Pequeño diagnóstico económico de Chiapas

Todos tenemos claro que México es un solo país de norte a sur y de este a oeste y por eso nos asumimos como mexicanos. A pesar de nuestros problemas de discriminación –generalmente ocultados- social y económicamente; la ley dicta que ante ella todos somos iguales. Incluso todos –o casi todos al menos socialmente- también nos asumimos como “mestizos”.

La realidad es que los mexicanos no somos iguales, por ejemplo; políticamente y por estar gobernados por un “jefe de gobierno” los derechos políticos de millones de mexicanos capitalinos son de segunda ya que en lugar de gobernador tienen “jefe de gobierno” en vez de diputados tienen “asambleístas”. El pretexto o la justificación es que en el Distrito Federal por los equilibrios políticos no pueden coexistir dos poderes.

De la misma forma, el sur y el norte de nuestro país no son iguales. Esto hace que el desarrollo económico entre las dos regiones sea asimétrico y lo peor: que la brecha económica que los separa sea cada vez mayor. Las fábricas, las maquiladoras, los mejores servicios están en el norte y las actividades primarias en su forma menos modernizada siguen siendo un referente en el sur. En el norte los ingresos son más altos, ahí se concentra la riqueza y por lo tanto la demanda de bienes y servicios.

Claro está que en el sur de México se encuentra Chiapas, alejada del centro,poca conectada en transporte con el centro y con problemas también del mal estado de sus carreteras y caminos que se han convertido en un serio obstáculo para sentar las bases de nuevos servicios, empresas en el estado y que también tienen un efecto sobre el precio de los bienes y servicios: es caro –desde siempre- traer mercancías hasta Chiapas y por consiguiente venderlas.

A pesar de los grandes anuncios de programas federales y estatales que atienden cada sexenio nuestras urgencias, los resultados son casi nulos; los más pobres del país estamos en el sur, también los más analfabetos y tenemos los peores indicadores socioeconómicos, de poco vale lamentarse por esta situación. Lo mejor es encontrar lo más pronto posible una fórmula de política económica que impida que la brecha regional se siga ampliando.

Pero primero; se debe romper la inercia gubernamental que ha sido el signo de la política social hasta ahora: confundir el éxito de nuestros programas sociales por el nivel de inversión que se aplica, ya que este muchas veces se destina al pago de sueldos y al gasto corriente de las dependencias.

Preferible hubiera sido modernizar nuestras carreteras, pero por falta de atención en seis años, a este gobierno le tocará también rehabilitarlas.

A la par de continuar con los programas sociales que atajan –o lo intentan- los efectos más graves de la pobreza, se deben incrementar los recursos destinados a la inversión productiva; para generar empleo y por lo tanto se logren mejores condiciones para nuestro alicaído mercado interno.

Se debe de realizar un esfuerzo de integración regional con los estados del sur- sureste porque aunque existen varios instrumentos como el foro de los gobernadores y el proyecto Mesoamérica (heredero del Plan Puebla-Panamá) al momento pocos o nulos han sido sus efectos sobre el nivel de vida de los chiapanecos y de nuestra región.

Las noticias

 

El gobierno federal bajó a la mitad las expectativas de crecimiento económico nacional para este año. Para Chiapas esto es una mala noticia puesto que sumido en una crisis estructural de años, en solo un sexenio se le suman mayor deuda pública, infraestructura deteriorada y escándalos de corrupción. Seis años perdidos prácticamente; por eso urge al gobierno actual comenzar a construir las estructuras de un nuevo proyecto económico y social que logre la recuperación económica y siente las bases del desarrollo para los próximos años.

A todos nuestros problemas debemos incluirle uno más: a casi un año de iniciado el nuevo gobierno; no se ve un claro un proyecto económico definido. Ya no son seis años perdidos, son casi siete.Mientras tanto la brecha del desarrollo con el norte del país se sigue haciendo más grande y la igualdad solo es el papel, como hasta ahora.

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