La insignia de la comunidad LGBTQ+: contra la discriminación y el uso de su imagen para vender más

Integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+ participan en la Marcha del Orgullo en Ciudad de México, México, el 24 de junio de 2023. (Mar García/Global Press Journal)

Esta historia se publicó originalmente en Global Press Journal.

Por: Mar García, Global Press Journal Mexico

Al grito de “¡Fuera marcas!”, “¡Quieren tu dinero, no quieren tus derechos!” y “¡El orgullo no se vende, el orgullo se defiende!”, decenas de manifestantes se reunieron en Paseo de la Reforma, una de las principales avenidas de la Ciudad de México, para clausurar simbólicamente vehículos promocionales. Era 24 de junio y miles de personas se habían congregado para la Marcha del Orgullo 2023.

El acto fue organizado por el llamado Bloque Disidente, un movimiento que reúne a organizaciones, colectivos, activistas y sociedad civil que luchan por los derechos de las personas que integran la comunidad LGBTQ+ (personas lesbianas, gays, bisexuales, trans, queer y más), en protesta contra la instrumentalización de la Marcha del Orgullo para mejorar la imagen de las empresas. Como resultado, algunas marcas han replanteado su participación en el evento y su rol para combatir la discriminación.

“Las marcas invisibilizan el propósito real de la marcha. Toda la atención se centra en las marcas, en qué es lo que van a hacer, a qué famosos y famosas van a llevar, qué espectáculo van a dar; qué van a regalar, qué carritos van a decorar. Y también los medios de comunicación se centran en las marcas”, considera Victoria Sámano, fundadora de LLECA, una organización que apoya a las personas de la comunidad LGBTQ+ que viven en situación de calle.

Sámano participó en la clausura de automotores, autobuses de doble piso y plataformas móviles que utilizan las marcas y agencias gubernamentales para regalar cosas y mostrar celebridades. Según un comunicado de prensa del Bloque Disidente, al que pertenece su organización, estos vehículos forman parte de una “estrategia insidiosa de pinkwashing y con fines lucrativos”.

El término pinkwashing se refiere a la estrategia que usan varias marcas para mostrar simpatía con la comunidad LGBTQ+ con el fin de mejorar su propia imagen, aunque sus acciones no estén realmente alineadas a este fin.

Por esta razón, integrantes del Bloque Disidente exigieron que la Marcha del Orgullo se conmemorara como una protesta por la discriminación contra la población que se identifica como parte de la comunicad LGBTQ+ y no como una fiesta. Como resultado, representantes de algunas marcas que decidieron participar pese a la clausura, realizaron su recorrido a pie, acompañando a los manifestantes y escuchando sus reclamos sociales.

“Lo sentí como un tema mucho más de lucha”, menciona Estef Palacios, sexóloga y embajadora de Prudence, una marca de preservativos. “Realmente el tema de la comunidad LGBT es algo que sigue siendo sumamente perseguido y castigado por la sociedad. De verdad necesitamos tomar acciones y esa fue una forma bonita de hacerlo”.

Diana Macías, directora de la empresa mexicana de vuelos aerostáticos Vívelo en Globo, participó por primera vez en la Marcha del Orgullo este año. Asegura que la invitaron a hacerlo por la política de no discriminación de su firma.

“Nos invitaron a participar porque desde que abrimos, mucha gente de la comunidad, al momento de reservar, nos preguntaba si nosotros no teníamos ningún problema con recibir a personas gay, homosexuales, chicas trans, etc. y pues no, nunca hemos hecho esa distinción. Muchas personas me han comentado que sí hay empresas que no les reservaban”, cuenta.

Aunque Vívelo en Globo lanzó descuentos especiales durante junio, Macías asegura que los esfuerzos de la empresa en materia de inclusión son permanentes. Por ello, empatiza con los manifestantes que señalan a quienes solo buscan la promoción. “Creo que más que apoyar a la comunidad es un beneficio propio para la misma marca y el resto del año no te pelo, ni te considero”, menciona.

