90 días. Gustavo, libre

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Por Jesús Robles Maloof

Vi hambre de justicia

Gustavo Maldonado

La libertad es la idea que ha construido la política moderna. Cómo todo concepto, es necesario conocer los detalles de lo que ser libre implica, sobre todo cuando nos referimos a las vidas de las personas. Las actividades de  investigar, expresar y difundir en Internet, como en otros medios, están dentro del concepto de libertad, tal y como se encuentra establecido en nuestra Constitución, y en los tratados internacionales.

Por mi parte, trato siempre que se habla de libertad, pensar qué significa en un caso concreto. Tras la intervención de un juez federal, que ante la nula evidencia de venta de drogas ordenó a las autoridades chiapanecas reclasificar los cargos, Gustavo, recobró su libertad tras 90 días de injusta prisión el pasado jueves 7 de octubre. “Obtuve el documento a las 16:15 hora y a las 17:00 horas ya daba un paso fuera del penal”, me contó Gustavo con memoria precisa. Salía de El Amate justo a los 90 días.

Una semana atrás, había iniciado una campaña por su libertad #FreeGumalo, impulsada por Propuesta Cívica, y ese mismo día, temprano, Daniel Gershenson y compañeros del ContigenteMx, se movilizaban en el DF para exigir su libertad.

Acusado por narcomenudeo, y detenido el 8 de agosto, su proceso estuvo plagado de irregularidades. La única evidencia era una denuncia anónima y el testimonio de los policías ministeriales. No se presentó la evidencia física de la supuesta sustancia ilícita. Se utilizó el detector molecular GT – 200, cuyos creadores británicos están en prisión por promover este dispositivo, que en realidad no realiza detección alguna. A pesar de haberse reservado en su derecho a declarar, el fiscal realizó “preguntas especiales”, que tomó después como confesiones. (La SCJN las ha declarado inconstitucionales).

La realidad es que Gustavo, es un crítico de los gobiernos en Chiapas, y en meses recientes había convocado a movilizaciones por el tema del agua en Tuxtla Gutiérrez, entre otras causas que apoyaba. La tarde de su detención, difundió un video y retuiteó información sobre la compra del “Blackeyed Hosting Monitor”, un equipo de espionaje para localizar a activistas digitales en Chiapas. En la noche del 8 de agosto de este año, lo detuvieron mientras compraba la cena.

¿Te dijeron algo sobre tu activismo en internet en todo este tiempo? Pregunté a Gustavo. “No, fueron muy cuidadosos en eso. Meses antes una persona me había comentado que la policía cibernética de Chiapas estaba  pendiente de mi página, y que tuviera cuidado, porque en cualquier momento venían por mí. En el gobierno les preocupó que en una de las movilizaciones, una persona haya sacado una máscara de Anonymus. Yo no me preocupé, dado que siempre convocaba a movimientos pacíficos”, comentó.

El Amate es tristemente célebre por ser prisión política. Desde Alberto Patishtán (quien por cierto dirigió una carta a Gustavo), al Colectivo de los Solidarios del Amate, incluso el mismo Pablo Salazar, quien la construyera como gobernador, pasó a habitarla como exgobernador. ¿Cómo fue tu paso por ahí? le pregunté. “Gracias a Dios que puso gente en mi camino que me respaldaba. Cuando había gente que me quería molestar, algunos me defendían, varios de quienes seguían mi trabajo en Internet. Me regalaban pulseras con leyendas de Legión Chiapas”.

“Hay gente que está encerrada por un sistema que no es el correcto. Muchos de los que conocí fueron  golpeados hasta que confesaran delitos que no cometieron. Invertí mucho de mi tiempo en conocer sus historias, que son de desesperación e impotencia, porque su abogado les robó o el de oficio no se mueve”.

Gustavo enfrentará ahora un juicio oral, únicamente por la supuesta portación. No ha pensado en regresar a las redes sociales, en tanto no quede libre de ese falso cargo.  “Gracias a la gente que me apoyó. Sabemos quiénes hacemos esto, los riesgos que asumimos, pero los ideales son a prueba de persecución. Son luchas difíciles, pero no imposibles”.

