1990. Noches oscuras de un amanecer zapatista

Delirios de la Memoria

 

Por Mercedes Olivera/Delirios de la Memoria (*)

El hambre y la pobreza extrema son el lugar en el que se acumulan todas las crisis. En Chiapas, el hambre de alimentos y de justicia para el pueblo, marginado y violentado ha estado presente en todos los modelos de desarrollo. Es decir, es histórica. Pero el año de 1990 fue paradigmático en ese sentido porque se unieron la crisis estructural con la del café, con la quiebra de INMECAFE, la privatización del ingenio Pujiltic y de la Corporación Forestal, la devaluación del peso, los recortes a los subsidios oficiales a la producción campesina, el apoyo a los cultivos de exportación (sorgo, cacahuate, soya, cártamo), y con otras políticas y violencias neoliberales que golpearon duramente a los campesinos e indígenas, anticipando la intención oficial de desaparecer del panorama nacional la propiedad social que fue una de las más importantes conquistas de la Revolución Mexicana.

En efecto, la nefasta pareja de políticos neoliberales que formaron el presidente Salinas de Gortari y el gobernador Patrocinio González Garrido (1989-1993), no escatimó medios jurídicos, corrupciones ni violencias para romper el tejido social de las comunidades, golpear a las organizaciones campesinas de oposición y desaparecer tanto al ejido, como al mismo campesinado indígena y no indígena, que entonces constituía más del 85% de la población chiapaneca. La crisis golpeó especialmente a la población que sobrevivía del cultivo de café -en crisis desde el año anterior- y de la producción de maíz y frijol básicamente para el consumo local. Ambos funcionarios, con el afán de “modernizar” y supuestamente para hacer “competitiva” la agricultura, favorecieron la privatización de la tierra, impulsaron las inversiones empresariales en la ganadería y en la agricultura, así como el libre mercado de granos, perjudicando enormemente la producción local que decayó aún más por la devaluación del peso y las limitaciones al crédito, volviendo imposible para los campesinos la adquisición de abonos e insecticidas que el mismo gobierno les impuso en las décadas anteriores.

Las carencias y necesidades en situación de extrema pobreza, junto con la precariedad del trabajo en la entidad abonaron, por un lado el caudal migratorio hacia los centros turísticos y a Estados Unidos, y por otro dieron justificación a las demandas y exigencias campesinas de tierra, créditos, precios justos para sus productos y solución a los conflictos agrarios que el mismo gobierno incentivó a través de la oficialista CNC que actuó como fuerza paramilitar a favor de los ganaderos y latifundistas, ante las tomas de tierra de los campesinos. Las organizaciones campesinas independientes como la COAO, CIOAC, OCEZ, CEMPA, ARIC Unión de Uniones, CEMPI y otras, encabezaron las tomas de tierra, las marchas y protestas que se extendieron por todo el estado exigiendo la regularización agraria, créditos y precios justos a sus productos. Las acciones divisionistas del gobierno y la cooptación de líderes no fueron suficientes para acallar las luchas campesinas, por lo que la represión militar, la desaparición, la tortura y el asesinato de muchos líderes fueron arma de los gobiernos en los Altos, la Selva, Venustiano Carranza, Pujiltic, San Felipe y en todos los lugares en donde los campesinos alzaron sus voces.

Las mujeres estuvieron siempre presentes en la defensa campesina, recordamos especialmente la huelga de hambre de las compañeras de San Felipe Ecatepec en la Ciudad de México para exigir a Salinas que respondiera por la represión, persecución y encarcelamiento de los líderes de la CEMPI (Coordinación Nacional de Pueblos Indígenas), su organización. La respuesta gubernamental fue siempre la misma: represión encubierta de diálogo y promesas de justicia. Las mujeres que en la ciudad y el campo exigimos desde entonces seguridad para nuestra vida y castigo a los violadores tampoco fuimos escuchadas. Otro sector muy reprimido y víctima del odio misógino de Patrocinio González fue el de los homosexuales, cientos de ellos fueron perseguidos y muchos desaparecidos o asesinados. La situación se tornó candente ese año, los campesinos, los indígenas, las mujeres y todo el pueblo marginal de Chiapas, con el acompañamiento del Frayba y de Don Samuel, continuó luchando por el derecho a vivir con dignidad, sin tener por qué pedir perdón, como dijo pocos años después el subcomandante Marcos.

 

(*) Delirios de la Memoria. Agenda 2014 se presentan 25 textos, imágenes que esbozan sucesos ocurridos en Chiapas y sus alrededores desde 1989. Acompañados con las voces de poetas en el transcurrir de los días, líneas de tiempo, acontecimientos delirantes de esta realidad, desde la creación del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas, el 19 de marzo de 1989, hasta nuestros días.

Sin comentarios aún.

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.