Chiapas, una herida abierta

Hace varias lunas publiqué un artículo en el blog Con distintos acentos[1] de la Universidad de Salamanca que denominé “Una herida abierta” y con Baltazar Mayo Mendoza publicamos un artículo en la revista Economía Informa de la Facultad de Economía de la UNAM, “Chiapas, endeudamiento en la encrucijada”.[2] Me refería al endeudamiento colosal del gobierno de Juan Sabines Guerrero y a los nulos resultados en materia de crecimiento económico, distribución del ingreso, combate a la pobreza y los demás indicadores sociales (IDH).

El gobierno echó las campanas a vuelo por mejoras cosméticas en los Índices de Rezago Social y el de Marginación. Sin embargo, una lectura más atenta nos dice que el ingreso y la educación no se movieron, permanecimos en el último lugar en IDH y en pobreza, no así en Índice de Marginación y Rezago Social, no porque hayamos mejorado, sino porque los otros empeoraron relativamente más.

Si pones piso firme o incorporar población al seguro popular, te eleva el indicador de marginación y de rezago social, pero no se cambian las bases productivas ni se mejoran los ingresos y los niveles educativos de la población y eso fue lo que sucedió, por eso: “Chiapas es una flor al viento”,  decía el poeta Enoch Cancino Casahonda, pero más bien se parece mucho a Disneylandia en el discurso y, en la realidad, continúa siendo una herida abierta. El discurso gubernamental con Sabines hablaba de la Agenda de Naciones Unidas, se informaba que los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) habían sido elevados a rango constitucional, se decía que había un enfoque de desarrollo humano, entre muchas otras cosas, todo lo cual le valió a Juan Sabines Guerrero una serie de reconocimientos en el extranjero como nunca antes en la historia del estado. Pero al rascarle un poco se da uno cuenta de que era un gobierno mediático, como la tierra de Disney: todo muy bonito en el discurso, pero construido de cartón. Los cimientos son muy frágiles mientras que las paredes y el techo son de vidrio y/o cartón. Hoy, a 10 meses del nuevo gobierno se continúa con la misma política: basta ver las ocho columnas de los periódicos, son homogéneas y la información igual, funcionarios que vienen de otras partes de México en búsqueda de la renta pública, etcétera.

En Chiapas, desde 1900 –hace ya más de un siglo– se tienen tasas de crecimiento económico mediocres, inferiores a la media del país, excepto en el periodo 1970-1985, fue una de las mejores épocas de Chiapas, justo en el periodo del abuelo del actual gobernador, el Dr. Manuel Velasco Suárez. Si durante más de un siglo tenemos este panorama desolador, nos indica que hay que trabajar en reformas estructurales, pues la casa hace aguas por todas partes y está muy desordenada. Además, para nuestros males se cuenta con una clase política mediocre y frívola en su gran mayoría; hay algunos que se salvan pero se cuentan con los dedos de la mano y posiblemente sobren dedos.

¿Cómo evaluar el desempeño económico y social de Chiapas en el periodo reciente? ¿Qué criterios e indicadores se deben manejar para lograr una evaluación más o menos objetiva?

Se pueden utilizar tres indicadores, quizá aceptados sin mayores problemas: 1) los ritmos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) estatal y, muy especialmente, del PIB por habitante; 2) la evolución de la distribución del ingreso y 3) el grado de autonomía o independencia económica que logra el estado en función de sus finanzas. O bien, si miramos el problema por su lado opuesto, se trata de examinar la evolución del grado de dependencia, económica y política de Chiapas.

1) El PIB estatal en Chiapas creció al 1.63 por ciento en el periodo de 2003 a 2011, pero si tomamos en cuenta que su población fue del 2.04 por ciento anual, tenemos que el PIB por habitante del 2003 al 2011 ha descendido a una tasa anual del -0.4 por ciento, es decir, los resultados en materia de crecimiento económico estatal divididos entre el número de habitantes son desastrosos, aun cuando el periodo de análisis es muy breve (cálculos elaborados con base en datos del Banco de Información Económica de INEGI base 2008, el II Conteo de Población y el XIII Censo de Población y Vivienda).

2) Un PIB por habitante tan bajo en Chiapas, junto con una distribución muy regresiva del ingreso, sólo puede dar lugar a altos niveles de pobreza. La distribución desigual del ingreso favorece las aspiraciones rentistas de todos los sectores de la sociedad y éstos, a su vez, refuerzan la tendencia al estancamiento, pues el régimen de acumulación está directamente ligado a su capacidad para excluir a la mayor parte de la población (al 74.7% que es pobre en 2012, la más alta del país:  3 millones, 782 mil 300 chiapanecos; mientras que en 2008 era de 3 millones 678 mil 177 personas) de los beneficios que podría tener el crecimiento económico, que por lo visto tampoco se da, por lo cual bien se le puede calificar como un régimen de exclusión y de estar en el peor de los mundos posibles.

