La validación de los cacicazgos en Chiapas

Otro sistema político, que no se base en los partidos políticos, no sólo es posible, sino necesario. Foto: Isaín Mandujano/ Chiapas PARALELO.

Otro sistema político, que no se base en los partidos políticos, no sólo es posible, sino necesario. Foto: Isaín Mandujano/ Chiapas PARALELO.

El Congreso del Estado de Chiapas aprobó hace unos días la reforma política del país, la cual permitirá, entre otros puntos, la reelección de alcaldes y legisladores. El asunto era tan sólo un trámite en el estado.  La reforma política es algo pactado a nivel nacional entre los partidos políticos.

El sistema político del país basado en los partidos políticos es cada vez más cuestionable por la ciudadanía. La participación de las y los electores en cada proceso electoral va en decadencia y los resultados son cada menos creíbles. La ciudadanía cree menos en los partidos políticos.

La reforma política es un intento desesperado de los partidos políticos en México por recuperar el control del país. Por un lado aprueban las candidaturas ciudadanas, pero por otro sólo permiten la reelección de legisladores siempre y cuando sea por el partido que lo postuló. Es decir, si un partido decide no avalar la candidatura del diputado o alcalde, éste ya no podrá reelegirse. Así que el asunto de reelegirse primero pasa por el aval del partido político y luego por la ciudadanía. Con un panorama así es predecible los intereses de quién estarán protegiendo en los cargos que estén. Nada nuevo bajo el sol.

La sola reelección es altamente cuestionable en un país que no alcanza la madurez democrática y cuando se piensa que se ha avanzado un paso, en la práctica se ve un retraso de varios. La forma en cómo se va a dar el proceso de reelección es tan sólo la cereza en el pastel.

La respuesta ciudadana hacía el tema de la reelección tanto en legisladores como alcaldes ha sido de rechazo tanto a nivel nacional como en Chiapas.

Hablar de reelección en un estado en donde existen municipios que han sido gobernados por años por una sola familia, ahí está el caso de San Fernando con la familia Castillejos o el de Tila que lleva tres periodos que entre una pareja se han pasado la alcaldía. La situación no sería tan cuestionable si en estos casos hubiera un trabajo a favor de la ciudadanía, por el contrario, lo que han significado son cacicazgos y la reforma política-electoral lo que viene a hacer es a validarlos.

En diferentes municipios de la entidad hay problemas con los alcaldes. Los quieren destituir en el primer año. Las y los habitantes de los municipios parecen estar cada vez más de acuerdo con los consejos municipales o sistemas de gobiernos distintos a los basados en los partidos políticos.

Podría ser que en un revés la reelección de alcaldes y legisladores, lejos de ser la forma para que los partidos políticos retomen el poder, sea la gota que derrame el vaso y la ciudadanía se convenza de que otro sistema político, que no se base en la hegemonía de los partidos,  no sólo es posible, sino necesario.

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