Seca capitalismo contrainsurgencia rebeldía y resistencias en Territorios Indígenas de Chiapas

Pueblos organizados. Foto: Gaspar Morquecho

Pueblos organizados. Foto: Gaspar Morquecho

 

Paisajes…

Terminó agosto y no llovió. Aquí la milpa no se creció, allá se quedó en jilote, más allá la dobló el viento y por otro lado se secó. Va a hacer falta el maíz y el frijol. Los menos dicen que les fue bien. Son las versiones de algunos campesinos indígenas. Otra calamidad ha sido la baja productividad de los cafetos causada por la endémica plaga de la roya que no ha sido controlada. El hongo sigue destruyendo las hojas del cafeto y los cafeticultores indígenas de Los Altos se tuvieron que conformar con 1 mil 500 pesos de ayuda.

En el destino turístico, Ciudad de San Cristóbal de Las Casas, el Desarrollo Capitalista ha hecho y hace de las suyas. Si en 1973 la mancha urbana ocupaba 13.21 % del valle con una población de 442,485 personas (1970); en 2002 ocupaba el 98.81% con 112,400 habitantes (2000); en 2014 su población anda arriba de los 190,000 habitantes y el valle ha sido prácticamente ocupado en su totalidad. La esfera de la economía local colapsó y si en aquellos años de los 70 los ricos coletos podían impedir el arribo de capitales foráneos, hoy frente al gran Capital, se repliegan en la renta o venta de sus propiedades. Entre 2002 y 2004, al poniente de la ciudad se estableció la tiendota de Chedraui. A la fecha, al sur y al poniente están las tiendotas Sam’s Club, Bodega Aurrera, Soriana y un montón de Oxxo. Los comercios de los ricos empezaron a sufrir los efectos. Se convirtieron en las tienditas de la esquina. En estos días están liquidando el “Super Jovel del Mercado” y los trabajadores afirman que el espacio ha sido vendido al Aurrera. Al parecer las cosas son mejores en la economía del turismo. Comercios, hoteles y restoranes fueron los directamente beneficiados. Los grandes negocios trasnacionales encargadas de mover grandes volúmenes de mercancías se vieron llenos en las quincenas o cuando los indios reciben los dineros de los programas de la Cruzada Contra el Hambre.

En la Tierra del Ámbar, Simojovel, Huitiupán, Totolapa, El Bosque, el capitalismo y dólares chinos están causando estragos. Se llevan la resina fosilizada a granel, rentan tierra para su explotación y la derrama de dinero va a parar al comercio local y regional en sus diversos giros. Los peores están relacionados con la prostitución, el alcoholismo y la drogadicción. El capitalismo, en este caso chino, reordena todo a su paso. A la desestructuración familiar y comunitaria le han seguido otros tejidos sociales y otra cultura.

Salir de San Cristóbal de Las Casas rumbo a la Selva Lacandona suele ser interesante por sus paisajes, uno de ellos, el social. Más aún si lo hemos hecho desde hace unas cuatro décadas. El desarrollo capitalista es tangible. La vieja Carretera Internacional que partió en dos el Barrio de San Diego, que cruzó e invadió con relleno los humedales de Corral de Piedra, ahora es un boulevard de 4 carriles que prefiguró el trazo de la supercarretera de la ciudad de Las Casas a Palenque. Los humedales prácticamente desaparecieron bajo los fraccionamientos.

La primera comunidad indígena que cruzará la supercarretera es El Aguaje. Los cuatro carriles llegan hasta el entronque hacia Ocosingo, pasando los grandes pasos a desnivel que dan vialidad a los vehículos militares de la 31 zona militar en Rancho Nuevo. Como una señal de que la supercarretera es un hecho, después de unos 200 metros del entronque se ha cortado de tajo una loma, removido el material y nivelado el terreno para construir una gasolinera. También se construye un camino hacia lo que resta de loma. Se adivina será un parador y mirador turístico. Cuentan que el propietario es el ex presidente municipal de San Cristóbal y delegado actual de la Secretaría de Gobierno de Chiapas para la Zona Altos.