Una protesta ‘sui generis’

Según datos de la Secretaría de Cultura de México, en junio de 1979 se registró la primera Marcha del Orgullo en la Ciudad de México. Su objetivo era exigir el fin de la discriminación hacia las personas que se identifican como homosexuales, bisexuales y trans, así como el reconocimiento de los derechos de las personas que pertenecen a la comunidad LGBTQ+. Estas exigencias se han ido perdiendo, considera Sámano, de LLECA. Señala que, de todas las marchas y protestas que se realizan cada año en la capital mexicana, la Marcha del Orgullo es la única que cuenta con la presencia de marcas.

En 2023, la asistencia al evento fue de aproximadamente 250,000 personas y se calcula que la derrama económica fue de 1,200 millones de pesos mexicanos (más de 67 millones de dólares estadounidenses).

“Lo que sucede en la CDMX [Ciudad de México] es muy curioso; sabemos que es la capital de la República [Mexicana]. Ocupa mucha visibilización nacional e internacional. Resulta un negocio millonario para las personas que están involucradas”, asegura Sámano.

A finales de marzo, más de 40 organizaciones involucradas con los derechos de la comunidad LGBTQ+ se unieron para mejorar la organización de la marcha. Uno de los puntos tratados en el encuentro fue el uso de automotores, cuya presencia se redujo de más de 160 en 2022, a 60 en esta edición.

Ante este panorama, la presencia de marcas en la Marcha del Orgullo divide opiniones. Activistas como Yahir Zavaleta, coordinador regional de Diversxs, un proyecto de Amnistía Internacional integrado por personas jóvenes de la comunidad LGBTQ+, no buscan excluirlas sino invitarlas a promover la inclusión todo el año.

“Creemos que [las marcas y empresas] caben ahí siempre y cuando sea congruente esa participación, esa visibilidad y ese compromiso con [la comunidad LGBTQ+]”, dice.

Marcas: del festejo a la acción

Si bien “muchos empresarios o agencias privadas dieron un paso atrás al saber que no habría automotores”, dice Zavaleta, otras marcas demostraron su compromiso con el colectivo LGBTQ+.

“Nos adaptamos a la nueva normatividad y nos ayudó a aprender algo nuevo, que es que hay que estar más metidos en la lucha”, asegura Palacios, embajadora de Prudence.

Roberto Báez, experto en relaciones públicas y comunicación, dice que la participación de marcas que durante el año promuevan políticas de inclusión, podría ser benéfica para visibilizar y luchar contra la discriminación a la comunidad LGBTQ+.

“Las empresas muchas veces tienen un músculo de mercadotecnia muy fuerte y creo que eso, usado en apoyo de una causa social, que en este caso son los derechos de la comunidad [LGBTQ+], puede ser benéfico para dar mayor visibilidad”, comenta Báez. “Si los colectivos y organizaciones tienen un poder fuerte de visibilidad, pienso que esto se puede potenciar a través de una buena relación con las marcas”.

Al respecto, Martha Calderón, directora de relaciones públicas de la Escuela de Diseño de Modas Alessandra Farelli, ubicada en Ciudad de México y Estado de México, dice que el acercamiento que la institución ha tenido desde hace años con la comunidad LGBTQ+ le permitió conocer la historia de Kenya Cuevas, una activista y defensora de los derechos de las personas trans. Ahora, la escuela busca colaborar con ella para brindar cursos de diseño de moda para mujeres trans.

Calderón espera que la escuela también esté presente en la Marcha del Orgullo en 2024. “Me gustaría volver a participar con un diseño de máquina de coser para comunicarles a las personas que la moda es para todos y no tiene distinciones”, finaliza.

 

Global Press Journal es una premiada publicación de noticias internacional sin fines de lucro con más de 40 agencias de noticias independientes que da empleo a reporteras locales en África, Asia y América Latina.

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