Integrante de gobierno comunitario de Chilón sufre acoso en San Martín Cruzton
Sebastián Gómez Feliciano es integrante del gobierno comunitario del municipio de Chilón, que funciona como una alternativa a los sistemas de gobierno partidistas. Por la postura política de las personas integrantes del gobierno comunitario, han sufrido acoso y amenazas de parte de integrantes de las comunidades que ven en ellos y ellas un riesgo a sus estructuras de poder.
En este contexto, el pasado 13 de noviembre familiares de Sebastián Gómez Feliciano fueron acusados injustamente de robo de un celular. La quejosa solicitó al agente auxiliar de la comunidad una revisión a la hija y la nuera del señor Sebastián, pero no se les encontró el teléfono. No quedando conformes, el agente y la quejosa encarcelaron a la niña y su cuñada. Por tres horas les privaron de la libertad a las dos muchachas.
Según relató la familia de Sebastián, posteriormente él exigió la resolución del mal entendido y solicitó la intervención del papá de su nuera. Fue entonces que el agente cambió de plan y detuvo a don Sebastián y dejó en libertad a su hija y su nuera. Poco después, con don Sebastián en la cárcel, el agente de nombre José López López, convocó a la población de San Martin Cruzton a una asamblea general, para instigar a la gente a sancionar que expulsaran de su propiedad a don Sebastián, acusándolo injustamente de robo, asalto, agresión, insulto, amenazas a la sociedad y señalándolos como una familia violenta.
En una carta que hicieron pública y donde piden la intervención de las autoridades, explican que en la comunidad, las personas que no votaran a favor de la expulsión de la familia de Sebastián fueron amenazadas por el agente, advirtiéndoles que iban a ser multados. Como resultado, le dieron a Sebastián y su familia un lapso de tres días para juntar sus cosas y abandonar tanto su casa como la parcela que compraron con el sudor del trabajo de su familia. «Mientras don Sebastián estuvo encarcelado, no le dieron oportunidad de defenderse y sus hijos no pudieron hablar en la asamblea».
Como parte de los agravios y acoso contra él y su familia, en la Iglesia de San Martin lo removieron del cargo que tenía, también a su hijo; cambiaron el candado de la iglesia, impidiendo la entrada a esta familia que es parte del coro. También le suspendieron los servicios de agua y luz que abastecen a su casa.
Sebastián y su familia interpusieron una denuncia ante la Fiscalía de Justicia; como resultado, el agente del Ministerio Público asignado al caso dirió un oficio dirigido al Agente de la localidad de Cruzton, donde pidió que se reconecte la energía eléctrica de la familia, y que se le respete la propiedad de don Sebastián Gómez Feliciano, ya que nadie es desalojado de su propiedad sin delito alguno.
Compañeros de Sebastián le ayudaron a reconectar la energía; sin embargo él y su familia aún corren riesgo de nuevas agresiones derivadas de su decisión de participar y promover gobiernos que respeten el sistema normativo indígena.
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