El trazo de la supercarretera cambió después de la oposición y fuertes conflictos que se derivaron en los ejidos Los Llanos y Mitzitón. Ahora se orienta hacia las comunidades indígenas de Santiago, El Carmen Arcotete y La Candelaria. En El Carmen Arcotete tiene años que funciona un centro ecoturístico. Un río que cruza una formación rocosa. Ahí hay contenedores de basura “donados” por la Coca Cola. En La Candelaria se ha organizado la resistencia, la defensa del territorio, y el próximo 17 de septiembre los ejidatarios realizarán una ceremonia en la laguna de Suyul – lugar sagrado -, en oposición a obra. Los indios sembrarán árboles en donde aseguran pasará la vía. El nuevo trazo fue como un “regalo del cielo” a los inversionistas coletos que tienen proyectado el crecimiento de la ciudad en esa zona. En el entorno del aeropuerto en ruinas y cuya pista sirve ahora para arrancones.

Cuentan que en San Juan Chamula la vía pasará por la comunidad de Las Ollas. Paraje bajo el control de los indios tzotziles que participan en las Empresas Radicales y, por supuesto, están de acuerdo con la obra que de ahí se enfilará hacia el municipio tzeltal de Tenejapa pasando por las comunidades de Mercedes, Santa Rosa, Matzam, Winiktón, Yoshib y Tzajalchén.

El recorrido por la vieja carretera a Ocosingo, nos recuerda los tumbos de los destartalados camiones de pasajeros Lacandonia que después de 5 ó 6 horas de terracería llegaban a ese lugar. Fue pavimentada en 1980. Ahora el recorrido se hace en dos horas, después de librar 127 “desaceleradores de velocidad” mejor conocidos como topes. Es notable como han crecido los pueblos. Como quiera el entorno sigue siendo boscoso. Ya no se ven techos de zacate, ni de tejamanil, ahora son de lámina o de concreto. Los muros ya no son de lodo. El block es dominante. El fluido tránsito vehicular (de carga, pasaje, de seguridad y particulares), es indicador de una economía regional importante donde la parte más activa está en los salarios de los profesores, del efectivo de los comerciantes pueblerinos y los apoyos económicos de la Cruzada contra el Hambre. ¡Ah! Tenemos que recordar que una de las rutas del Chapo parte de la Ciudad de Las Casas.

A unos kilómetros del entronque está el paraje donde el 1 de enero del 94 fueron masacrados un grupo de milicianos zapatistas por el Ejército federal. Después de pasar Chilil, Los Llanos y La Era, cruzamos la montaña para bajar al poblado de Huixtán. Ahí, el 2 de enero del 94 un grupo de periodistas fuimos retenidos por milicianos zapatistas. Nos apuntaban con sus armas, nos requisaron vehículo, cámaras y nos cobraron 700 pesos de impuesto de guerra. Fuimos liberados una vez que la comandancia les dio la orden. Después nos enteramos que el mando les había dado una fuerte reprimenda y más tarde el Sub Marcos reintegró los 700 pesotes. Esa es la tierra de la comandanta Ester.

El actual presidente municipal de Huixtán – de acuerdo a versiones de los ejidatarios – es, “un mañoso que está a favor de la autopista, que recibió dinero y ha denunciado a sus hermanos que luchan en defensa del territorio”. En el trayecto vemos en varias comunidades la fabricación de block de concreto destinados al programa de vivienda de la Cruzada. Cemex y los contratistas están de plácemes. Es temporada de manzana, pera, durazno, ciruela y calabaza que ofrecen las indias a la orilla de la carretera. El 19 de julio pasado, cientos de huixtecos se manifestaron en contra los proyectos de la supe carretera, de la Presa Hidroeléctrica en la Comunidad del Río Florido y de una planta de Coca Cola en la Comunidad del Río Molinos Xchel.