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI y Censos de Población

Fuente: Elaboración propia con base en INEGI y Censos de Población

En materia de distribución del ingreso, no hubo avances en el coeficiente de Gini, que sirve para medir la desigualdad. En 2005 era de 0.543 y en 2012 de 0.535, la más alta del país. Por tanto, casi no se movió y  la situación más grave se presenta en la pobreza alimentaria, que en 2008 fue del 26.2 por ciento (1’253,045 chiapanecos) y en 2012 de 24.7 por ciento (1’252,371 chiapanecos), lo cual evidencia que  el fracaso del combate a la pobreza (datos de CONEVAL), pues a pesar de los recursos millonarios y el endeudamiento casi no se movió; en el caso de la pobreza moderada, ésta aumentó en ese mismo periodo. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el trabajo Índice de Desarrollo Humano en México: cambios metodológicos e información para las entidades federativas, sitúa a Chiapas en el último lugar del país y el CONEVAL en pobreza nos coloca en el primer lugar de pobres en el país.

3) En relación con el grado de autonomía que tiene el Estado por medio de las finanzas públicas, se puede observar que depende de las transferencias federales (participaciones, aportaciones y otros ingresos), pues en 2012 el 94.6 por ciento de los ingresos provinieron de estos rubros.

En síntesis, en los tres indicadores a través de los cuales se mide el funcionamiento de Chiapas en los últimos tiempos los resultados son negativos, en función de lo siguiente: 1) los ritmos de crecimiento del PIB estatal son muy débiles y, en el caso del PIB por habitante, decrece; 2) la evolución de la distribución del ingreso no mostró mejoría, no obstante que el Estado fue destinatario de un mayor gasto público mediante las aportaciones y participaciones federales, así como de programas especiales, se ha dado un altísimo endeudamiento público y, en el ámbito privado, a las remesas, ni así se logró mejorar la distribución del ingreso, ni reducir los niveles de pobreza; 3) acerca del grado de autonomía o independencia económica del Estado en función de sus finanzas públicas, no hubo avances, ya que sigue dependiendo de las transferencias públicas del gobierno federal (ramos 28 y 33) y privadas (remesas), sus ingresos propios son mínimos y no generan condiciones para pagos futuros de la deuda; se tiene que recurrir al gobierno federal o se implora un rescate que no llega. Es decir, no se invierte en obras de infraestructura física e inteligente, ni se combate a la pobreza con eficacia como se anuncia oficialmente.

La deuda sigue aumentando en el gobierno actual y hasta ahora no se conoce el monto total, de corto y largo plazo. La deuda en el gobierno actual puede atribuirse a varios aspectos: contratación de deuda por parte de Manuel Velasco Coello, deuda inercial, que se viene arrastrando del periodo anterior, deuda de corto plazo que se convirtió en largo plazo, intereses no pagados y capitalizados, etcétera. Pero mientras son peras o son manzanas, la deuda de largo plazo en los primeros 6 meses del gobierno de Manuel Velasco Coello se ha incrementado en 1,904.1 millones de pesos (en el primer semestre de 2013 es la cuarta entidad que más se endeudó del país, solo detrás de Chihuahua, Sonora y Nuevo León; si lo vemos por ingresos es la más pobre del país que se endeudó más, primer lugar).

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la SHCP

Fuente: Elaboración propia con base en datos de la SHCP

Mayores recursos producto del gasto público creciente y de la política de endeudamiento, así como las remesas han fortalecido una cultura rentista de estirar la mano para vivir de transferencias públicas y privadas, expropiar bienes de otras personas, cobrar peaje en los caminos con lazos o en los centros turísticos, “zopilotes” de otras entidades que viene por la renta pública y se van como el “Jibarito”, etcétera. Chiapas se está desagrarizando sin crear alternativas económicas diferentes. La gente sigue siendo rural pero sus ingresos no provienen del campo sino de transferencias o dadivas. Los chiapanecos están votando con los pies y están emigrando a otras regiones del país (Rivera Maya, Baja California y otras entidades) y a los Estados Unidos.

Como puede verse Chiapas sigue siendo una herida abierta que no se ve por dónde vaya a cicatrizar, pues el gobierno actual anda dando palos de ciego y no se aprecia por ningún lado una política diferente que siente las bases para el crecimiento económico con una mejor distribución del ingreso, que nos saque del sótano del país.

Referencias:

CONEVAL. Medición de la pobreza

<http://www.coneval.gob.mx/Medicion/Paginas/Medici%C3%B3n/Pobreza%202012/Pobreza-2012.aspx> [Consultada el 20 de septiembre de 2013].

INEGI. Banco de información económica. PIB por entidad federativa. [Consulta el 20 de septiembre de 2012], en: <www.inegi.org.mx>

López, Jorge (2013). Chiapas: ¿Herida abierta? Blog WWW.ConDistitnosAcentos.com Instituto de Iberoamérica de la Universidad de Salamanca [Consultada el 20 de septiembre de 2013]

López, Jorge y Baltazar Mayo (2012). “Deuda de Chiapas en la encrucijada”, Economía Informa, núm. 375, México D.F.: Facultad de Economía de la UNAM.

PNUD (2012). El Índice de Desarrollo Humano en México: cambios metodológicos e información para las entidades federativas. México: Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo.


Un comentario en “Chiapas, una herida abierta”

  1. Victor Manuel
    23 septiembre, 2013 at 11:36 #

    Excelente aportacion Dr., y la mentablemente una desvastadora realidad en nuestro estado, todavia quedan remanentes de la administración anterior que no permiten el avance de la actual, ojala pronto se enfoque el gobierno a resolver los verdaderos problemas que aquejan a nuestra entidad, y se sacuda esos fantasmas del ayer que tanto daño han hecho a Chiapas..reciba un coordial saludo..

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