenciados por la violencia y las armas”, señalaron.

 

Denunciaron la lucha de grupos criminales por el control del territorio, la violencia armada que anula los derechos y la vida de nuestras comunidades y pueblos, el despojo de nuestros bienes materiales y naturales, así como también ven la omisión del Estado ante esta realidad tan dolorosa.

 

Denunciaron el estado de sitio en el que se encuentran desde hace más de dos años, el cobro de derecho de piso y de paso además de la presión y control social de grupos criminales que somete a las comunidades y pueblos a la condición de

secuestro, así como las amenazas, hostigamiento, intimidación, persecución a la sociedad civil.

 

Además hay la presencia de personas armadas en sus comunidades, el saqueo y explotación minera que permanece bajo amenazas e intimidaciones a  las autoridades ejidales y comunidades con la presencia de personas armadas, el hostigamiento, amenazas e intimidación por nuestra labor pastoral en la construcción de la paz.

 

“Exigimos la acción urgente de quien sea responsable de establecer estructuras justas de paz, el desarme inmediato de estos grupos criminales y restablecimiento del orden social sin poner en riesgo a la sociedad civil, la recuperación del territorio para que nuestros pueblos sean sujetos de su historia, la atención urgente a las demandas de paz de nuestros pueblos, reestablecer el libre tránsito y el respeto a nuestros derechos humanos y colectivos.

 

 

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