A unos 15 minutos del poblado está el paraje Yalba’, ejido López Mateos. Ahí viví casi todo 1972. Fue mi primer Escuelita. Se aprende de los usos y costumbres. Trabajamos en batir lodo para el hacer tejas, ladrillos y adobes; en cortar y acarrear zacate pa’ techar una galera; el trabajo obligado para reparar el cerco del panteón de Huixtán y compartir las dobladas a la hora de comer; a no dejar tirada una semilla de frijol; de su religiosidad… y de la vieja práctica de la compraventa de mujeres. En 1972 me vendían a una niña de unos 12 años en 400 pesos. En 2001, Marcos – en entrevista a Monsivais – tocó el tema: “Algunos usos y costumbres no sirven en las comunidades indígenas: la compraventa de mujeres, el alcoholismo, la segregación de mujeres y jóvenes en la toma de decisiones colectivas,…” Usos y costumbres que prevalecen en los Altos de Chiapas en 2014, con la agravante de que ahora los padres alquilan o venden a sus hijas a los soldados, o las entregan en cantinas y centros de prostitución.

Pasando Chempil nos enfilamos hacia Oxchuc, territorio tzeltal. Otra cabecera que tomaron los rebeldes en 1994. Ahí los priístas detuvieron, golpearon y amarraron a un grupo de rebeldes el 2 de enero y los mantenían tirados en el piso del kiosko. La cabecera municipal ha crecido hasta los límites. El alcoholismo – una de las causa de la violencia familiar, asesinatos y suicidios- , y la subordinación prevalecen. En ese lugar los pobladores recibieron al gobernador de Chiapas y fue llevado a la plaza cargado por indios del lugar. En contraparte, el pasado 19 de julio, cientos de oxchuqueros en resistencia peregrinaron contra la venta de trago, la prostitución, las drogas y contra la supercarretera cuyo nuevo trazo pasa por la comunidad de Lelenchij. El gobierno ha respondido entregando láminas, contenedores de agua y despensas. La cabecera del lugar impresiona por el dinamismo del comercio local, la infinidad de pequeñas camionetas que sirven de transporte e invaden las laterales de la carretera que parte en dos al poblado. Actividades económicas que sin duda resentirán la construcción de la nueva vía.

Adelante está Bumilha’. En esa comunidad, en 1971, un grupo de 40 estudiantas/es de Arquitectura – UNAM realizamos el trabajo de campo para el diseño de vivienda indígena. Esa banda de estudiantas/es sería parte de los constructores del Autogobierno. Sigue Corralito. Ahí nace el río Jataté y el torrente en la cascada que forma en su caída es notoriamente débil por la ausencia de lluvias. El poblado que sigue es Mesbilhá y para entrar a Ocosingo cruzamos Abasolo. En ese lugar hay prósperos comercios. Uno de ellos de materiales de construcción. Ahí llegan camiones con capacidad de carga de un buen de toneladas de cemento. Más Adelante está Cuxulha’, lugar donde – en tiempo de Pablo Salazar -, la ORCAO inició las agresiones a las comunidades rebeldes.

Por ese rumbo, el pasado 20 de agosto unas 100 campesinas y campesinos indígenas formalizaron el Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio. En su evaluación informaron que en la pasada peregrinación del 19 de julio habían participado 17 mil creyentes. Para el mes de septiembre en varios municipios y poblados colocarán mantas con la consigna: “NO A LA SUPERCARRETERA SAN CRISTÓBAL –PALENQUE”. Vamos la resistencia del Pueblo Creyente y la organización contra de los megaproyectos se consolida. Una lucha anticapitalista que hicieron explicita y pública en 2012 durante la jornada de oración y peregrinación en la Ciudad de Las Casas. Un tema retomado por el Congreso Diocesano de la Madre Tierra de enero de 2014.

