Más de 17 mil 500 niños, niñas y adolescentes siguen desaparecidos; crimen organizado una de las causas recientes: REDIM
Al menos 17 mil 593 niños, niñas y adolescentes siguen sin ser localizados de 87 mil 436 qUE han sido reportados como desaparecidos desde que se tiene registró en 1964, reveló el informe “Infancia Cuenta 2022: Niñez y desapariciones”, realizado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).
El reclutamiento a manos de la delincuencia organizada de niños, niñas y adolescentes, a través de redes sociales, sigue siendo un problema grave en aumento y una de las causas en los años recientes.
Al dar a conocer este lunes el documento, detalla de cómo las niñas, niños y adolescentes son víctimas de diversas formas de desapariciones en México, un delito en aumento —y vinculado a otros más— que es originado por múltiples causas que tienen como principales impulsores la violencia producida por las organizaciones criminales, la delincuencia organizada, así como la propia violencia que se genera en los hogares.
La investigación fue presentada hoy en el marco del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se conmemora cada 30 de agosto, se basa en la metodología de incidencia en datos que REDIM ha construido por 18 años.
De acuerdo con el documento que lleva por título “La Infancia Cuenta en México 2022 Niñez y Desapariciones: Cómo la desaparición afecta a niñas, niños y adolescentes en México” las estadísticas muestran un crecimiento de las desapariciones en general, donde niñas, niños y adolescentes, al igual que adultos jóvenes de 19 a 29 años, destacan entre las principales víctimas del delito de desapariciones: adolescentes en su mayoría.
Señala que en todo el territorio nacional desaparecen más mujeres que hombres -aunque en algunos estados la tendencia es inversa-. Y que cada día, 17 personas entre 0 y 17 años se reportaron desaparecidas (no localizadas o localizadas) en México durante 2021, en una cifra que se incrementa a medida que pasan las horas.
En total, señala el documento, desde que se tiene registro (1964) al día de hoy, 87,436 niñas, niños y adolescentes han sido reportadas desaparecidas (no localizadas o localizadas) durante 2021 y una de cada cinco de estas personas continuaban desaparecidas o no localizadas hasta el 9 de agosto de 2022, 17 mil 593 en total.
A pesar de las cifras, la investigación desvela que en las fosas clandestinas no suelen aparecer cuerpos de personas menores de 17 años de edad.
“El estudio evidencia también la profunda desatención que en la actualidad tiene la crisis de desapariciones no sólo por parte del Estado mexicano, sino también de la sociedad, quienes dejan el problema solamente a las familias de las víctimas. Hoy las desapariciones y en particular la de niñas, niños y adolescentes sufren invisibilización, incluso estigma, y un silencio que ha embargado la vida ciudadana en México”, señaló Tania Ramírez, directora de la REDIM.
Otros de los hallazgos resalta en el informe es que, en México, la mayoría de las personas desaparecidas de 0 a 17 años son mujeres (55%); las cifras son más elevadas entre mayores de 12 años (74.5%).
Asimismo, durante el año 2021, niñas, niños y adolescentes desaparecieron en todos los estados del país, pero en mayor número en Estado de México (22.2%), Tamaulipas (10.1%) y Jalisco (7%).
Esas tres entidades concentran 39.3% de los casos en las 32 entidades del país, cuatro de cada diez niños, niñas y adolescentes han desaparecido allí; mientras que ocho de cada diez niñas, niños y adolescentes reportados como desaparecidos son localizados con vida.
Delitos vinculados a las desapariciones
Los resultados de la investigación señalan que niñas, niños y adolescentes son afectados por el delito de desapariciones por una mezcla de factores que inciden en que éstas sucedan y que involucra a varios actores y tipos de modus operandi, mediante el secuestro, la trata y explotación sexual.
También a través del reclutamiento a manos de la delincuencia organizada, quien encuentra en la pobreza y en las precarias condiciones de vida, marcada por las desigualdades, la deserción escolar o falta de acceso a la escuela, el consumo de drogas y la falta de oportunidades para niñas, niños y adolescentes, las condiciones para reclutarles e integrarles a organizaciones criminales.
Para ello, en ocasiones se valen del uso de las redes sociales como una vía de convencimiento que forma parte parte de un proceso de reclutamiento permanente, revela la investigación.
En esta modalidad destaca un reclutamiento de todos los niveles, no sólo actividades delictivas sino también actividades lícitas donde se les paga menos por más tiempo permanente, pero que expone a las infancias a otras formas de explotación.
Igualmente, la investigación pudo identificar desapariciones que surgen producto de las violencias que se viven dentro del hogar —que hace se conviertan en un factor expulsor como estrategia de sobrevivencia, pero que puede arrojarles a ser víctimas de la delincuencia organizada— o aquellas que pueden producirse por la sustracción a manos de unos de los padres o madres, se expuso en el estudio
Ante la complejidad de los delitos que involucran las desapariciones, el Estado mexicano tiene la obligación de ampliar las investigaciones para conocer qué sucede mientras las víctimas estaban desaparecidas.
Sin embargo, la Infancia Cuenta 2022 muestra que los patrones carpetas o investigaciones por desaparición se cierran una vez que son localizados, por lo que se desconoce qué ocurre mientras están desaparecidos y, por tanto, poco se puede prevenir que esa cifra siga creciendo.
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