Gustavo, como muchas otras personas que recaban, analizan y difunden sus opiniones en Internet de manera libre, hacen en muchos casos, funciones similares a las de un periodista o un defensor de derechos humanos. Generan como él, comunidades digitales, locales y nacionales, de información y discusión, que tienen una gran influencia comunitaria. Cuando sufren agresiones suelen no llamar la atención de los medios convencionales o de las organizaciones de defensa de la libertad de expresión, que no comprenden la importancia de su trabajo. Afortunadamente, Propuesta Cívica y periodistas como Isaín Mandujano, Ángeles Mariscal y Chiapas Paralelo han sabido leer los nuevos tiempos.

Pero el futuro de la libertad de expresión, pertenece a estos nodos ciudadanos descentralizados que discuten política en Internet, procesos que fungen, y fungirán, como curadores de la información y creadores de plataformas del enriquecimiento democrático.

Claro que hay que celebrar la libertad, pero en tanto Gustavo no esté libre de cargo alguno, tenemos trabajo. El fin de semana acudió, como solía hacerlo en libertad, a los servicios dominicales con sus abuelos. Me dice que Dios fue un factor clave en estos meses de sufrimiento para su familia y para él, por supuesto, menciona que la movilización de muchas personas, dentro y fuera del Amate, fue la clave para su libertad.

Como lo propuse en el primer párrafo, el fin de semana pensaba que significa la libertad en el caso de Gustavo. Minutos después recibí un mensaje de Gilberto Martínez (quien fuera uno de los “tuiteros terroristas”) encontré la respuesta a mi pregunta “Su libertad, es mi libertad”.

Un comentario en “90 días. Gustavo, libre”

  1. Empresarios acreedores del Gobierno de Chiapas agrupados
    13 noviembre, 2013 at 8:47 #

    Que bien hace la aparición de Chiapas Paralelo en este tiempo en que esperamos a respirar vientos de normalidad, cuando ha desaparecido la presión que ejerció en el estado un hombre irracional, irresponsable y mesiánico como lo fue Juan Sabines Guerrero. Bienvenido este medio que acogemos y hacemos nuestros, todos los empresarios que hemos tocado puertas con la legítima exigencia de que se nos pague lo que consumieron. Estamos aquí desde constructores, algunos medios de comunicación y comunicadores -pocos verdaderamente- proveedores para eventos públicos, papelerías, servicios de limpieza hasta quienes confeccionaron la ropa de Isabel Aguilera Aburto y de sus pasarelas de moda, que ya nunca pagaron. Nadie aclara nada. Nos hemos informado, en este grupo también habemos abogados que hemos examinado las leyes de la administración pública. Sabemos hoy que si no tenían el dinero autorizado ellos no debían ordenar servicios, insumos, ropa. No debían, faltaron a la ley. Entonces eso significa que ellos deben pagarnos. Pero, quien va ahacer valer la ley en Chiapas. Solo pedimos que nos paguen. Si no es el gobierno de Manuel Velasco se entiende porque el no se lo gastó ni faltó a la ley. Pero lo menos que puede hacer la autoridad, es intervenir y obligarlos a que enfrenten su responsabilidad si no ante el pueblo de chiapas, por lo menos ante quienes confiamos en dar un servicio a crédito y que ahora no quieren pagar. Gran desverguenza, ojalá que puedan abordar este tema, si no nos pagan, por lo menos que se vaya escribiendo con puntualidad y veracidad la historia real de quienes fueron los SAbines Aguilera, que cinicamente se pasean y promueven sus negocios, que sin descaro viajan a las enormes propiedades de sus familiares, que siguen teniendo influencia dentro de gobierno para que sus negocios sigan teniendo beneficios. Mientras que no cumplen el mínimo deber civico de pagar sus cuentas por lo que consumieron.

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