Bordeando entre el Cerro Penyanché y el Buenos Aires llegamos a la ventana desde donde podemos ver el primer valle de Ocosingo. Rumbo a Palenque, a la derecha está el desvío al viejo pueblo Sibaca. Ahí están las ruinas del templo dominico. Antes de la guerra era una terracería angosta y con poco mantenimiento. Ahora el tramo al poblado está pavimentado. El 12 de agosto de 2014, los ejidatarios de Sibaca acordaron hacer público un pronunciamiento: “(…) No permitimos la construcción del ramal de la autopista que conecta a Ocosingo, ya que destruye nuestros recursos naturales tales como cerros, bosques, manantiales; que los abuelos, bisabuelos han venido conservando desde hace cientos de años. (…) Acuerdo tomado.” Denuncian además las amenazas a sus autoridades ejidales. El pasado 14 de agosto, bajo una enorme techumbre, 26 comunidades de Ocosingo se reunieron en asamblea para informase y discutir sobre el ramal de la supercarretera a Palenque que pasará por Sibaca cuyos manantiales abastecen de agua a la Ciudad de Ocosingo. A lo largo del recorrido es evidente que uno de los proyectos de contención y contrainsurgencia es el de vivienda.

Ocosingo también se creció. La pavimentación de la carretera y las exploraciones petroleras de la década de 1980 fueron de las causas primeras. Ya hay semáforos de esos de UNO Y UNO. Bancos. Universidad. Muy cerca están las ruinas arqueológicas de Toniná. Pretenden que el ramal de la supercarretera llegue a ese sitio arqueológico. Han proliferado los restoranes, prostíbulos y cantinas. En algunas comunidades los padres rentan o venden a sus hijas a militares. El 1 de enero de 94, en el edificio municipal y la plaza cayeron varios policías de Seguridad Pública. Días después cayeron varios zapatistas en el mercado del lugar. Uno de ellos fue Francisco Gómez. El Señor Ik. Comandante zapatista que a los de Chiltak les avisó con tiempo que habían acordado la guerra. A muchos otros los ejecutó el Ejército federal.

El pasado 19 de julio, en la jornada de peregrinaron participaron 2,500 personas. Como resultado inmediato de la peregrinación se cerraron 9 cantinas. En la feria se vendió menos trago. Otra de sus preocupaciones del Pueblo Creyente son los asesinatos en la región. Algunas jóvenes han sido asesinadas en las inmediaciones de esa ciudad.

De otros movimientos. Trascendió que liberaban a Montoya, asesor de los comuneros en la Lacandona. Que el amparo fue efectivo y que la SEGOB le hizo manita de cochi al gobierno de Chiapas y se desistió. Que se instalarán mesas de negociación para sumarlos a los proyectos ecoturísticos y con los de las Aric para definir proyectos de desarrollo. Que no se reubicará a ningún poblado de la Reserva de Montes Azules. Nada que liberaron a Montoya. Cuentan que la SEGOB le ha dado atole con el dedo a Jaime Martínez y que el Comisionado amenaza con renunciar. Por lo pronto, el gobierno federal y el estatal desactivaron la protesta de los Comuneros de la Lacandona y de los ariqueros.

Después de una escala de rigor, abordamos la troca de Serpaz. Voy acompañado de caballería pesada: una hermana de la misión de Ocosingo, Mario de Serapaz y de un compa que en la década de 1970 anduvo con Jaime Soto, aquel militante de la Unión del Pueblo. Por allá rumbo a Toniná ondea la Bandera Nacional es la del cuartel militar. Cabecera del cerco militar a Cañadas. Llegamos al entronque para enfilarnos hacia la Cañada de Patihuitz. Allí en 1994 quedó hecha pedazos una patrulla. Hacía 8 años que no entraba. Hay un tramo pavimentado. Pasamos Suschilá donde en 1994 se tendía la línea de alta tensión. Ahora el servicio de luz hasta el fondo de la cañada. Más adelante está el desvío al pozo petrolero de Nazaret, parte del Macroproyecto Petrolero. Pasamos San Miguel de donde partió una de las columnas para tomar Ocosingo en 1994. Después fue la sede de la Cruz Roja Internacional y lugar donde se firmó el formato para los Diálogos de San Andrés en 1995. Pasamos Pataté, comunidad al píe de la Sierra de Corralchén donde se dieron los enfrentamientos del Ejército federal y una columna del EZLN en mayo de 1993.

