Tuxtla, Presidencia municipal impopular e instrucciones para revivir muertos políticos

En el campamento del Partido Verde se mantuvo con música y animadores. Foto: Patricia Montesinos/ Chiapas PARALELO.

En el campamento del Partido Verde se mantuvo con música y animadores. Foto: Patricia Montesinos/ Chiapas PARALELO.

«Están con nosotros o contra nosotros».

No, no se trata de la advertencia de alguien que se juega la vida por un proyecto político social verdadero, y que en sus aspiraciones le ponen trabas y más trabas.

Se trata de una de las frases favoritas que emplean algunos que se juegan el futuro económico en una elección cerrada, y saben que su acceso a las prebendas y los privilegios están en peligro.

Son ciegos, sordos, soberbios, frívolos y por tanto preocupados por su comodidad y no por el bienestar de los demás. La frase demuestra además insensibilidad, esto los hace distantes del sentir popular, es decir, de quienes dicen que gobernarán.

Si son insensibles tampoco entenderán que un periodista hace el trabajo de informar con la mayor objetividad posible los acontecimientos.  Los periodistas no somos culpables de las erratas que realizan en el accionar político, menos de la frivolidad y soberbia que demuestran. Cada uno es responsable de sus actos y sus consecuencias.

Pero invariablemente la ceguera, la soberbia y la frivolidad hacen en algún momento en unir a todos… pero en tu contra.   

Finalmente, anoche, sucedió lo que las voces populares dicen que se fraguó. Alrededor de las 3:30 de la madrugada el consejo municipal electoral de Tuxtla Gutiérrez, dio como ganador legal de estas elecciones al candidato de la alianza del Partido Verde Ecologista, PRI y Nueva Alianza, Fernando Castellanos Cal y Mayor.

Seguramente veremos una presidencia municipal opaca, gris, navegando contra la corriente del sentir popular;  porque la opinión pública ya juzgó reprobando el dispendio que se observó y porque también esa misma ciudadanía evidenció que la institución que se fundó para ciudadanizar las elecciones, era cualquier cosa, menos un organismo ciudadano.

El Instituto de Elecciones y Participación Ciudadana (IEPC), estuvo rebasado por las redes sociales, las que declararon como ganador de la contienda al abanderado del PAN.

Esto trae a colación el dicho aquel de “el que pega primero, pega dos veces”, porque es evidente que al IEPC y al candidato oficial, prácticamente les ganaron la batalla mediática y por mucho. La ciudadanía  muchos o pocos como usted prefiera, con razón o sin razón, pero es evidente que no pudieron contrarrestarlos.

Esta opacidad arrastrará a otra administración municipal impopular más, como lo fueron la de Jaime Valls, Yassir Vázquez y Samuel Toledo. Tres administraciones consecutivas que la antecedieron y que no resolvieron los problemas más apremiantes de los tuxtlecos.

Lo será -si el presidente municipal electo sobrevive a la ira popular y a instancias electorales federales- porque buena parte de la sociedad tuxtleca le dio la espalda  de manera espectacular,  sencillamente porque lo asoció como miembro prominente de un grupo político frívolo e insensible.

Así tenga buenas intenciones, gran parte -y esto es evidente- de la comuna tuxtleca lo asocia con un grupo que presenta evidentes saldos negativos en la atención de una ciudad a la que sucesivas administraciones no han podido solucionarle los problemas de sus calles, sus baches, la falta de alumbrado público, el servicio de agua, los asuntos de tránsito, de seguridad y de empleo.

Lo peor, es que cuando han querido hacerlo, lo han realizado con las excesivas molestias que provoca la mala planeación.

Por esas malas experiencias, la ciudadanía duda de la efectividad de sus propuestas.

Perdieron buena parte del apoyo popular porque la frivolidad, la soberbia y la ceguera, no les dejaron ver la gravedad de promocionarse hasta la ignominia por todos los medios posibles con acciones que parecía que los capitalinos vivíamos en el país de las maravillas.

El escenario futuro para Tuxtla es desalentador con tantos ciudadanos en contra del ganador oficial de las elecciones.

Seguramente le apuestan al desgaste de la protesta ciudadana, pero ese no es el punto;  el punto es que con la soberbia y la frivolidad dividieron a la sociedad tuxtleca.

Porque nada de lo que se haga contará -desde ahora- con el respaldo popular de una ciudadanía que se siente atracada y decepcionada de quienes la gobiernan y claro está de quienes la gobernará.

Y cuando muchos ciudadanos se sienten decepcionados, no hay “operación cicatriz que valga”. Es ya el escenario del todo o nada.

El escenario futuro para Tuxtla es desalentador con tantos ciudadanos en contra del ganador oficial de las elecciones.

Seguramente le apuestan al desgaste de la protesta ciudadana, pero ese no es el problema, nada de lo que se haga contará -desde ahora- con el respaldo popular de una ciudadanía que se siente atracada y decepcionada de quienes la gobiernan y claro está de quienes la gobernará.

En ese sentido, cuando muchos ciudadanos se sienten decepcionados, no hay “operación cicatriz que valga”. Es ya el escenario del todo o nada.

¿Por qué dejaron que las cosas llegaran hasta este punto?

¿Quiénes asesoran a los que toman las decisiones políticas importantes?

Lo que se maneja es que son asesores que no son chiapanecos.  Seguramente es así, porque en estas elecciones municipales se trató a los capitalinos como habitantes de otras regiones de Chiapas.

No se dieron cuenta que los indicadores socioeconómicos de Tuxtla Gutiérrez son diferentes a los que presentan los demás municipios del estado.

Por ejemplo, Tuxtla Gutiérrez tiene, dicen los economistas, solo el 42 por ciento de su población en situación de pobreza, mientras que la pobreza en el conjunto del estado es de 74 por ciento.

Es decir, hay gente en Tuxtla más informada y que puede razonar el voto, porque no tiene miedo a que le escatimen los apoyos oficiales, como lo son los subsidios públicos.

Esta omisión básica que otorgan los números de nuestras condiciones sociales y económicas, -que no vieron los asesores foráneos- se suma al hartazgo social que provocó la frivolidad.

Ahora bien. ¿Cómo se revive a un muerto político?

Se revive con frivolidad, con ceguera, con soberbia, rodeándose de gente que solo ve por su conveniencia y con asesores foráneos que no analizaron la realidad tuxtleca a conciencia.

Asesores que no fueron capaces de ver la ira social acumulada de tres administraciones consecutivas -con todo e interinos- que no resolvieron los problemas de la comuna.

Lo peor para el grupo político compacto es que alguien que revive políticamente, no tiene nada que perder y se guía por el instinto que le provoca la ira social de buena parte de la sociedad.

Terminó el proceso electoral y entramos a la fase del auténtico conflicto poselectoral.

Los tribunales federales tendrán la última palabra en materia legal porque les guste o no, la ciudadanía ya juzgó.

Trackbacks/Pingbacks

  1. Tuxtla, Presidencia municipal impopular e instrucciones para revivir muertos políticos | Pulso Oriente - 3 septiembre, 2015

    […] Fuente: Chiapas Paralelo […]

Deja una respuesta

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Comparta su opinión. Su correo no será público y será protegido deacuerdo a nuestras políticas de privacidad.