El negocio del fútbol

Imagen tomada de elclarin.cl

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El negocio del fútbol mueve anualmente unos 500 mil millones de dólares. Su propietario, la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), obtiene más de 200 millones de dólares anuales solo en utilidades, con un patrimonio de más de mil millones de dólares. A esto debemos sumarle las enormes ganancias que obtienen las diversas multinacionales asociadas al negocio futbolero y sus figuras, son cifras astronómicas que superan el PIB de muchos de los países más desarrollados. Esto gracias a un mercado compuesto por más de 300 millones de personas que practican este deporte en sus diversos grados de profesionalismo, a los que se suman los cientos de millones que lo siguen en los estadios, por televisión o internet.

Como dice Eduardo Galeano: El juego se ha convertido en espectáculo, con pocos protagonistas y muchos espectadores, fútbol para mirar, y el espectáculo se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos del mundo, que no se organiza para jugar sino para impedir que se juegue.

Hoy los clubes son sociedades anónimas, propiedad privada de multinacionales, fondos de inversión o de algún multimillonario que poco le importa la pasión deportiva. Cada uno de estos clubes opera como una empresa, asociada a una gran empresa multinacional como lo es la FIFA. Lo futbolistas ya no son personas, son imágenes y mercancías y su talento vale en la medida en que permite generar ganancias. Existe un mercado de compra-venta de jugadores, estos se cotizan, se especula sobre ellos, se establecen valores a futuro, se ofrece propiedad sobre todo o parte de sus derechos económicos, tal como si fuese cualquier producto transable en alguna Bolsa de Comercio. Los países de la periferia de África o América Latina se convierten en semillero para futuras inversiones. Managers y agentes caza talentos se pasean por nuestros países ofreciéndoles a los niños la ilusión de llegar a algún equipo de los grandes. Con pasaportes falsos se compran niños africanos para llevarlos a Europa, se calcula que cerca de 20 mil niños africanos que llegaron con la promesa futbolera a Europa hoy viven en extremas condiciones en las calles.

El fútbol es un negocio pero también es un arma para quienes dominan, sobran los ejemplos de la utilización del fútbol con fines políticos, baste citar en mundial de Argentina en el 78’ y el uso que hizo del él la Dictadura Militar. El fútbol es utilizado para exacerbar las ficticias y preconstruidos conflictos entre países vecinos para generar sentido de unidad nacional y asi esconder las desigualdades internas, como mecanismo de distracción social y adormecimiento y como mecanismo de división. Respecto a esto último es significativo que mientras los hinchas se matan en las afueras de los estadios, los dueños de esos clubes ven los partidos juntos y comparten negocios sin ninguna rivalidad.

Que el fútbol se haya transformado en esto no significa que sea malo de por sí. El futbol es parte de una lucha, como ocurre también en otros ámbitos, en él aún hay resistencias, gestos heroicos y anhelos populares, tenemos el fútbol de barrio, futbolistas que luchan junto a su pueblo, hinchadas antifascistas o con vocación social y pequeños clubes que aún resisten a la mercantilización. No se trata de criticar al fútbol en sí, sino a todo lo que lo rodea y lo ha convertido en lo que es hoy. El fútbol es un sentimiento antes que todo, pero también debiese ser, y es la lucha que debemos dar, un derecho para el pueblo y no el monopolio de unos pocos.

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