Proliferan nuevos ramales y la terracería está en buenas condiciones. En las comunidades destaca la construcción de viviendas, uno de los proyecto de la Cruzada Contra el Hambre, los anuncios de los programas del gobierno federal, estatal y municipal alterando con las mamparas de madera que recuerdan el asesinato de Galeano: “El compañero Galeano no está muerto. Está vivo. Su lucha y su ejemplo sigue vivo. Queremos Justicia”. Ese paisaje social deja al descubierto la división en las comunidades. En el camino encontramos Minisuper, motoconformadoras, aplanadoras y trascabos. Fábricas de coloridos lavaderos.

Llegamos a La Garrucha. En el arroyuelo – donde un retén militar impedía el paso una vez que en 1995 ocupó las cañadas -, se construye un puente. Se creció La Garrucha, el caserío está mero al borde de la carretera. Una vivienda de la Cruzada nos recibe. Más adelante una bonita y grande casa de madera se ubica mero en la calle por donde se entra al Caracol. En las viviendas, poco a poco el block va desplazando a la madera. En el Ejido Patihutiz funciona la Telesecundaria 1234 del Gobierno de Chiapas. Antenas parabólicas alternan con los platos de VeTv. Familias caminan por la terracería, los niños juegan en los patios de sus casas y las mujeres hacen sus labores, mientras media docena de jolotes atacan a un pobre pato.

Las viviendas de la Cruzada abundan como los montones de arena y block a lo largo de la comunidad de Rómulo Calzada. Propaganda del Ayuntamiento de Ocosingo consigna la obra de un camino de La Martinica al ejido La Sultana. El 1009, el gobierno federal invirtió en ese lugar más de 600 mil pesos en Piso Firme. Hay comunidades en las que la población se divide en 5 organizaciones diferentes. En Prado Pacayal y La Sultana el escenario es el mismo. La derrama económica de los programas de combate a la pobreza es importante. En Prado pasé unos días en 1994. Marcos nos puso una escolta, cuando al insurgente le pregunte el motivo respondió: “Aquí hay gente mala”, es decir, no todos eran zapatistas. En ese lugar, el 8 de marzo, la capitana Irma fue la encargada de celebrar el Día Internacional de la Mujer.

En La Sultana el gobierno federal construyó “80 pisos firmes” y en 2013 una planta de tratamiento de agua. Los programas más agresivos son los apoyos monetarios a las familias que llegan a sumar hasta 15 mil pesos. Hasta ese lugar había llegado. Lo que sigue será novedoso para mí.

Las montañas se ven imponentes y contrastan con los campos de cultivo, los potreros y a pié de carretera con los campamentos militares de las Brigadas de Operación bajo el cobijo de la montaña. Son magníficos y bajo sombra. La ingeniería militar se impone. Uno está después de Prado y otro después de La Sultana. La parte de la ocupación militar se acompaña con lo simbólico. En la primera se realizó la consulta a los compromisos del gobierno que asumió en los Diálogos de Catedral en febrero de 1994 y Marcos recibía a las delegaciones. En la segunda vivió el comandante Francisco Gómez que cayó en Ocosingo. Después de cruzar el puente sobre el río Jataté, este se encuentra con el río Tzaconejá incrementado su caudal que baja por la cañada donde dos presas hidroeléctricas están en proyecto.

Llegó la hora del pozol y comemos en un poblado más abajo. Allí nos atendieron unas mujeres tzeltales con sus vistosos vestidos, todas en chanclas. Las jóvenes han abandonado el atuendo. Varias gallinas y pollos se arremolinan para comer su ración de masa de maíz. A las mujeres les pregunte qué iban a hacer si llegaban los ingenieros a construir la presa: “Aquí los vamos a pelar”, contestaron. Transitan trascabos. Señal de la apertura o ampliación de caminos.

El Jataté se hunde en la cañada y en el horizonte se ve como se cierran las montañas, lugares perfectos para construir la cortina de las presas. En la parte más baja nos encontramos con dos unidades del Ejército federal que se desplazan con la cobertura del Plan DN III. Las familias en los caminos parecen estar retornado de sus labores. No faltan los camiones del Programa SinHambre y las plataformas que trasladan la maquinaria. Pasamos por La Soledad, lugar donde se recuerda a Galeano. Es parte del territorio rebelde bajo el gobierno del Caracol de La Realidad.

