Por la igualdad de género en las tecnologías de la información

Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad.

Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad.

Por: Carmen R. Ponce Meléndez*

Empoderamiento económico de las mujeres, igualdad de género y tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) fueron los temas centrales de la XII Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, celebrada del 15 al 18 de octubre en Santo Domingo, República Dominicana, organizada por la Cepal (Comisión Económica para América Latina y el Caribe).

El desafío y la propuesta es lograr la autonomía de las mujeres en su triple dimensión: económica, política y física. En palabras de Alicia Bárcenas, directora de la Cepal: “Se han iniciado procesos de visibilización, recuperación de la información y diálogos políticos en favor de la autonomía económica de las mujeres… el trabajo con derechos es la llave maestra para la igualdad.

“Todos los estudios indican que una sociedad segmentada donde las mujeres ocupan los puestos más precarios y peor remunerados no sólo es injusta sino también ineficiente. En nuestra región una mujer con 13 o más años de estudio gana un 37 por ciento menos que un hombre en la misma condición”.

Durante la Conferencia, la Cepal presentó el documento “Mujeres en la economía digital: superar el umbral de la desigualdad”, en el que se afirma que aún existe una brecha digital de uso acentuada entre las no ocupadas y las mujeres que viven en el ámbito rural.

Los efectos del uso de las TIC sobre el proceso de avance de la igualdad de género han sido irregulares; no obstante que se han logrado progresos, se mantienen antiguas desigualdades.

En este documento se enfatiza sobre la relación existente entre la sociedad de la información, la autonomía económica de las mujeres y la igualdad de género, y se reconoce que las TIC están en permanente cambio y actualización.

Mujeres con el mismo nivel de capacitación y formación académica no tienen las mismas oportunidades de trabajo, ni las mismas trayectorias profesionales y salarios que los hombres.

La calidad del empleo de las mujeres en sectores económicos vinculados a las TIC está caracterizada por una marcada segregación ocupacional de género y por la subvaloración del trabajo femenino, pese a que gradualmente se ha cerrado la brecha en educación.

Las políticas de desarrollo en general y las políticas de desarrollo productivo, en particular, no pueden ser neutrales. Así como deben tomar en cuenta las desigualdades existentes entre países y entre economías, debieran también considerar y apuntar a superar las desigualdades de género que se observan en la integración a la sociedad, el mercado laboral y la familia.

Con este espíritu los países participantes en la XII Conferencia –México entre ellos– suscribieron una serie de recomendaciones:

–Promover que el Consenso de Santo Domingo se incorpore en los acuerdos convenidos del 58 período de sesiones de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, en el proceso de seguimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, en el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo (El Cairo+20).

–Así como en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, en la elaboración de la agenda para el desarrollo después de 2015, en los objetivos de desarrollo sostenible y en la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información y, en general, en los resultados de las grandes cumbres y conferencias en curso; promover la incorporación del tema de la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer en la agenda para el desarrollo después de 2015.

El énfasis está en la igualdad de género. Al respecto se formularon recomendaciones en siete áreas estratégicas:

Empoderamiento de las mujeres y TIC; empoderamiento económico de las mujeres; salud sexual y reproductiva; eliminación de la violencia contra las mujeres; empoderamiento de las mujeres para la participación política y la toma de decisiones, así como mecanismos para su empoderamiento.

Por su importancia para la condición de las mujeres en México, se destacan las recomendaciones siguientes:

–Lograr la consolidación de sistemas públicos de protección y seguridad social con acceso y cobertura universal, integral y eficiente, mediante financiamiento solidario, unitario y participativo.

Basados en el principio de solidaridad y articulados con un amplio espectro de políticas públicas que garanticen el bienestar, la calidad de vida y un retiro digno, fortaleciendo el pleno ejercicio de la ciudadanía de las mujeres, incluidas las que han dedicado sus vidas tanto al trabajo reproductivo como productivo, remunerado como no remunerado, las trabajadoras domésticas, las mujeres rurales, las trabajadoras informales y por contrato.

De manera especial, las mujeres a las que afecta directa o indirectamente la enfermedad, la discapacidad, el desempleo, el subempleo o la viudez, en todas las etapas de su ciclo vital.

–Adoptar políticas públicas orientadas a la resolución de los problemas que afectan a nuestros pueblos, en particular a las mujeres, utilizando las tecnologías de la información y las comunicaciones como un medio.

–Desarrollar e implementar políticas activas referidas al mercado laboral y al empleo productivo que aseguren trabajo decente para todas las mujeres, combatiendo las condiciones de precariedad e informalidad que afectan principalmente a la fuerza laboral femenina, y asegurando igual salario por trabajo de igual valor, una tasa de participación igualitaria.

–La presencia sin discriminación en puestos de poder y decisión y la superación de la segregación ocupacional, con particular atención a las mujeres rurales, las afrodescendientes, las indígenas, las mujeres con discapacidad y las jóvenes.

–Priorizar también el diseño e implementación de políticas y programas públicos dirigidos a la reducción de la pobreza de las mujeres, sobre la base del desarrollo sostenible y el crecimiento económico.

Se trata de que las mujeres tengan la oportunidad de participar y permanecer en el mercado laboral, de acceder al sistema financiero y a la propiedad de activos gracias a políticas que aseguren su presencia en todos los niveles de la toma de decisiones empresariales y políticas.

Twitter: @ramonaponce
*Economista especializada en temas de género.

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