En esa diversidad y las hostilidad de la estrategia de contrainsurgencia, las comunidades y pueblos rebeldes encarnan la consigna de los zapatistas del EZLN: Para todos, todo. Nada para nosotros.

Uno o dos poblados más. Se queda el vehículo y caminamos hacia uno de los afluentes del Jataté. No ha llovido y no lleva mucha corriente. Los niños lo disfrutan y nadan en las orillas. Cruzamos el río por un largo puente de hamaca para abordar una camioneta que nos llevaría al destino final: Nuevo Chapultepec. Viajamos una media hora más. La terracería es más angosta pero en buenas condiciones. Tumbos y más tumbos nos zarandean. Llegamos. El paraje es lindo con un entorno montañoso y verde. Sospecho que la barrera del río ha evitado el crecimiento de ese poblado. La gran mayoría de las viviendas son de madera y las hay de dos plantas. Sólo vi una de concreto. Una gran avenida cruza el poblado. Alguna vez fue una pista de aterrizaje. Hay energía eléctrica, una antena de telefonía satelital, un palto de VeTv y mucha agua.

El templo del lugar nos recibe. Ahí será el encuentro de las y los catequistas que se han reunido para informarse y reflexionar sobre las Reformas Estructurales y los Megaproyectos en la Selva Lacandona. Algunos han caminado unas 6 horas para llegar al lugar. Casi el mismo tiempo que nosotros hicimos en carro desde Ocosingo.

Los chamacos no se cansan de jugar horas futbol… señal de que están fuertes… lo hacen muy bien… lucen sus camisetas de Fly Emirates, otros se tiran encuerados sobre las tablas donde sus madres lavan ropa y se refrescan en el arroyo. Se ven sanos, nutridos, alegres… Son una bendición…

El tramo de Ocosingo hacia Palenque es otra canción. Vamos rumbo a Guadalupe Paxilhá. Después de pasar el poblado zapatista Patria Nueva, el paisaje no ha cambiado en los últimos 34 años. Ahí están los potreros de los ranchos ganaderos. Se atenúa el tránsito vehicular y los topes son más esporádicos. Es como si el número de topes fuera directamente proporcional al flujo vehicular. El clima es más agradable. Quizás influye la cercanía a las llanuras del Golfo. En unos 60 kilómetros de recorrido no parece ninguna mampara zapatista recordando a Galeano.

Para llegar a Guadalupe Paxilha, en el crucero de Corostic jalamos pa’ la derecha y empezamos a bajar en una carretera recién pavimentada que culebrea como la vieja carretera de La Sepultura. Bajamos hasta los 620 msnm. Al llegar al poblado bajo una enorme techumbre se encontraban reunidos en Asamblea Extraordinaria centenares de representantes de 192 comunidades del ejido San Jerónimo Bachajón, municipio de Chilón. Se estimó que el número de ejidatarios llegó a mil 800. Acordaron dar su apoyo al hijo del Comisariado que fue despedido de su trabajo en la Secretaria de Pueblos y Cultura Indígena de Chiapas; demandaron su reinstalación; rechazaron el hostigamiento a las autoridades ejidales y se opusieron al paso de la supercarretera San Cristóbal-Palenque por su territorio. En fecha próxima realizarán actos de protesta contra la imposición del proyecto turístico neoliberal.

Un mes antes, a principios de Agosto, los rebeldes zapatistas habían hecho su Compartición con los indios del CNI e invitados. Sus acuerdos prometen mejores condiciones para animar, articular las resistencias, fortalecer al CNI. Para que los rebeldes vayan concretando los objetivos de su táctica para el periodo que arrancó – visiblemente – el 21 de diciembre de 2012. A finales de 2014 en la Selva Lacandona podremos ver si la urdimbre está firme, el tejido fino y el bordado multicolor.

Así, en ese conjunto de paisajes, las resistencias y rebeldía tienen posibilidades… no hay lucha pequeña dijeron los rebeldes…

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